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Calidad Personal

alxmm5 de Febrero de 2015

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Calidad personal

Las personas con calidad son aquellas que hacen un esfuerzo sincero por conocerse realmente para poder mejorar sus actitudes y comportamientos hacia ellas mismas y hacia los demás. Aquellas que se tratan con respeto, cariño y aprecio teniendo en cuenta sus cualidades y reconociendo sus limitaciones. Las que saben que entender el punto de vista del otro no les hace necesariamente tener que renunciar al suyo, y por eso no les da miedo comprender cómo piensa y siente la persona que tienen en frente. Las que asumen que la vida no siempre les ofrece lo que le piden, y que aunque el viento no siempre sopla de la forma más favorable ellas sí pueden decidir hacia dónde dirigen sus pasos, si a favor o en contra del aire. Las que saben perfectamente que la gratitud y generosidad con los demás mejora su sensación de bienestar. Aquellas que no dudan en trabajar y mejorar todas estas habilidades a diario, porque son conscientes de que las buenas actitudes no vienen de fábrica, sino que se adquieren durante la vida y es necesario alimentarlas cada día.

Y para lograr esa calidad no hace falta tener un alto Coeficiente Intelectual (C.I.).

Características de la calidad personal

Para el Maestro en Ciencias José de Jesús Vázquez Bonilla nos dice que hay una serie de características para diferenciar a una persona que tiene calidad y son las siguientes:

• Podemos afirmar que una persona sujeto y objeto de la ética, tiene calidad.

• Un individuo humano en equilibrio de sus rasgos internos con su medio ambiente, tiene calidad.

• Una persona consciente de sus habilidades y en ejercicio de ellas, tiene calidad.

• Una persona libre espiritual y emocionalmente pero respetuosa de su condición jerárquica y de su estado civil y social, tiene calidad

• Una persona satisfecha en su trabajo, con armonía familiar, suficiente diversión y relaciones sociales satisfactorias, consciente de su condición de criatura y por lo tanto dependiente de un ser supremo, es una persona de calidad.

Una persona de calidad logra unificar todas las características y las lleva a cabo íntegramente. Esto ayuda a tener un equilibrio perfecto entre los entornos que lo conforman, es decir, lo psicológico, lo social y lo fisiológico.

Importancia de la calidad personal

La calidad es el cumplimiento de las expectativas del cliente o usuario. Partiendo de esto, la calidad en las personas desembocará en mejores resultados a los clientes internos y externos.

Cuando existen altos niveles de calidad en las personas que integran una organización se perciben importantes avances positivos, los departamentos producen calidad de acuerdo a los usuarios, la calidad en todas las áreas lleva a una cultura organizacional, las personas que integran la organización mantienen satisfechos a los clientes y a las personas de la comunidad.

Esto trae como consecuencia que exista armonía en las relaciones laborales y por lo consiguiente aumenta la productividad, ocasionando óptimos resultados financieros, una imagen organizacional impecable y un próspero futuro, que se traduce en mejoras para los accionistas y los colaboradores.

La calidad personal tiene que empezar por la dirección, ya que ellos son los guías de la institución; a su vez, la dirección debe realizar la tarea más importante que es motivar a las personas que laboran en la empresa para que realicen mejor sus tareas dentro de ella.

Objetivos de la calidad personal

Una de las características del ser humano es el soñar despiertos, de imaginarnos como será nuestra pareja, donde queremos vivir, cuántos hijos queremos tener, a donde queremos viajar, que carro queremos manejar, o simplemente soñar en un puesto de trabajo que sea bien remunerado; la mayoría de las fantasías pueden convertirse en realidad, si logramos establecerlas como metas.

Para alcanzar alguna meta propuesta se requiere de acciones. Nuestros sueños son sólo eso hasta que las proponemos como metas y usamos parte de nuestro tiempo en actividades que las conviertan en realidad

Nuestra vida, salud, felicidad y los resultados de las metas fijadas, dependen de la claridad de los objetivos que cada quien se trace. Si nos encontramos confundidos, nos sentimos inquietos y desorientados, somos presa fácil de la ansiedad y la angustia se apodera de nosotros, sentimos que no avanzamos y nos frustramos.

Cuando sabemos que queremos, nuestra vitalidad y entusiasmo crecen; nos sentimos optimistas y gozamos la felicidad de realizarnos y de lograr lo que queremos; nos sentimos capaces, avanzamos y, por lo tanto, nuestra vida nos satisface.

