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Carta A Un Alumno


Enviado por   •  2 de Junio de 2015  •  1.515 Palabras (7 Páginas)  •  363 Visitas

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Hola amigo, amigo alumno.

Quiero decirte que contigo he aprendido tantas cosas que en la escuela nunca me enseñaron. Ahí me dijeron cómo conducirte por el camino próspero, barriendo todo el polvo de la ignorancia con la escoba de la buena vocación, para que tus días sean más placenteros y tus manos … y tu conciencia, sirvan para darle un mejor sustento a tu familia… y para que tu comunidad se vaya transformando con el cincel de tus ideas… ¡ y claro, para la realización personal!

Amigo alumno, en la escuela me enseñaron, a que debo forjar en ti, todas esas cualidades que te hagan paradigma de las generaciones venideras, pero nunca me dijeron que tenía que verte como a un hijo, que tenía que preocuparme por tus problemas personales, que muchas veces eclipsan tus emociones. Esas emociones capaces de fabricar monstruos voraces, buscando alimentarse de tu porvenir.

Hoy te pido, me des la oportunidad de que tú y yo seamos buenos amigos, y que entre los dos propiciemos un ambiente de respeto, para que podamos revalorar nuestras condiciones y los roles que nos ha tocado cumplir, con el único afán de que nuestra escuela siga siendo ejemplo de la buena educación.

Prometo respetarte como a un ser humano, apreciarte casi como a un hijo, y a enseñarte como a un alumno; utilizando las herramientas necesarias para que tu estancia en el aula nunca te parezca insoportable. Prométeme que me respetarás como a un ser humano y que me enseñarás tus defectos y virtudes, sin olvidarte que el cariño que te tengo, no te da ningún derecho a gritarme… y sobre todo, a no hacer tus tareas.

También te prometo: no hacer comparaciones entre ustedes, ni mucho menos ridiculizarlos, ya que esto, lejos de entusiasmarte te pondría al borde de la deserción o cuando menos, al rechazo total a la importante participación en el aula.

Prométeme que tú también evitarás cualquier comparación entre tus maestros, aún cuando creas que hay alguno que te parece el mejor. Cada uno de nosotros asume sus propias estrategias, sin embargo, nos reconocemos y nos apoyamos en los de mayor experiencia, para enriquecer nuestro trabajo, y así, intentamos explotar al máximo sus potencialidades…. ¡son ustedes increíbles!

Prometamos juntos respetar a nuestra querida escuela, que nos cobija y nos dota de lo necesario, para que día con día, ustedes sientan que sus sueños están al alcance de sus manos, y nosotros digamos resueltos: ¡qué orgulloso me siento de ser maestro!

Te prometo que el día que me sienta cansado y palidezca mi ilusión por enseñar, cuando ya mi sapiencia se esconda en mi garganta y mis manos no quieran más imantarse a la pizarra, ¡me iré!, antes que todos mis aforismos puedan convertirse en mentiras y mi prestigio de buen educador esté propenso a un pésimo recuerdo.

Prométeme que tu ilusión de aprender, nunca se rendirá, que tu conciencia y tus manos servirán para darle vida a tus utopías y que tus actos serán la inspiración de aquéllos que naufragan en el desánimo y en el dilema de continuar con sus estudios. Prométeme que en cada aprendizaje que adquieras, sentirás más cerca tu meta… ¡Ánimo!

Hasta pronto amigo alumno, gracias por ser muy buena onda.

P.D. Nos vemos mañana temprano en la escuela… y no olvides hacer tus tareas.

Durante la vida habrá varios motivos que nos pondrán tristes y nos harán llorar, uno de ellos suele ser dar una despedida; sin embargo, la despedida que hoy damos a los alumnos que terminan su educación primaria no es motivo para la melancolía ni el dolor: es causa justa de felicidad porque es el momento que da fin a todo el trabajo y el esfuerzo que empeñaron en sus estudios elementales.

Los maestros sienten una enorme satisfacción porque sus esperanzas eran ciertas: el sembrador ve como germinan las semillas que ha plantado. Alumnos que hoy dejan esta escuela primaria, sus profesores han puesto empeño en grabar en sus mentes los conocimientos básicos y necesarios para emprender nuevas etapas, el valor de la educación y la idea de lo que es ser un ciudadano mexicano.

De la escuela no sólo se llevarán lo anterior: conservaran en su memoria las horas de alegría que vivieron en esta escuela, porque no sólo disfrutaron de aprender, también conocieron a nuevos amigos, sus compañeros de estudios y juegos, con ellos se formaron planes para el futuro, adelante pues con la educación recibida, los nuevos amigos y los sueños.

Alumnos, nunca olviden que en su escuela primaria recibieron la enseñanza cuya luz fue el faro que los guió a este puerto donde felices los recibimos sus maestros y padres.

A pesar de la estar embargados por la emoción de este acto solemne, deseamos aconsejarles sobre su certificado de estudios primarios, con él no termina una etapa sino que sea sólo el comienzo de otras más, saben bien que el hombre preparado nunca tendrá miedo ante la dureza y los obstáculos que le presente la vida.

Este certificado es la suma de la labor del maestro y el esfuerzo de cada alumno

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