Características del capitalismo de libre competencia

Características del capitalismo de libre competencia

La Revolución industrial significó el nacimiento de un tipo de producción en masa impersonal, destinada a los grandes mercados. Esta producción masiva, sin embargo, no es exclusiva del capitalismo industrial, ya que se había iniciado en la etapa manufacturera, con la aplicación de la división del trabajo en los talleres. A su vez la división del trabajo, aunada a la uniformidad de los instrumentos y rutinas de trabajo aumentó sensiblemente la productividad.

Como dijimos, la revolución industrial implicó la introducción de máquinas en los talleres manufactureros. Las máquinas, que usaban básicamente de una fuente de energía no animal (el carbón, que generaba el vapor), no hacían más que potenciar, incrementar la velocidad de movimientos productivos que anteriormente hacían los obreros: hilar, tejer y cortar.

Así desde los talleres manufactureros estaba prefigurada la fábrica industrial maquinofacturera. Otro elemento productivo, en este caso no propiamente tecnológico sino de organización del trabajo, es la disciplina que acompaña a la uniformidad en la producción. Aquí también la fábrica maquinofacturera potenció lo que ya existía en el taller manufacturero.

Las fábricas maquinofactureras emplearon a capataces cuya función era vigilar a los obreros para imponer un ritmo uniforme de trabajo que aumentara la producción, un ritmo adecuado a las máquinas: repetitivo, monótono y mecánico. La imposición de la disciplina comenzaba con el horario de trabajo y se extendía a los demás aspectos de la producción.

Otra característica de esta nueva forma de producción era la sencillez de las tareas. La máquina no exigía mucho esfuerzo para ser manejada; más aún, no todos los obreros la manipulaban, así que muchos sólo tenían que atenerse a su ritmo y velocidad. El obrero realizaba movimientos sencillos, pero rápidos, repetitivos; por esta razón no importaba la habilidad que pudiera haber tenido como artesano, ya que estorbaba a las nuevas tareas que se le encomendaban. Debido a lo anterior, las nuevas máquinas tampoco exigían al operario una gran fuerza física; esta fue una de las condiciones para el establecimiento del trabajo de las mujeres y los niños, que paulatinamente fueron desplazando a los varones adultos en las fábricas, por supuesto con menos salario.

Actividad: Lecturas de textos de economía.

“Máquinas, mujeres y niños en la Revolución Industrial.”

La Revolución Industrial implicó

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