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Cortesia Y Sus Normas

tonatiuh9427 de Julio de 2013

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La Cortesía

La cortesía surge de una entrega auténtica y de ceder voluntariamente al otro parte de nuestro poder, de nuestro placer y quizá de nuestra comodidad... De poco nos servirá ser las personas más cultas y correctas si estas cualidades no nos proporcionan la sensación de bienestar y paz que obtenemos al dar un poco de nosotros mismos.

Ella puede abarcar o se la puede traducir también en cierto modo como todo el aspecto institucional de la vida social, las reglas existentes para el arreglo de los vínculos sociales principales.

Las fórmulas de cortesía son pequeñas frases hechas utilizadas muy a menudo en nuestra vida diaria. Aunque son muy variadas y algunas muy localistas o influenciadas por costumbres locales, vamos a indicar las más utilizadas y comunes que todos solemos utilizar a diario en nuestra vida tanto laboral, como social o familiar.

Las mismas pueden ir acompañadas en algunos casos por gestos como una sonrisa, una leve inclinación de cabeza, un saludo con la palma de la mano, entre otras.

La cortesía es una característica especial de los buenos vendedores y, en general, de las personas que logran tener preferencia cuando se establecen relaciones comerciales. Las personas que son afables son bien recibidas en todas partes y dejan una muy buena impresión respecto de ellos mismos y de la empresa a la cual representan.

Normas de cortesía

Debemos tratar con respeto a las personas, así podemos hablar con mayor claridad y también nos respetarán.

Las normas de cortesía son frases que utilizamos en la conversación para expresar nuestro agradecimiento.

Buenos días

Buenas noches

Buenas tardes

Gracias

Con permiso

Disculpa

Muy amable

Pase usted

Le ofrezco mi puesto

Por favor

No volverá a suceder

Si practicas las normas de cortesía vivirás más feliz en tu comunidad.

La forma más común de saludo es estrechar las manos. Cuando existe más confianza se saluda con un beso en la mejilla. Siempre es muy cortés, al ir de visita, llevar algún pequeño obsequio.

El decálogo de la cortesía

Ser afable en el trato con los demás.

Cultivar el servicio en bien de otros.

Honrar el credo de la amistad con los atributos de la cordialidad, gentileza y desinterés.

Ser galante.

Saludar amistosamente.

Ser solidario con los demás.

Reconocer los méritos de otros.

Auxiliar al necesitado desinteresadamente.

Ser sumiso a nuestros superiores.

Fórmulas para ser Cortés

Siempre da las gracias por una atención recibida, aunque ésta sea elemental.

Llega puntual a los compromisos que tiene.

Presta la debida atención a su compañero.

Cuando va acompañada de un hombre, se abstiene de fijarse en otros y alabarlos delante de él.

Si al entrar en una habitación, toca primero a la puerta y pide permiso, aunque se trate de su propio esposo o sus hijos.

Si mantiene sus rutinas de higiene y belleza en privado.

Habla en voz baja, y evade temas de conversación sobre temas polémicos o comprometedores.

Consulta con su pareja la posibilidad de aceptar o no una invitación en conjunto. No toma sola decisiones que les concierna a ambos.

Evita las demostraciones exageradas de amor en público, pero si demuestra su interés en él.

Trata de complacer a su pareja y no le impone sus preferencias, ya sea para ver un programa de televisión, al ir a un restaurante, etc.

Es amable con los amigos de él, aunque tenga pocos intereses en común con ellos.

Siempre es atenta con la familia de él.

Cuando lo llama por teléfono, verifica primero si no está interrumpiendo sus actividades.

Cortesía en la mesa

Nunca está de más recordar algunas reglas que quizás tengamos olvidadas.

Para ser una mujer perfecta, además de buena cocinera, ama de casa exigente y hospitalaria, tendremos que conocer también las principales reglas de cortesía y en particular las que tratan del comportamiento en la mesa, que las tenemos a continuación:

Masticar silenciosamente y no hablar nunca con la boca llena.

