ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ciencias Sociales Y Humanidades


Enviado por   •  8 de Febrero de 2012  •  1.127 Palabras (5 Páginas)  •  1.067 Visitas

Página 1 de 5

En el contexto en que laboramos como profesores de secundaria, es decir, en el medio preuniversitario, es evidente que la importancia que las instituciones educativas le conceden a los cursos de “ciencias” como matemática, física, química y biología es abrumadora respecto a la que se brinda a los cursos llamados de “letras” como historia, psicología, filosofía, lenguaje y literatura: medallas en certámenes nacionales e internacionales son el galardón que exhiben los colegios que acumulan prestigio por medio de la imagen mediática de sus “niños genios”.

Esta situación refuerza el prejuicio que muchos padres, alumnos e incluso, profesores y directivos de colegios tienen respecto a los cursos de humanidades, al punto que la mayoría los considera “cursos de relleno”, o desde la perspectiva de los alumnos, una valla que hay que superar para aprobar una nota. La idea que subyace a este prejuicio es que se tiene la percepción de que las ciencias formales y/o naturales son superiores a las humanidades porque aquellas son “más difíciles” y que los cursos de letras bastaría con leerlos para aprobarlos. Otro punto que refuerza este prejuicio radica en el prestigio social del que gozan varias profesiones vinculadas con las ciencias exactas como las ingenierías o medicina. Si a esto agregamos los concursos de matemáticas promovidos por diversas instituciones educativas, veremos que el panorama no es muy alentador para los cursos de humanidades. ¿Es que acaso se promueven con la misma intensidad concursos de redacción o ensayo a nivel escolar? Definitivamente, no.

“¿Para qué llevamos ética, profesor, para qué nos sirve?” fue el comentario espontáneo de un alumno momentos previos de ingresar a su salón en la hora de Ética. Cuando le dije a un colega de aritmética que yo acababa de terminar una maestría en Literatura, algo sorprendido me preguntó: “¿y eso para qué sirve?”. El pragmatismo con el cual la educación escolar actual enfoca la enseñanza, reduciéndola a cinco años dedicados exclusivamente a una preparación para afrontar un examen de admisión de tres horas es un objetivo, a mi parecer, mezquino. Si el alumno universitario, matices más, matices menos, carece ya de un interés por la investigación, en el colegio el diagnóstico es mucho más grave. La conciencia crítica y la reflexión sobre cuestiones prácticas no tienen lugar en la educación secundaria actual, simplemente, porque quienes debieran fomentarla han convertido la enseñanza de las humanidades en una mera reproducción irreflexiva de información que muchas veces, carece de sentido para los estudiantes. Información que transita del libro de autor o de la Internet al compendio —a veces sin citar la fuente— de este a la pizarra, luego al cuaderno —al cual se valora en tanto reproduzca una pizarra de manera impecable— y del cuaderno al examen. El resultado es que, finalmente, dentro de este círculo vicioso, el profesor se evalúa a sí mismo mas no al alumno. Así ¿cómo esperamos que el alumno le conceda importancia a los cursos de letras si no representan para él ningún desafío más que el mecanicismo de la repetición?

Y no es que las ciencias formales o naturales sean superiores a las humanidades o viceversa, sino que a estas no se les da la altura que merecen. Si durante la Colonia el acceso al conocimiento estaba limitado por cuestiones de raza, herencia o título nobiliario, en la actualidad, la educación en nuestro país ha reencauchado este sistema: hemos reemplazado el título nobiliario por el título profesional; hay muchos titulados pero pocos profesionales. Educación y cultura

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (7.2 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com