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DESARROLLO HUMANO


Enviado por   •  18 de Agosto de 2014  •  1.508 Palabras (7 Páginas)  •  134 Visitas

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El análisis de las bibliografías me permite enfocarme en algunas preguntas… ¿Cuál es mi sentido en la vida?, ¿Qué me hace realmente feliz?, ¿En mi vida laborar…los procesos de cambio han sido inteligentes? .. que no tienen hasta el día de hoy una respuesta definida, sin embargo considero que ya tengo un camino claro dónde puedo encontrarla y él cuál estoy recorriendo…

El ser humano está enteramente influido por su entorno, sin embargo hay algo en lo que no tiene permiso de intervenir y es en la libertad interior, el yo mas intimo es decir el derecho de elegir qué tipo de persona quieres ser, es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito, es importante destacar que ES el SER que siempre decide lo que ES.

Toda vida tiene un sentido y vale la pena ser vivida, casi siempre hay algo: una meta por cumplir que nos ata a la vida, un motivo que nos mantiene vivos o una razón que nos permite ver la vida como una oportunidad de demostrarnos a cada uno de nosotros que vale la pena estar aquí y que tenemos una misión importante, es decir: encontrar el sentido de la vida, el sentido de la existencia…considero que en mi caso, ha cambiado varias veces y que las situaciones que se me han presentado a lo largo y ancho de mi vida han dado esas razones, sin embargo estoy en la búsqueda de mi verdadera MISION y RAZON de mi existencia en este plano, considero que voy por buen camino y no pierdo de vista que estar VIVA vale la PENA ¡!!

El estar en una constante búsqueda de la fórmula secreta para “obtener la felicidad” , nos lleva a recurrir a ideologías, terapias, lecturas y procesos para lograr el fin y sentirse plenos, realizados, completos…en una palabra “FELICES”…sin embargo en ocasiones estas razones se contraponen unas a otras… Wilber plantea las siguiente preguntas: “¿No podría ser que estos enfoques tan diferentes, lejos de estar en conflicto o ser contradictorios, reflejen realmente diferencias muy concretas en los diversos niveles del espectro de la conciencia? ¿Y no sería posible que estos diferentes enfoques sean, todos ellos, más o menos correctos cuando se emplean en su propio nivel principal?“… y responde que si fuera esto real estaríamos en condiciones de “introducir considerable orden y coherencia en un campo que, de otra manera, es de una complejidad enloquecedora”. Ken Wilber, comparando las filosofías y psicologías occidentales con las orientales, llega a la tesis de que todas las escuelas psicológicas no representan tantos enfoques contradictorios del individuo sino maneras de entender complementariamente a los diferentes NIVELES DE CONCIENCIA del individuo. A modo de ejemplo, el objetivo del Psicoanálisis vendría a remediar la división entre los aspectos conscientes e inconscientes de la psiqué, reunificando la “persona” o MASCARA tras la que se ocultan los aspectos inaceptables de su yo, y la “SOMBRA”, o parte oscura del inconsciente reprimido. Tanto el Psicoanálisis, como otras formas de terapia convencional, intentan ayudar al individuo dividido, para que vuelva a cartografiar su alma como “yo”, libre de demarcaciones interiores, libre de fronteras maniqueas, es decir no valorar las cosas como buenas o malas.

La Psicología Humanista, llamada la “tercera fuerza”, detrás del Psicoanálisis y el Conductismo, extendería la identidad de la persona desde el “yo” hacia la totalidad del organismo, interviniendo en OTRO NIVEL DE CONCIENCIA que ya incluye al soma, al cuerpo, liberándose así vastos potenciales energéticos, poniéndolos a disposición del individuo. Profundizando aún más, encontraremos que la meta de disciplinas orientales, como el yoga o el zen, persigue curar la escisión entre el organismo total y el medio, para, de ese modo, revelar una identidad —suprema identidad— con el universo entero. En otras palabras: apuntan a un nivel de CONCIENCIA DE UNIDAD, refiriéndose a un YO TRANSPERSONAL, es decir, “Es la parte de lo inconsciente fundamental que, excluidas las detenciones evolutivas, sigue siendo inconsciente pasado el momento en que habría podido aparecer en la conciencia. Entonces se justifica que busquemos razones para esta falta de emergencia, y las encontramos en toda una serie de mecanismos de defensa contra nuestro Dios, la transcendencia y la bienaventuranza. Entre ellas se cuenta la RACIONALIZACION, el AISLAMIENTO o la EVITACION de relaciones, etc.

Ken Wilber llega a demostrar cómo cada frontera que establecemos en nuestra experiencia, tiene como resultado una limitación de nuestra conciencia; una limitación, que viene a ser una fragmentación, un conflicto, una batalla. Según

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