Cómo los animales conviven con el “stress”

Cómo los animales conviven con el “stress”

En la estepa del África Oriental unos cazadores de animales vivos lograron echar el lazo a una jirafa. Desde un vehículo en pleno campo. Obligaron al animal, de cinco metros de altura, a meterse en una jaula de trasporte sobre un camión. Toda parecía transcurrir perfectamente. Pero cuando el motor arrancó, la jirafa desplomó en silencio. Muerta. Causa de la muerte: stress por miedo al enemigo.[pic 1]

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Durante muchos años Anna Borchert, una viuda y su perro de aguas fueron amigos inseparables. Cuando la viuda murió, sus parientes llevaron al perro a un hogar para animales abandonados. El animalito se negó a tocar la comida y con el rabo entre piernas falleció al cabo de tres días, es decir, antes de que tuviera tiempo de morir de hambre.

Estos ejemplos nos muestran que el stress no es un síntoma exclusivo que se da en los hombres sometidos a las exigencias de una profesión agobiante y de responsabilidad, sino que afecta a todas las manifestaciones de vida superior de nuestro planeta, a todo el reino animal. El stress no es un específico acompañante de la razón humana, actúa en un amplio campo de sensaciones y sentimientos, de hecho puede ser observado con mayor claridad en el mundo animal que entre los seres humanos.[pic 3]

Investigaciones han probado que el encierro causa una invasión de las hormonas de stress en la corriente sanguínea, lo cual provoca un ataque de pánico y extrema nostalgia, un deseo irresistible de volver al hogar.[pic 4]

Investigadores del hospital Monte Sinaí, situaron a unos ratones en un estado de atemperado stress, los ratones enfermaron y cogieron la lombriz solitaria, el estado de angustia les robó todas sus fuerzas defensivas y enfermaron de cáncer.

El stress no es algo exclusivo del sentimiento de pérdida o de miedo, también se puede dar en circunstancias como exceso de superpoblación.

Quedó demostrado en Hagenbeck. En el recinto reservado a una especie de monos de la India se produjo un número excesivo de nacimientos, el lugar se convirtió en un infierno, los monos se lanzaron unos contra otros, hasta que al final quedaron 5 cadáveres en el campo de batalla. [pic 5]

La angustia existencial fomenta un stress crónico y destruye de golpe las represiones.

La superpoblación puede dar lugar a un stress social que termina en violencia y asesinato.

Los leminges reaccionan en casos semejantes con demencia idéntica a la de los monos, adoptan una ciega locura colectiva, que los hace saltar a las aguas heladas del Ártico para ahogarse en ellas. Su instinto por el stress, los impulsa a seguir corriendo siempre en línea recta y en la misma dirección.[pic 6]

Tan pronto como se produce un impacto de choque, el stress bloquea la razón y nos arrastra a una conducta irracional, de modo que la catástrofe no sólo no se suaviza sino que todavía se hace más grave.

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