CUESTIONARIO TEORIAS ECONOMICAS 1
memogdoExamen3 de Enero de 2016
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Contra la propia ciudad. ¡No existe pecado más grave y merecedor de castigo! La ciudad? Ante todo era la sede de los dioses, de los templos, del hogar, de las leyes de institución divina. En cuyo marco cada polites (ciudadano) fundamentaba su propia seguridad y la de su familia. No toleraba intromisiones de ningún género. Formaba parte de una colectividad exclusiva y restringida fuera de la cual el mundo le era extraño y fundamentalmente hostil. Los griegos no reconocían ningún otro poder por encima de la polis, ya fuera el individuo o el ghenos, la estirpe.[pic 1]
Layo había ofendido a dios. Antes de asumirlo la polis, el valor central en la vida de los griegos había sido la ghenos, equivalente a la gens romana. La ghenos constituía la salvaguarda de la fama y el honor, la seguridad de la inmortalidad, el instrumento a través del cual se ejercía la venganza por los muertos, el vínculo que daba consistencia a la vida política y religiosa del individuo. La organización social se hallaba fundamentada en ghene, las familias aristocráticas que se vanagloriaban de su ascendencia divina y que tenían a su servicio a griegos pobres y esclavos.
Para un griego lo que distinguía a los hombres de las bestias, el ser civil del incivilizado, al griego del bárbaro, era la polis: “El hombre es un animal que debe vivir en una polis por naturaleza… y quien no vive en una polis o es un ser inferior o es algo más que un hombre…”(Aristóteles).
La edad clásica coincide con el desarrollo de la polis y de la decadencia de la civilización griega correrá pareja con la desintegración de este original organismo político.
No todas las poleis tenían idéntica organización social y el mismo régimen político. Varias eran las clases en que estaba dividida la población y por lo tanto varias serán las formas de gobierno en que se organizarán tales clases. En una primera época prevaleció la estructura monárquica. Como miembro situado en la cúspide de la ciudad se hallará un rey, pero no gozará de las prerrogativas absolutistas de los reyes orientales. Su poder es limitado.
Aristocracia, palabra griega que significa “poder ejercido por los aristoi, los nobles”.
Democracia, palabra que significa “poder, fuerza del pueblo”. En esta última fase era el pueblo quien, tras arrojar del poder a los aristócratas o al tirano, iba a gobernarse así mismo eligiendo de año en año sus magistrados. El auge económico no afectaba a toda la población y la mayor parte de las tierras estaban en manos de viejas familias aristócratas. Los pequeños propietarios vendían sus tierras. Tras esto no tenían otra posibilidad que ofrecer su fuerza de trabajo. Pero entraban en competencia con los esclavos. En consecuencia: emigrar. Entre los siglos VIII y VI a. C, marcharon grandes masas de griegos para fundar otras nuevas.
Antes de fundar la nueva ciudad de los colonos llegaban hasta Delfos, al santuario del dios Apolo, donde una sacerdotisa, la pitonisa, les hacía saber la voluntad de aquel. Antes de partir hacia la nueva patria eran muchos los que llevaban unos puñados de tierra de la madre patria, el fuego sagrado del templo de su ciudad de origen o las estatuillas de sus dioses tutelares. Los griegos eran de sensibilidad religiosa muy acusada. Cada uno de sus actos, banquetes o fiestas, la construcción de un templo o de una casa, la fundación de una ciudad, un nombre, una costumbre, un pedazo de tierra asumían su valor y eran justificados a través de un mito. La fundación de una nueva ciudad era, ante todo, un hecho religioso. Los dioses tenían su sede en los templos de la ciudad, donde eran colocadas sus estatuas y las leyes que regirían la polis, garantías de sus condiciones y seguridades civiles. La polis era sagrada. En la mayoría de los casos mantenían relaciones con la patria de origen.
Dos fueron las ciudades que destacaron por encima de todas a causa de la madurez política alcanzada: Esparta y Atenas.
Esparta tenía una organización social en la que los hombres estaban divididos en tres clases; los espartanos. Guerreros, los periecos, palabra que significa literalmente “contornos”.
Esparta ha pasado a la historia por su organización político-militar y por los duros y severos métodos que emplearon en la educación los muchachos, sus futuros guerreros. Educación de los jóvenes, confiarlos a pedagogos esclavos, aprendan letras, música y ejercicios gimnásticos. Desde la pubertad los espartanos debían estar al servicio del estado, la polis, al que pertenecían. Los niños débiles o deformes eran abandonados en el monte Taigeto, próximo a Esparta, donde morían de hambre a menos de que fueran recogidos por los ilotas. Los demás muchachos permanecían junto a sus madres hasta que cumplían los siete años.
