Critica Racismo

Critica al colonialismo, racismo y la cuestión nacional

Las relaciones sociales corresponden al sistema económico imperante de una etapa determinada en la historia. En la etapa de dominación colonial del Perú convergen elementos del sistema feudal, mercantilista y esclavista, que permitieron el enriquecimiento de los sectores dominantes (nobles feudales y capitalistas) en base al sufrimiento y miseria de los desposeídos (indígenas, esclavos, etc.).

En la sociedad colonial existía una marcada diferencia de clases sociales y un evidente racismo. A partir del cual se construyo un patrón de organización sociopolítico, así como un conjunto de prejuicios, valoraciones y complejos, subjetivamente enraizados en la conciencia colectiva de los sectores dominantes y dominados. No se trato de un racismo sustentado exclusivamente en la raza (conjunto de rasgos biológicos), sino en las tradiciones culturales, el idioma, el lugar de nacimiento, etc., pero principalmente, en el papel que cada grupo humano tenía que cumplir en la economía, en la sociedad y en la política. Estas absurdas diferencias y otros lastres indeseables, fueron la herencia de la Colonia a la República, donde lejos de erradicarse tales concepciones, se les ha reivindicado, frenando con ella la formación de nuestra nacionalidad, fomentando la falta de unidad y solidaridad entre peruanos, creando complejos de inferioridad en nuestra población, como se aprecia en las preferencias por toda clase de productos extranjeros, o cuando se subestima o desprecia nuestra cultura y nuestro origen, tan común en muchos peruanos.

Las masas indígenas durante el virreinato en ningún momento dejaron de luchar contra la explotación y la marginación. Las sublevaciones más importantes políticamente fueron, la rebelión de Juna Santos Atahualpa y la Túpac Amaru II. Las sangrientas derrotas terminaron con la desaparición del estrato indio noble y con la condición de “indio” termino que persiste hasta la actualidad equiparado con “campesino” y “pobre”.

La independencia del control español fue prácticamente, logro de los montoneros o campesinos pobres quienes buscaban resolver el problema de sus tierras, pero al llegar los criollos al poder se olvidaron de las fuerzas populares, manteniéndose así las relaciones feudales de producción: latifundismo y servidumbre. Incluso el “Libertador” Don José de San Martín, defendió los intereses de la aristocracia criolla la cual seguía explotando a los campesinos, esclavos y miembros de las comunidades campesinas, contradictoriamente, a los que habían luchado tanto contra la opresión colonial.

Varios de los especialistas europeos más destacados en este tema sitúan los orígenes del racismo en el momento histórico del nacimiento de la modernidad: primero con la colonización de nuevos territorios y mercados; después y sobre todo con la

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