Comunicación de los procesos legales
RauldelaLozaInforme13 de Junio de 2017
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UNIVERSIDAD
GUÍA DE ESTUDIO
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
COMUNICACIÓN
PRESENTACIÓN
Todos los procesos sociales de la humanidad basan su existencia en la capacidad de las personas de percibir y expresar el mundo objetivo. El proceso administrativo, es obvio, no se abstrae de dicha dinámica social y por ello es de suma importancia conocerle para entender mejor las interacciones de quienes tienen como objetivo realizar todas las acciones de la administración y que consecuentemente se enmarcan en las acciones comunicativas.
Para una profunda comprensión del contexto descrito en el párrafo anterior, este material toma como hilo conductor la propuesta de Jürgen Habermas, uno de los más destacados representantes de la Escuela de Frankfurt, quien ha elaborado su Teoría de la Acción Comunicativa, la cual pretende que sea una "fundamentación metodológica de las Ciencias Sociales en una Teoría del Lenguaje" y en la que incluye uno de los conceptos más trascendentes para la ciencia social: la acción.
A lo largo de esta guía estará presente el concepto de acción comunicativa. La primera unidad mostrará cómo la racionalidad se presenta mediante la capacidad de entendimiento entre sujetos capaces de lenguaje y acción gracias a actos de habla en los que el mundo objetivo es el trasfondo en el que se hayan creencias e intereses ocultos y aceptados de manera acrítica por las comunidades de comunicación. Habermas ve en la acción comunicativa el origen de una sociedad fundada en su lenguaje y en el análisis del andamiaje general de la acción, luego de comparar las compresiones mítica y moderna del mundo; aspecto desarrollado en la segunda unidad a través de un repaso general de las ideas de Godelier, Winch y Piaget. En la tercera unidad se analizarán las relaciones con el mundo y aspectos de la racionalidad de la acción en cuatro conceptos sociológicos: la teoría de los tres mundos de Popper, acción teleológica, acción gobernada por normas y acción dramatúrgica. En seguida, en la unidad cuatro, se abordará la problemática de la comprensión en las ciencias sociales a través de la Teoría de la ciencia y la Sociología comprensiva con las aportaciones de Niklas Luhman. Finalmente, la quinta unidad concretizará el concepto acción como sistema para poder ver con claridad a la acción como un fenómeno de comunicción social del que dependen todas las interacciones humanas.
El autor considera que los seres humanos tienen a la racionalidad como rasgo característico que se manifesta objetivamente en el lenguaje, por lo que es imperativo comprender el proceso de comunicación correspondiente al proceso administrativo.
José Raúl de la Loza Ortega
OBJETIVO GENERAL
Proporcionar al estudiante los fundamentos de la teoría de la comunicación, destacando la teoría de la acción en la discusión de las ciencias sociales contemporáneas, para valorar su impacto en los procesos administrativos y directivos como consecuencias cotidianas y sistemáticas de la acción humana.
ACCESOS A LA PROBLEMÁTICA DE LA RACIONALIDAD
Objetivo particular
Al finalizar la unidad, el alumno comprenderá los conceptos básicos de la racionalidad en el marco de las afirmaciones y las acciones propuestas por Habermas y su análisis bajo la Teoría de la argumentación.
En el análisis de la comunicación compiten varias posiciones teóricas que se hacen notar no sólo por los problemas que regularmente se plantean, ni por las estrategias de investigación que emplean, sino por razones de principios. Lo anterior se refiere a las diferencias al elegir el marco de categorías teóricas y su conceptualización en el contexto de la racionalidad. El desarrollo de la mente humana se ha basado en la filosofía para explicar la vida en su conjunto, es decir, pretende dar a entender la unidad de los fenómenos en su propia diversidad a partir de principios que se buscan en la razón.
Los análisis empíricos actuales se han de plantear en sus categorías básicas de manera tal que logren hacer conexión con las reconstrucciones racionales de unión de significación y de soluciones de situaciones problemáticas. En el contexto de las ciencias sociales, la disciplina que mejor se ajusta con el problema de la racionalidad, a partir de sus principios conceptuales, es la Sociología. Por un lado, lo demuestra así la historia de la Sociología, mientras que por otra parte existen razones sistemáticas.
