Caperuza no muy buza

CAPERUZA NO MUY BUZA

Había una vez una niña muy bonita. Su padres  le había comprado con mucho esfuerzo una laptop roja y la adolescente la llevaba con ella a todos lados y la usaba más que nada para conectarse a sus redes sociales, principalmente al facebook. Ella tenía un gran vicio por estar atenta a lo que ocurría en su perfil.

            Un día, recibió una petición de amistad de un completo desconocido, a lo cual ella acepto de inmediato, al ver su perfil y tratarse supuestamente de un chavo adolescente de mas o menos su misma edad y considerarlo muy guapo, dijo “que popular soy, hasta gente que ni conozco me agrega”.

Al paso del tiempo le fueron llegando inbox de este mismo desconocido diciéndole que era muy linda, que tenía unos ojos que hipnotizan, una cabellera muy bella, unos labios suaves y besables.  La Caperuza se sentía en las nubes con esas palabras, tanto que le regresaba los mensajes agradeciéndole y correspondiéndole los cumplidos y halagos.  

Los días transcurrieron y entre ellos floreció una gran cyber-amistad. El desconocido ya no solo se comunicaba con la Caperuza por medio del facebook, si no que ya lo hacía también en el whatsapp.

La Caperuza fue cayendo en las redes de este desconocido ya que le compartía cada día mas información personal, que donde estudiaba, el nombre de sus padres, la calle donde vivía en fin, muchos datos que no se comparten a si de fácil. La crédula Caperuza estaba tan inmersa en los mensajes de amor de este Romeo desconocido que llego al grado de compartir sexting con él.

Conforme pasaban los días La Caperuza fue notando la presencia de un extraño con mala pinta, al principio no le dio importancia, pero al paso de las semanas su preocupación fue en aumento, ya salía muy poco a la calle, de su escuela a su casa, en fin lo mínimo que pudiera salir, ya que se lo encontraba por todos lados.

Grande fue su sorpresa cuando un día en la escuela todos se reían de ella, la señalaban, la tachaban de golfa y zorra. Nuestra Caperuza no tenía ni la más mínima idea de lo que ocurría, hasta que una de sus amigas le muestra algo en su celular que la dejo helada, se trataba de las imágenes y fotos que ella había compartido con su Romeo cibernético. No podía levantar la cara por la vergüenza que sentía en ese momento. Ese día no se quedo en la escuela ya que no soportaba los comentarios de sus compañeros.

Al llegar a su casa se encuentra con sus padres, los cuales ya tenían copia de esas mismas imágenes, ellos le pregunta al respecto, que si es una broma o de que se trata. Ella no tiene más remedio que contarles toda la historia, su amigo desconocido, las fotos, el extraño que la sigue.

Los padres de la Caperuza deciden de inmediato ir al ministerio público a levantar una denuncia en contra de esta persona, se les complica ya que solo tienen una descripción física del sujeto, el oficial a cargo les dice que se llevaran a cabo las investigaciones correspondientes y que se vallan a casa, a lo cual ellos al no tener más alternativas y con enojo deciden hacerlo.

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