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CUIDADOS DE ENFERMERIA EN EL PACIENTE ONCOLOGICO


Enviado por   •  14 de Julio de 2014  •  1.545 Palabras (7 Páginas)  •  545 Visitas

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CUIDADOS ESPECÍFICOS DE ENFERMERÍA PARA EL PACIENTE CON PATOLOGÍA ONCOLÓGICA

Las terapias dirigidas han cambiado significativamente el cuidado oncológico, así como se ha reconocido que un buen cuidado del paciente va más allá del tratamiento de los tumores y debe continuar por mucho tiempo más después de que termine el tratamiento activo.

El cuidado de pacientes con enfermedades oncológicas terminales y el comportamiento y consuelo de sus familiares ya sea por muerte repentina o después de una enfermedad prolongada es una de las situaciones más difíciles en la práctica de Enfermería

La alimentación juega un papel muy importante en estos pacientes en fase avanzada o terminal. Opiniones de expertos coinciden en no aconsejar la nutrición, parenteral ya que esto no conlleva a un aumento de peso ni prolonga la vida, sin embargo, el papel que puede desempeñar un manejo adecuado de la alimentación, por vía oral en estos pacientes que puedan beneficiarse de ella, planteándose que en fase terminal resulta de poca utilidad. En estas acciones el enfermero juega un papel protagónico al ser la figura que más tiempo permanece al lado del paciente.

La anorexia que se presenta en el paciente oncológico en fase avanzada y terminal puede tener diversas causas. Estas pueden estar relacionadas directamente con la enfermedad-nauseas, vaciamiento gástrico lento, irritación de la boca o de la garganta, sepsis, dolor, fatiga, deshidratación, estreñimiento, hipercalcemia, hiponatremia, insuficiencia renal o hepática-o deberse a los efectos del tratamiento antitumoral, tanto durante la fase de tratamiento como posterior a este, u obedecer a causas circunstanciales-olor de la comida durante la cocción, exceso de alimentos, dentadura mal ajustada

El manejo adecuado de la alimentación de estos pacientes permite no sólo satisfacer las necesidades físicas, sino también brindarles apoyo emocional y manifestar la preservación de la dignidad y de la autonomía del enfermo, contribuyendo a aumentar el bienestar subjetivo de los mismos y a mantener una calidad de vida aceptable

Unas cuantas cucharadas de sopa casera pueden hacer más bien al paciente que una infusión intravenosa suministrada en el hospital.

La anorexia coincide, en general con la caquexia en el llamado síndrome de anorexia-caquexia.

La pérdida de peso es progresiva, no puede explicarse únicamente por la reducción en la ingestión de alimentos y no regresa aún cuando aumenten los niveles de ingestión, ya que parece estar relacionada con una incapacidad para retener las proteínas del tejido muscular. Todo ello conduce a una astenia grave y, finalmente, a la muerte. La anorexia agrava la caquexia pero no es su causa principal.

La atención de un enfermo avanzado o terminal representa una fuerte carga física y emocional para el equipo terapéutico y para los familiares cercanos. Frente a un paciente anoréxico, es frecuente que los familiares y personas que lo atienden reaccionen presionándolo constantemente para que ingiera los alimentos, lo que no sólo no lo beneficia, sino que le causa mayor sufrimiento.

La variación en la selección y presentación de los platos, la adecuación a las condiciones específicas y al gusto de cada paciente, el momento del día en que estos se ofertan, entre otros, son elementos básicos para lograr que las comidas constituyan una experiencia agradable para enfermo. Se plantea que se debe hacer énfasis en estas características más que en la cantidad de las comidas.

Es importante el respeto a la autonomía del paciente.

En el proceso de atención a los pacientes oncológicos se debe considerar además el dolor como un síntoma que habitualmente acompaña a las enfermedades y que llegar a determinar las vivencias que de ella se tenga, por eso, nuestra sociedad le concede tanta importancia al combate del dolor.

El dolor es una sensación, causada por la actividad de estímulos de naturaleza nociva, en la mayoría de los casos es un mecanismo protector que avisa al individuo que los tejidos están siendo dañados

MANEJO DEL DOLOR EN EL PACIENTE ONCOLOGICO

Evaluación

Para tratar el dolor, es necesario medirlo.

El paciente y el médico deben medir los niveles del dolor a intervalos regulares después de comenzar a tratar el cáncer, cada vez que el paciente informe sobre un dolor nuevo, y después de comenzar un tratamiento para el dolor. Se debe identificar y tratar con rapidez la causa del dolor.

