CONNOTACIONES ETICAS Y SOCIALES DE LA EVALUACION
YudisManotas3 de Abril de 2014
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CONNOTACIONES ETICAS Y SOCIALES DE LA EVALUACION
La evaluación se ha convertido en los últimos tiempos en un tema de discusión, y de preocupación tanto en el debate didáctico como en las preocupaciones de los distintos estamentos que integran la vida escolar. Para muchos es un tema de difícil solución y de difícil acuerdos, pero indudablemente nos compromete diariamente en los desafíos similares de esta hermosa tarea de educar.
Siendo la educación una práctica social y la evaluación uno de sus principales actos que se lleva a cabo en las instituciones educativas, se debe abordar desde distintos aspectos: éticos y sociales.. La ética es una actividad difícil porque nos exige tomar distancia y volvernos sobre nosotros mismos. La ética de la evaluación es muy importante porque esta logra un proceso de diálogo y de reflexión y ayuda a mejorar los procesos de enseñanza, pero para esto es necesario pasar de la educación tradicional a una educación más abierta en donde el estudiante no solo piense en ir a un salón de clases a escuchar a un tutor, entonces lo que busca este proceso es convertir el salón de clases en un ambiente que le agrade al estudiante en donde exista mediación , democracia y no exista injusticia en donde el tutor tenga claro que por medio de la evaluación le va a ayudar y enseñar al estudiante a formar su propio perfil enseñar cómo , en donde , cuando y para que va a utilizar los conocimientos adquiridos demostrarle la importancia de valores como la honestidad que van a ser necesarios para su vida diaria .
Desde el punto de vista ético, muchas veces el docente como guía, orientador y catalizador, es quien presenta el objeto de conocimiento, quien lo hace aprehensible, quien sopesa y adecua las capacidades del educando y la complejidad del objeto, es quien finalmente evalúa. Claro está que en algunas ocasiones utiliza el poder que tiene sobre el estudiante de forma antiética. Diversas son las ocasiones en las que se comete una falla ética, tales como obtener un beneficio del sujeto evaluado a cambio de un buena calificación, satisfacer la necesidad narcisista del docente de sentirse poderoso frente a los alumnos, etc.
La evaluación le da al docente no sólo poder ante los alumnos sino poder ante
las familias. Los docentes muchas veces no sopesan el impacto que tiene una
determinada calificación en la vida de un chico y de su familia. Existe un gradiente que va desde el suicidio por no aprobar una evaluación de ingreso a la universidad, por ejemplo, a el chico que dice “a mí no me importa”. Pero aún en este último caso tiene impacto en su vida futura tanto en lo académico como en lo laboral.
La evaluación es, muchas veces, un modo de etiquetar a los alumnos en las instituciones educativas. El estigma de “este chico es flojo” “no le da para más” le sigue como sombra constante desde la primaria hasta la básica Secundaria. Un niño cuya personalidad está en formación construye una imagen de si mismo pobre. Lo que le dicen los adultos es la única verdad que conoce.
Si los maestros y profesores coinciden en que no tiene capacidad intelectual, la imagen que ve reflejada en el espejo de los otros es la de sus propias deficiencias. Para evitar que la evaluación funcione como instrumento de discriminación es preciso diseñar instrumentos de evaluación que recaben información de las distintas competencias de los educandos. Existen distintas inteligencias, existen distintas competencias. Una evaluación integral tiene que ser capaz de arrojar ante el evaluado no sólo sus déficits sino también sus potencialidades.
El docente tiene poder para abrir puertas hacia delante, hacia el futuro del educando pero también para cerrarlas. La falta de objetividad se puede producir por diversos motivos. En primer lugar se puede dar por falta de competencia profesional. Este es el caso del diseño incorrecto de evaluaciones: por fallas en el instrumento de evaluación, por inadecuación entre los contenidos impartidos y los contenidos evaluados, entre otras. Este déficit en la formación profesional del docente puede ser involuntario pero esto no lo exime de la responsabilidad que a él le compete.