Por lo anterior, resulta conveniente, antes de comprender el proceso comunicativo, revisar el concepto de racionalidad situándolo en la perspectiva del origen de la comprensión actual del mundo. Para ello, será la posición de Habermas el hilo conductor del desarrollo posterior de esta guía, aunque se dará lugar a otras visiones que lo complementen o que signifiquen una alternativa.
1.1. Racionalidad
Es común entender a la racionalidad en el marco de una estrecha relación con el conocimiento, sin embargo, tiene más que ver con la forma en que las personas emplean el conocimiento a través del lenguaje y de la acción.
En los actos lingüísticos de las personas se manifiesta con gran claridad un saber mismo que guarda una estructura proposicional: las ideas pueden expresarse de manera enunciativa. Aunque, de igual forma, las manifestaciones simbólicas, ya sea que correspondan a acciones lingüísticas o no, implican un saber.
A la racionalidad puede observársele desde distintas perspectivas. Erich Fromm señala que: “La facultad de pensar objetivamente es la razón; la actitud emocional que corresponde a la razón es la humildad. Ser objetivo, utilizar la propia razón, sólo es posible si se ha alcanzado una actitud de humildad, si se ha emergido de los sueños de omnisciencia y omnipotencia de la infancia (El arte de amar 141)”.
Por su parte, Ruano afirma que la racionalidad “sólo hace referencia a un estado, como consideración estática de la razón, -mientras que la expresión «racionalización» haría referencia a un proceso, como consideración dinámica de ella (Racionalidad y Conciencia Trágica 62)”.
La tarea de encontrar una definición de la racionalidad no es simple, aunque su caracterización facilita encontrar una común unidad que se desprende de una característica que se halla, a decir de Ruano, en toda clase de racionalidad: “su potencial de dominio de la realidad; o cuando se sostiene la idea de que la racionalidad consiste en un «método»; un método que en cuanto tal presupone ciertas capacidades de reflexión y de lenguaje y que está dirigido al dominio consciente de la realidad (Racionalidad y Conciencia Trágica 62)”.
Por su parte, Popper, considera que el racionalismo:
“Supone [...] la idea de que nadie debe ser su propio Juez, y también la idea de imparcialidad. (Esto se halla íntimamente relacionado con la idea de la <objetividad científica>[...]). La fe en la razón no solamente es una fe en nuestra propia razón, sino también - y más aún - en la de los demás. [...] pues el racionalismo se halla íntimamente relacionado con la creencia en la unidad del género humano" (La Sociedad Abierta y sus Enemigos 445 - 451).
Si se observan los aspectos señalados hasta aquí sobre la racionalidad, es posible percatarse de que tan sólo se ha expresado parte de los elementos que forman el concepto de razón, es decir: un sistema de coordenadas que contiene un extenso carácter objetivivo y universal, que representa el fundamento de todos los juicios correctos o válidos y que son expresados por medio del lenguaje.
La racionalidad radica en las personas, quienes hacen afirmaciones y realizan acciones. Las enunciaciones pretenden ser verdaderas en tanto que las acciones intentan ser eficaces. Habermas señala que: “El saber puede ser criticado por no fiable. La estrecha relación que existe entre saber y racionalidad permite sospechar que la racionalidad de una emisión o de una manifestación depende de la fiabilidad del saber que encarnan (Teoría de la acción comunicativa 24)”.
Este autor señala que, en una primera instancia, existe una versión cognitiva en sentido estricto del concepto de racionalidad y que se define tan sólo por referencia al empleo de un conocimiento descriptivo en dos vertientes de utilización. La primera cuenta con un carácter no comunicativo, es decir, emplea el concepto racionalidad cognitivo-instrumental, mismo que connota su propia autoafirmación exitosa en el mundo concreto gracias a que contiene un gran potencial manipulador de la información y es sumamente adaptable a los entornos contingentes. La segunda vertiente se basa en actos de habla, se trata de la racionalidad comunicativa, concepto mucho más amplio que se encuentra relacionado con el conocimiento.
La racionalidad comunicativa asume connotaciones que le conducen a integrar concensos entre las personas, por medio de la argumentación hablada, de las que elimina las primeras subjetividades para aceptar, posteriormente,
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