Celebración De día De Muertos En Diferentes Estados
tete6817 de Marzo de 2015
5.008 Palabras (21 Páginas)384 Visitas
• Celebración del Día de Muertos en Diferentes Estados
Dado que es muy difícil que nosotros expliquemos las tradiciones estatales, anexaremos los artículos de cada estado. Ahí se pueden ver las diferencias que existen entre los estados. Una de las cosas en que más difieren es la comida por ser los gustos diferentes dependiendo de la región.
Morelos: Los preparativos para la celebración del 1 y 2 de noviembre empiezan unas semanas antes con la limpieza de los cementerios. En la mayoría de los pueblos dichas celebraciones se inician entre el 28 y 30 de octubre en que se recuerda y honra a aquellos difuntos que murieron en condiciones muy especiales ( accidentes, ahogados, asesinados, las mujeres que murieron al nacer, etc.)
En cuanto a la ofrenda se va formando con la participación de familiares, parientes y amigos. La familia del difunto coloca en su casa el altar sobre dos mesas o camas de carrizo, puestas en dos niveles, el cual se va arreglando con flores, ceras, panes. Se colocan platos de mole que se obsequian a los parientes que llevan esas ofrendas.
La Huasteca: La religión se manifiesta en un conjunto de elementos sincréticos entre el catolicismo y las raíces indígenas, donde aún se conserva cierta adoración hacia el sol y la luna, interpretados como elementos masculino y femenino.
Son frecuentes las antiguas prácticas de curaciones combinadas con ritos mágicos que realiza el curandero o el brujo, quienes emplean ramas y hojas de plantas en sus limpias. Estos actos son acompañados con música viva de violín, guitarra y jarana.
En relación con el culto a los muertos, en la Huasteca los altares también son de gran vistosidad, arreglados sobre una mesa que se cubre con flores de cempasúchil, crucifijos e imágenes de santos y de la Virgen. Junto a ellos se colocan las viandas para los difuntos y las golosinas para los angelitos, como dulces y calaveras de azúcar.
Querétaro: Querétaro imprime características propias a las ofrendas que se calocan el 31 de octubre al 2 de noviembre para celebrar los tradicionales días de muertos.
Las ofrendas incluyen elementos muy variados que en su mayor parte, son tomados o bien elaborados a partir de lo que brinda el en torno natural; en este sentido las ofrendas en la Sierra Gorda se caracterizan por el arco frontal elaborado de caña o carrizo, el maguey utilizado como candelabro, insertando en cada punta una vela. Los guisos tradicionales ofrendados a los muertos son casi siempre a base de lentejas, nopales, tamales, y dulces de tejocote y calabaza, acompañados de bebidas como pulque o aguardiente de caña, sin faltar ceras y veladoras y capal para aromatizar, ni la flor de muertos , el papel picada y el rebozo a el sombrero del difunto.
Los habitantes del campo llevan además flores y luz en sus velas, los frutos de la tierra y los elementos de disfrute para el difunto, sin ignorar los cuatro elementos de la vida; aire, agua fuego y tierra; adornos de papal picado, líquidos para beber, desde los más puros y reconfortantes hasta los mas deliciosos y embriagantes, sin dejar pasar los atoles; la tierra con sus productos en granos, las flores o frutas y el fuego que se le arranca al carbón, para quemar el copal, o guisar las preferencias del difunto de la devoción.
Si el muerto se come o no lo que con tanto ahínco se le ha preparado, no importa, el caso es que sepa que se le quería y por eso las tumbas se lavan, aunque sea una vez al año, con caudales inacabables de llanto derramado en el camposanto.
Por la tarde del día primero se oficia una misa en la iglesia a la que asiste la mayoría de la gente del barrio, centro y de algunos barrios de la localidad, al terminar esta, los mayordomos de las benditas ánimas y las personas que deseen quedarse toda la noche en la iglesia, eligen un "gobernador" y su "segundo" encargados de dirigir la ceremonia nocturna, el gobernador nombra a su "avanzada" así como al encargado de la misma dándoles instrucciones para que visiten las capillas familiares, la "avanzada" va por el caserío cantando alabanzas y rezando toda la noche, al amanecer la avanzada regresa a la iglesia y las "contribuciones" recolectadas en la capilla se reparten entre los asistentes, aunque la mayor parte es entregada al "gobernador" diciendole: "le ofrendamos este pequeño obsequio de oro y plata".
El día 2 de noviembre las familias comen lo que han ofrendado a los difuntos visitantes, por la tarde visitan el panteón y comen los platillos que le gustaban al muerto a la vez que adornan la tumba con flores de muerto y silvestres.