En segundo lugar, la falta de objetividad se puede producir intencionalmente, cuando el docente decide beneficiar a un alumno por sobre otro. Aquí la falla no está en el instrumento sino en la ponderación de los resultados. Aquí la falla no es por omisión (involuntaria) sino por comisión. Los motivos que lleven al docente a beneficiar un estudiante con una calificación superior a la que realmente obtuvo pueden ser diversos, los más estudiados son los económicos y los sexuales.
En lo referente a la connotación social, se relaciona con la promoción , con el fracaso escolar, con el éxito , con la deserción, donde el proceso de enseñanza y aprendizaje de desarrollan en un clima donde la ambigüedad, el caos, el desorden, los conflictos , están presentes y formando parte de las instituciones escolares.
La evaluación es uno de los principales componentes del proceso enseñanza aprendizaje. Por ser este una práctica social, debe ser analizada desde distintos aspectos: ideológicos, sociales, pedagógicos, psicológicos y técnicos.
La evaluación tiene connotaciones sociales puesto que está asociada a la promoción, reprobación y deserción de los educandos.
Generalmente la evaluación hoy es aplicada como instrumento de selección, haciendo de ella una práctica puramente clasificatoria y etiquetadora. No es mirado como ese proceso reflexivo, riguroso sistemático de indagación sobre la realidad, de recolección y análisis de información, destinado a describir la realidad y emitir juicios de valor que sirvan de base para una retroalimentación, definición de líneas, estrategias de acción y replanteamiento de metodologías.
Se debe incorporar la evaluación como práctica cotidiana institucional no únicamente para controlar y sancionar sino para potenciar y mejorar el desarrollo de sus miembros.
Evaluar implica valorar y tomar decisiones que impactan directamente en la vida de los otros, en tal sentido es una práctica que compromete una dimensión ética no siempre tenida en cuenta y asumida como tal. Se requiere de un proceso reflexivo que asuma una posición de análisis crítico en torno a las acciones que se realizan conjuntamente con las intenciones que se persiguen.
Como parte del proceso de reflexión es fundamental considerar tanto el punto de vista del estudiante como del maestro, con relación a los aspectos éticos y conceptuales que entra en juego a la hora de realizar la evaluación. En este sentido, desde mi perspectiva el hecho que los alumnos no expresen sus conocimientos tal y como los da el maestro no quiere decir que no los haya entendido, ni que no sepa ponerlos en práctica. Desde esta mirada, se hace necesario crear nuevas concepciones y herramientas que ayuden a darle una reforma profunda a la evaluación, desde una perspectiva ética ysocial, con el fin que las prácticas evaluativas permitan la reflexión del alumno desde una perspectiva formadora, enmarcando sus conceptos a partir de criterios que le permitan la toma de decisiones, frente a su proceso de aprendizaje, ya que cabe anotar que cada alumno percibe los conocimientos de diferentes formas y a si mismo los da a conocer.
Otro aspecto relevante a tener en cuenta son los principios éticos fundamentales,
Tales como el principio de beneficencia , o sea la obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo perjuicios. En este caso, promover en los estudiantes, el mejor interés . Supone que el docente posee una formación y conocimientos de los que el estudiante carece, por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para éste. Es decir "todo para el estudiante
Haciendo alusión al principio de no maleficencia , el docente debe abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros estudiantes. Es un imperativo ético válido para todos, en todos los sectores de la vida humana. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio.
Las implicaciones pedagógicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes en vistas a que sean menos dolorosos y lesivos para los estudiantes; evitar la medicina defensiva y con ello, la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.
En lo referente al principio de justicia Tratar a cada uno como corresponda con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (biológica, social, cultural, económica, etc.) En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad.
Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad es necesario determinar qué igualdades o desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el proceso que se va a dar a cada uno. El estudiante espera que el docente haga todo lo posible en beneficio de su aprendizaje. Pero también debe saber que las actuaciones didácticas, están limitadas por una situación impuesta al Ministerio, como intereses legítimos de terceros.
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