Eran griegos de estirpe jónica. Tenían un carácter muy distinto a la típica severidad guerrera propia de los dorios. La educación de los jóvenes se centraba en la música, la danza y la poesía. Los ejercicios físicos para convertir al joven en un hombre perfecto, bello y bondadoso, perseguían el equilibrio del cuerpo y de la mente. La fundación de Atenas está ligada a la diosa Atenea, protectora de las artes, las letras y las ciencias.
A diferencia de Esparta, cuya economía era predominantemente agrícola, Atenas poseía una economía artesanal y comercial. Términos con que los griegos definieron su concepción política se hallan resumidos “eleutheria te kai autonomía, libertad e independencia”. Eleutheria, libertad equivalía a afirmar que toda polis tenía el sacrosanto derecho de adoptar la forma de gobierno que deseara y no toleraba en este punto intrusiones de ningún tipo.
La revuelta de las colonias jónicas tuvo que ser ahogada en sangre “Los persas asediaron Mileto por tierra y por mar, tras cinco años de asedio.
La desgracia más grande que podía sucederle a una polis era caer en manos de un ejército “extranjero” que destruyese sus templos y palacios. Al enfrentarse con los persas las ciudades comprendieron por primera vez que sí seguían encerradas en sí mismas y marginadas de las demás iban a ser pasadas a sangre y fuego una tras otra. Como consecuencia, se gestó la primera coalición entre los griegos. Esparta y Atenas, dos poleis, se convirtieron en los núcleos a cuyo alrededor se aglutinarían todos los griegos en la defensa de su elutheria te kai autonomía. En el 490 a.C. la expedición de Darío fue detenida en Maratón gracias al valor desplegado por los atenienses y a la astucia de Milcíades, su comandante.
Diez año más tarde Jerjes, tras derrotar en las Termópilas al heroico general espartano Leónidas, los persas avanzaron sin mayores problemas hacia Atenas, que fue ocupada e incendiada. La población ateniense había sido evacuada hasta una isla próxima antes de la llegada de los persas, y desde allí se reorganizo para batir años más tarde a sus rivales en la batalla naval de Salamina (180 a.C.). Al año siguiente los persas fueron derrotados nuevamente, está vez en la batalla terrestre de Platea, por un ejército ateniense y espartano conjunto.
Pero la victoria sobre los persas enorgulleció a los griegos. A partir de este momento los griegos se dedican a esclarecer quien entre ellos, y más específicamente entre espartanos y atenienses, tenían mejores méritos en cuanto a la victoria conseguida y, por tanto, quien tenía derecho a ejercer su superioridad sobre los demás. Las guerras médicas iban a introducir profundos cambios en el mundo griego. Hace su aparición de nuevo la tendencia a la hegemonía. Los griegos descubren que está también puede ejercitarse entre ellos mismos y van perdiendo poco a poco el auténtico significado de la elutheria te kai autonomía. A partir de ahora toda polis se percata de que su propia seguridad ha dejado de hallarse garantizada por los muros que las circundan y que si desea sobrevivir le es preciso encontrar aliadas. La elaboración de alianzas encaminadas a edificar una estructura supraciudadana más segura y fuerte, obligará a la polis a renunciar a su soberanía, su propia razón de ser.
Unas ciudades se agrupan alrededor de Atenas mientras que otras hacen lo propio alrededor de Esparta. Está necesidad de decantarse hacia una de las dos partes por desnaturalizar el primitivo sentido de la polis hasta desembocar en algo completamente opuesto.
Es el derrumbamiento y la degeneración de los valores de la antigua polis. La justicia, cambia de significado. El débil ya no puede pretender obtener justicia: “Quienes pueden utilizar la fuerza no tienen necesidad alguna de emplear la justicia…” (Tucídides),. El objetivo y los valores supremos de las polis ya no serán nunca más su libertad e independencia, sino la hegemonía, la fuerza y el poderío.
LA DEMOCRACIA GRIEGA
La situación descrita nos señala una profunda división de clases entre aristoi, nobles cuyo ideal era, según nos recuerda Homero, “ser siempre los mejores y superar en todo a los demás” y el demos, el pueblo. Se trata de dos culturas, de dos mentalidades y dos formas de actuar completamente opuestas.
¿Cómo pudieron los atenienses y las demás poleis que se organizaron de acuerdo con un régimen democrático superar este abismo entre demos y aristoi? Ciertamente fue largo el camino que tuvo que recorrer el pueblo desde los tiempos de Homero (siglo IX a.C.) hasta la Atenas de Pericles (siglo V a.C.) en la que el demos, alcanza su madurez, dictaba las leyes en beneficio de la mayoría de los ciudadanos.
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