En San Ildefonso Tultepec, localidad Otomí al sur de la entidad, la celebración de día de muertos se realiza a nivel comunitario en la parroquia y a nivel familiar en las casas y en el panteón. El prímero de noviembre en la parroquia se efectúa el "Alba" consistente en rezar el rosario y entonar alabanzas al amanecer, con el fin de dar una primera bienvenida a las almas.
Al medio día preparan una ofrenda para todos los muertos de la comunidad, colocando sobre el altar de la parroquia un montón de tierra a manera de tumba, la que cubren con un mantel negro que adornan con mantillas bordadas. Arriba van los cirios, veladoras y velas, los floreros con alcatraz, floripondio, malvast cempasúchil y flores silvestres; así como alimentos en ollas de barro como: mole, frijoles, tartillas, tamales y dulce de piloncillo.
Oaxaca: La celebración del día de muertos en Oaxaca es una ceremonia popular que invoca a los espíritus de los ancestros para invitarlos a "convivir" en el mundo terrenal, por lo que se procura agasajarlos en la forma más atenta. Su visita entre nosotros obedece a un permiso obtenido desde el más allá para que las ánimas de los difuntos puedan visitar a sus parientes. Los muertos retornan a su hogar porque son atraídos por sus antiguas pertenencias o por el amor a sus deudos.
Es posible asegurar que ninguna población de México permanece indiferente a tan arraigada tradición que de alguna forma fortalece los vínculos familiares evocando la memoria de los seres queridos. Existen vestigios de las representaciones de la muerte llevados al cabo por las diversas culturas que florecieron antes de la llegada de los españoles. Dichas culturas sostenían que con los vientos fríos del norte, llegaban los espíritus de sus muertos a visitarlos y para recibirlos organizaban fiestas en su honor.
Desde la evangelización de Oaxaca llevada a cabo por los Dominicos Fray Gonzalo Lucero y Fray Bernardino de Minaya, a la cabeza de un sinnúmero de misioneros civilizadores; se implementaron las fechas para celebrar a los Fieles Difuntos, tomándose como resultado del culto a los muertos que ya tenían los pueblos aborígenes y las preces de la Iglesia por los antepasados.
En la actualidad la celebración de Muertos se inicia a mediado del mes de octubre con la adquisición de los productos que habrán de colocarse como ofrenda en un altar. Desde muy temprano, los mercados se instalan y se visten de olores y colores característicos, entonces comienzan la concurrencia de los deudos.
Pueden encontrarse entre los productos característicos de la temporada: el mole negro, los dulces Oaxaqueños, entre los que no puede faltar la calabaza en conserva, las manzanitas de tejocote y el nicuatole, acompañados por el chocolate y el pan de muerto. Todo esto y las frutas de la estación, son elementos que se utilizan para adornar los Altares de Muertos y para rodear las ofrendas que se colocan en honor a aquellos que han partido ya de este mundo.
El primero de noviembre es día de "llevar los muertos", la costumbre consiste en obsequiar a parientes y amistades de la familia una dotada muestra de viandas que integran la ofrenda de los muertos. La entrega se hace casa por casa. Este día se venera a los "angelitos", es decir a los parientes que murieron siendo niños. El día dos de noviembre se venera a los finados adultos.
Todos los Santos y los Fieles Difuntos son ocasiones para que el pueblo ejerza sus ancestrales costumbres. Algunos, orando por sus familiares pasados, otros yendo a los cementerios para adornar las sepulturas que permanecen en los panteones, elaborando así los altares de muertos.
Gran parte de la preparación de estas fiestas, se refleja en la construcción de los Altares de Muertos, ofrenda que se hace para honrar a los familiares fallecidos, ya que según la creencia popular, ellos vendrán a visitar sus moradas y a sus familias en este día. Los Altares de Muertos son instalados en las casas de sus familiares o en los mismos panteones sobre las tumbas y varía de acuerdo a las tradiciones de cada región. Todo lo que el fallecido disfrutó en vida, es recordado al preparar el altar; la ofrenda se coloca el día 31 de octubre por la mañana, y es todo aquello que los ya finados vendrán a saborear y disfrutar.
Este altar se levanta generalmente sobre una mesa forrada con un mantel o una sabana blanca o bien con papel de china "picado"; en las patas frontales de la mesa, se amarran unas cañas de azúcar o carrizos, a los que se les da forma de arco triunfal, por donde se da la bienvenida a los fieles difuntos.
Tradicionalmente en todo Altar de Muertos jamás se olvida colocar la flor de muerto, el oloroso "cempasúchitil", y también flores de otro tipo. Otra de las ofrendas que nunca se soslayan y que se sitúan en los altares para que las ánimas de los difuntos se alumbren, es la lámpara que contiene el aceite de higuerilla, las velas de cera blanca y veladoras. Dependiendo de cada familia, las imágenes religiosas y fotográficas de los
...