Los ruidos emitidos cuando se bebe, por ejemplo un caldo, están rigurosamente prohibidos.

No llenar nunca demasiado la boca.

Llevar la comida a la boca y no al revés.

En la mesa mantener el busto erguido, pero sin rigidez.

La servilleta no se ata alrededor del cuello, sino que se coloca sobre la falda ó los pantalones.

No apoyar los codos sobre la mesa, sino mantenerlos cerca del cuerpo, aun cuando se tenga que cortar un alimento más bien duro.

La cuchara sopera se llena sólo en sus dos terceras partes y no se apoya en los labios por su extremo, sino por un lado.

Cuando tengáis que inclinar el plato, para recoger las ultimas cucharadas de sopa, no lo inclinéis hacia vosotros, sino hacia el centro de la mesa.

El caldo en taza se bebe directamente de la taza misma sin utilizar la cuchara. Con esta última sólo está permitido probar él liquido para cerciorarse de que no está demasiado caliente.

La cuchara sopera se deja en el plato con el mango hacia la derecha y paralelo a vosotros.

Los alimentos no deben nunca esparcirse desordenadamente en el plato, sino que deben mantenerse recogidos en el centro del mismo.

El alimento se corta a medida que es llevado a la boca.

Esta absolutamente prohibido limpiar el plato con un pedazo de pan clavado en el tenedor.

Antes de beber es conveniente limpiarse la boca para evitar el dejar huellas en el vaso.

No se deben tomar nunca dos bocados a un mismo tiempo.

Los mariscos se toman con las manos, sosteniendo las conchas por un extremo. Sólo para las ostras están permitidos los cubiertos.

El pescado no se corta nuca con cuchillo, sino que se usan cubiertos especiales. Primeramente se le quita la cabeza, después la cola y finalmente se le practica un corte en el vientre, para extraer delicadamente los filetes.

El pan se corta con las manos. Está terminantemente prohibido cortarlo con el cuchillo y hacer un montón de migas alrededor del plato.

Para pelar una naranja se cortan primero los casquetes superior e inferior. Después se corta la piel en secciones verticales, que se van separando de la fruta; Luego se separan los gajos, que se llevan a la boca sin ayuda de los cubiertos.

Las mandarinas se pelan y se cortan con las manos.

Cualquier cosa que deba volver de la boca al plato se llevará con el mismo medio que sé a introducido en la boca: Por ejemplo, un hueso de aceituna o los de una naranja que se han tomado con las manos, se recogerán también con el puño semi-cerrado y se depositaran en el plato. Un hueso de pollo o cualquier otro elemento extraño se apartara con el tenedor.

No rechace nunca los alimentos que se le ofrezcan: Es mejor tomar una porción pequeña de ellos para no ofender al ama de casa. La cual podría sospechar que la comida no es de Nuestro agrado.

Para rechazar un vino o cualquier otra bebida, basta hacer una señal con la mano, en el momento en que alguien va a serviros él liquido en el vaso.

Condiciones Morales de la Conversación

Nuestro lenguaje debe ser siempre culto, decente y respetuoso, por grande que sea la llaneza y confianza con que podamos tratar a las personas que nos oyen.

No nos permitamos nunca expresar en sociedad ninguna idea poca decorosa, aun cuando nazca de una sana intención, y venga a formar parte de una conversación seria y decente. Lo que por su naturaleza es repugnante y grosero, pierde bien poco de su carácter por el barniz de una expresión delicada y culta y con excepción de algún raro caso en que nos sea licito hablar de cosas tales entre nuestros íntimos amigos, ellas son siempre asuntos de conferencia privadas, que la necesidad preside y tan sólo ella legitima.

Guardemos de emplear en la conversación palabras o frases que arguyan impiedad, o falta de reverencia a Dios, a los santos y a las cosas sagradas.

En ningún caso nos es licito hacer mención de una persona por medio de

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