Critica de ¿Quién se ha llevado mi queso?

¿Quién se ha llevado mi queso?

Para comenzar el pequeño pero concreto resumen sobre el libro “¿Quién se ha llevado mi queso?” cuyo autor es Spencer Johnson, debemos hacer una breve explicación de su contenido. A simple vista es una lectura que nos manifiesta una reflexión sobre una situación que a muchas personas les cuesta aceptar o adentrarse, el cambio. Se suele ser conservadores, permanecer en el mismo lugar de siempre, hacer las mismas cosas todo el tiempo, con miedo o más bien con terror de experimentar y fallar, de que las cosas no salgan de la mejor manera, evitando al máximo cualquier cambio posible. Estas son algunas de los muchos planteamientos en la lectura.

Esta es una historia que nos motiva a pensar, soñar y experimentar, primero que todo, cosas nuevas, adentrarnos a nuevas posibilidades, a aceptar que los tiempos cambian, al igual que sus actos y pensamientos, a dar un paso adelante, a que las adversidades no afecten ni destruyan lo adquirido con mucho esfuerzo, y que si algo cambia, se debe adaptar al cambio.

Es inevitable relacionar todos los aspectos observados en la lectura, con la vida real, como lo es el laberinto, el cual se relaciona con la vida diaria, el lugar donde se buscan las oportunidades, el lugar donde se vive y se lucha cada día en búsqueda de la felicidad. Otro aspecto, y como punto más importante de la historia, está el queso, que fácilmente podría establecer relación con lo que se desea obtener en la vida, ya sea cualquier objeto, o cualquier valor, como amor, respeto etc.

Ya entablando un poco sobre el tema del queso, en la narración, el autor nos expresa que encontrar ese objeto, cualquiera que fuese, genera un vinculo con él, y la adaptación llega a tal punto que perderlo genera una gran ansiedad y temor de innovar, buscar, encaminarse a nuevas cosas. Hay que señalar que el queso es interpretado de manera distinta por cada una de las personas, como fue el caso de “Los Liliputienses” Haw y Hem, que vieron el queso como una manera de salir adelante, de tener una familia, y de ser más poderoso.

Luego de mencionados, “Los liliputienses” son seres pequeños con aspecto de seres humanos, los cuales son pensantes y muy críticos. Estos emplean su cerebro en cualquiera de las situaciones que afronten, en este caso, a la búsqueda del queso, lo cual creen que traerá éxitos, felicidad y riqueza.

Al principio del resumen, se hizo referencia a personas “conservadoras” este es el caso de “Hem” el cual nunca se adaptó al cambio. Este pretendía que el queso apareciera en el mismo lugar, solo porque lo habían encontrado en dicho lugar, y que solo ellos tenían derecho a ese queso, tomando como obstáculo a seguir buscando más allá de esa estación, el hecho de estar “viejo”. Este es un claro ejemplo de comodidad, pereza y postura conformista que tienen muchas personas en la vida real, con respecto a sus trabajos y relaciones, pasando por alto que quedarnos mucho tiempo en la zona de confort, no lleva a ningún lado, que o mejor es que haya vaivenes en la vida y que la vida que no se modifica  es más vulnerable a sufrir.

Por otro lado, están los dos ratones Fisgón y Escurridizo, quienes se guiaban por su instinto, puesto que eran animales, y se decía que los humanos tienen más capacidad que estos. A pesar de no pensar igual que los “liliputienses”, los ratones fueron capaces de notar el cambio que generaba consumir el queso, notaron que poco a poco se iba acabando esa reserva, lo cual generó alerta y preparación. Caso contrario al de los liliputienses, que solo les importaba disfrutar del queso descubierto, creyendo que les iba a durar para siempre.

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