Informe del paciente para sí mismo

Para ayudar al proveedor médico a determinar el tipo y el nivel del dolor, los pacientes con cáncer pueden describir la ubicación y la intensidad del dolor, los factores agravantes o aliviadores, y sus objetivos en relación con el control del dolor. Se le podría pedir al familiar o persona encargada que rinda un informe en aquellos casos en los que el paciente tenga problemas del habla, lenguaje o trastorno mental.

Dolor: El paciente puede describir el dolor, cuándo empezó, cuánto dura, y si es más fuerte a ciertas horas del día o de la noche.

Ubicación: El paciente puede mostrar con exactitud dónde le duele señalando el punto en su cuerpo o en el dibujo de un cuerpo y a dónde va el dolor si es que se mueve o se extiende.

Intensidad o gravedad: El paciente puede llevar un diario para anotar el grado de gravedad del dolor.

Factores agravantes o aliviadores: El paciente puede identificar factores que hacen que el dolor aumente o disminuya.

Respuesta conductible al dolor:

El proveedor de salud o personas encargadas del cuidado del paciente pueden notar conductas que indiquen síntomas de dolor en aquellos pacientes que tienen problemas de comunicación.

Evaluación de los resultados del manejo del dolor

Los resultados del manejo del dolor se deben medir mediante el seguimiento de la disminución de la gravedad del dolor y el progreso en la capacidad de pensar, bienestar emocional y funciones sociales. Se debe hacer seguimiento también a los resultados después de tomar los medicamentos para el dolor.

La adicción a los medicamentos no es común entre los pacientes de cáncer.

El que desarrolle una tolerancia más alta hacia un medicamento o se vuelva físicamente dependiente de ese medicamento para el alivio del dolor no significa que el paciente está adicto.

Los pacientes deben tomar los medicamentos para el dolor tal como se los recete el médico. Los pacientes que tienen historia de abuso de drogas, pueden tolerar una dosis más alta del medicamento para el control del dolor.

Para el dolor que va de leve a moderado, el médico podría recetar un medicamento de la fase I tal como aspirina, acetaminofén o uno antiinflamatorio no esteroides (AINE, por sus siglas en inglés).

Los pacientes deben ser monitoreados en sus efectos secundarios especialmente aquellos ocasionados por AINE como en los riñones o estómago y problemas intestinales.

Cuando el dolor tarda en aliviarse o aumenta, el médico podría cambiar la receta a un medicamento para el dolor en la fase II o la fase III. La mayoría de los pacientes con dolor relacionado con el cáncer necesitarán un medicamento de fase II o III. El médico podría pasar por alto los medicamentos en la fase I si los pacientes inicialmente tienen un dolor que va de lo moderado a lo severo.

En cada etapa el médico podría recetar medicamentos o tratamientos adicionales (como por ejemplo radioterapia).

Escuchar música de forma activa *

Obtenga los siguientes objetos: Un reproductor o una grabadora de casete (conviene que sea uno de los más pequeños que funcionan con pilas). Auriculares (con ellos se consigue más estímulo que oyendo música de un altavoz y además se evita molestar a otras personas). Una cinta de casete de música que le guste (casi todo el mundo prefiere música rápida y viva, pero algunos elijen música relajante. También se pueden escuchar grabaciones de comedias, acontecimientos deportivos, programas de radio antiguos o historias). Marque el ritmo de la música usando, por ejemplo, un dedo o meneando la cabeza. Eso le ayudará a concentrarse en la música y no en sus molestias. Mantenga los ojos abiertos y fije su mirada en un punto o un objeto inmóvil. Si desea cerrar los ojos, imagínese algo relacionado con la música. Escuche la música a un volumen agradable. Si aumenta la molestia, pruebe a subir el volumen, y bájelo cuando la molestia se vaya aliviando. Si este ejercicio no le da suficientes resultados, pruebe una de los siguientes ideas: dese un masaje al ritmo de la música, pruebe otro tipo de música, o marque el ritmo de la música de más de una forma, por ejemplo, con la mano y el pie al mismo tiempo.

Objetivos sobre el control del dolor:

Con ayuda de su proveedor médico, el paciente puede decidir cuánto dolor puede aguantar y cuánta mejoría puede lograr. El paciente puede utilizar un diario cotidiano sobre el dolor para así tener una mejor conciencia de este, aumentar el control sobre el, y recibir una guía adecuada por parte de los profesionales de la salud sobre la mejor forma de manejar el dolor.

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