En el siguiente esquema se amplía más el concepto:

(Tomado del libro "Un proyecto de vida para directivos"; autor: María Elisa Acosta.)

De acuerdo con los objetivos expuestos por María Elisa Acosta se dividen en tres partes importantes que son:

• Objetivos de salud y vida.

Nuestro cuerpo y nuestra mente son una unidad, no podemos tener un cuerpo sano si nuestros pensamientos no lo son y viceversa, no podemos pensar con claridad y realizar trabajos mentales de calidad si nuestro cuerpo está enfermo.

Las preocupaciones que sufrimos intensa y prolongadamente dañan a nuestro organismo al igual que lo hacen nuestras emociones destructivas crónicas. Ni el ejercicio más adecuado ni la alimentación más adecuada logra revitalizar nuestro cuerpo si nos sentimos fracasados, rechazados o con alguna emoción destructiva similar que no sólo impide el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, sino también el de nuestros procesos mentales.

Por nuestra salud, nos conviene más ocuparnos que preocupar y una de esas ocupaciones es el ejercicio, que revitaliza todo nuestro cuerpo.

Otro punto para ocuparnos de él, es la buena alimentación, el descanso adecuado, los pensamientos y las emociones que favorecen nuestro bienestar y paz interior.

Todo esto es primordial que los llevemos a cabo como los objetivos más importantes para nuestra vida.

• Objetivos familiares.

En este objetivo, podemos contemplar dos aspectos: el de ser pareja y el de ser padre.

El primer aspecto, podríamos considerar como uno de los objetivos centrales de ser pareja la posibilidad de crecer juntos compartiendo y disfrutando ese crecimiento. Esta relación requiere intimidad, que sólo se da cuando logramos ser auténticos. Al enfrentar aquí también la confrontación entre lo que deseamos ser, nuestros sueños, y lo que realmente somos, logramos ser auténticos en el reconocimiento de nuestra propia realidad y en plena aceptación de todo lo que verdaderamente somos. Esta aceptación nos ayuda a ser reconocidos plenamente por nuestra pareja y nos ayuda a disfrutar de la intimidad de la relación.

Cuando pasa lo contrario, es decir, que no somos auténticos y nuestra relación se basa en suposiciones de lo que ambos quisiéramos ser, creamos una distorsión de la realidad interna de cada uno y de la realidad externa en la que vivimos. De esta manera, eliminamos la posibilidad de comunicación y de relación que apoye nuestro mutuo crecimiento, satisfaga nuestras necesidades reales y nos brinde bienestar y disfrute compartidos.

Por el contrario, dentro de un clima de aceptación mutua de lo que realmente somos, podemos reconocer y aceptar los anhelos, motivaciones, deseos, valores, sueños, limitaciones, necesidades, etc., de ambas partes y de esta forma encontrar un equilibrio satisfactorio.

En el terreno de ser padre, como pareja actualizamos nuestra filosofía y los principios de educación que promuevan el desarrollo de nuestros hijos en su preparación para su propia vida independiente. También contribuimos a satisfacer sus necesidades, establecer límites y estándares de desempeño razonables.

Este objetivo trata de que lleguemos a ser unas personas reales consigo mismos y a parte a ser reales con la persona que compartimos nuestra vida, ya que nuestra pareja comparte todos nuestros triunfos y fracasos en gran parte de nuestra vida.

• Objetivos de carrera de trabajo o profesionales.

Nuestra carrera laboral está conformada por nuestras características individuales, que interactúan con las de la empresa.

La forma en que desempeñamos nuestras tareas laborales, la orientación que le damos a nuestra carrera de trabajo, la eficiencia con que aprovechamos las oportunidades en la organización para proyectar nuestro crecimiento, dependen principalmente de nuestra auto percepción de quién somos y quién queremos ser.

Por lo general, aprendemos a reconocer nuestras propias capacidades sólo hasta que las ponemos a prueba en los retos en la vida general y del trabajo en particular. Por consiguiente, nuestro trabajo representa una oportunidad extraordinaria para retarnos y medirnos, para reconocernos y aceptarnos en nuestra realidad y nuestras posibilidades de realización.

Sin embargo, pocas veces analizamos y reflexionamos sobre nuestra carrera de trabajo para comprender la interacción de estos dos aspectos: las oportunidades de trabajo que podemos detectar y que tomamos para desafiarnos, valorarnos y hacernos crecer; y lo que somos como el conjunto de habilidades, experiencias, sentimientos, fuerzas, capacidades, gustos, preferencias, valores, etc. Hacer este análisis de manera periódica nos permite

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