DICTAMENES PERICIALES
ilbruxho29 de Agosto de 2014
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Los dictámenes periciales: la tentación de la infalibilidad...
Los dictámenes periciales: La tentación de la infalibilidad o la crisis de la evidencia
INTRODUCCIÓN
Ya nadie discute hoy en día la importancia de los dictámenes periciales en la impartición de la justicia. Las contribuciones de los expertos en diferentes áreas forenses se suceden con ritmo apremiante; sus aplicaciones técnicas logran éxitos cada vez más sorprendentes, de profunda repercusión en el desarrollo social de los pueblos. De ahí la importancia que cada día se
incrementa- no sólo entre sus pares como lo son otros peritos, sino también entre las personas sensibles a la problemática delincuencial-, por entender qué es lo característico en el planteo científico de los problemas forenses.
Dos son los caminos que permiten analizar en este documento la importancia de la adecuada formación científica en las diferentes materias forenses; el primero consiste en seguir de cerca el egreso de nuevos expertos forenses y su rápida inserción en el ámbito forense para la resolución de un hecho presuntamente delictuoso; el otro es teórico y que implica hacer
referencia a los métodos de investigación que dichos expertos utilizan.
En mi experiencia pericial y a lo largo de mi formación académica he tratado de ser expositor y defensor del pensamiento científico, sin embargo, no trataré de ocultar las dificultades a las que se enfrenta el experto forense al comunicar de forma verbal o escrita su opinión especializada; mi propósito, ante todo, es que el lector advierta el interés del problema y se sienta atraído a estudiarlo por su cuenta con toda la extensión e importancia que exige.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El progresivo aumento de nuevos expertos de las pericias, ha resultado ser un arma de doble filo para los diferentes órganos de procuración y administración de justicia que los requiere, y por ende para la sociedad, debido principalmente a la deficiente preparación académica de los nuevos investigadores que egresan con una rapidez impresionante de las diferentes academias e institutos de formación dependientes de las propias entidades policíacas o de procuración de justicia, sin que tengan conocimientos a veces elementales sobre los diferentes métodos de investigación que exige la investigación forense.
En un mundo abarrotado de expertos forenses, la implantación de modelos propios del conocimiento técnico del investigador, abriría nuevos horizontes para estos investigadores noveles que pretenden perpetrar con éxito cualquier tipo de caso. Desafortunadamente esto no es así. Las aparentes ventajas de egresar de las academias e institutos de formación, nuevas generaciones de peritos en diferentes áreas forenses bajo las premisas no siempre tan claras de depurar los cuerpos periciales, evitando la corrupción, y desalentando malos hábitos adquiridos por los mismos, cubriendo a la vez esas plazas faltantes que tanto urgen en diferentes zonas geográficas, implica graves riesgos, como la inexperiencia patente de muchos de ellos.
Sea, por ejemplo, el caso del empleo de modelos inadecuados para la reconstrucción forense y con los cuales los nuevos expertos formulan sus opiniones “expertas”. En razón, solamente de su estricta “percepción de los hechos” y cuya génesis parte de las experiencias previas de otros expertos mas “viejos”, y de los antiquísimos modelos ocupados. Otra falla más, es el uso forense de hipótesis estadísticas que reflejan la información recogida sobre un indicador que en la gran mayoría de los casos es difícil ajustarlo al caso nuevo estudiado aún con sus adecuadas muestras de control, o la extracción de datos de expedientes de forma burocrática, sin el cuidado suficiente para elegir lo importante de lo recabado previamente por otras autoridades, o divagar pidiendo demasiados datos que terminaran por hundirnos en un mar de papel que ocultara el objetivo real a alcanzar, dificultando la critica científica de las diferentes facetas de la realidad a la que se enfrentará el experto.
Las preguntas clave ha contestar, son: ¿Será posible la destrucción de la fiabilidad de un dictamen pericial por fallas metodológicas?, ¿La evidencia deja de serlo, sólo por una cuestión de procedimiento?
DESARROLLO
Para dar respuesta a la primera de las interrogantes ¿Será posible la destrucción de la fiabilidad de un dictamen pericial por fallas metodológicas?, formularé otras más:
1. ¿Porqué los métodos científicos empleados por el experto son generalmente aceptados como fiables dentro de la comunidad judicial
que conoce del caso?
Admitir en un principio, una jerarquía académica del experto es común entre la comunidad judicial, la sociedad y otros especialistas. El juez, considerado perito de peritos, otorga un valor incuestionable a la opinión pericial del experto elegido mejor calificado. Pocas personas seguramente se opondrán si el investigador forense menciona en el cuerpo de su estudio que utilizó la ciencia y la técnica como herramienta y soporte de su opinión, aunque en algunos casos no sea así.
Se comprende en consecuencia como dicha actitud haya sido acogida con gran entusiasmo por la sociedad en general y para ella es casi un “acto de fe” creer en la sabiduría del investigador forense. No tiene de otra, la confesional dejo de ser la prueba reina y definitiva para la impartición de justicia, por sus más que justificadas razones. Se trata de la consolidación victoriosa y decidida de la riqueza de la investigación directamente vinculada con el intelecto, y por tanto, del surgimiento de grupos numerosos de científicos sensibles a la problemática delictiva, mismos que a partir de una serie de interrogantes que no pueden responderse empíricamente exigen un planteo teórico.
Todavía en los inicios del siglo XVII, los científicos desdeñaban el uso de las lentes diseñadas por los artesanos porque deformaban los objetos o les cambiaban el color, y a su parecer deformaban la realidad de lo que observaban. Fue necesario que Galileo Galilei sacudiera violentamente ese raciocinio del supuesto engaño de las lentes al decir; “…puede ocurrir que, a través de las figuras vistan en el anteojo se logre conocer la realidad mejor que a simple vista.”
Resultado de situaciones como las anteriores en donde la evolución de la ciencia ha justificado sobradamente sus métodos, la sociedad tiende a creer en los expertos que dicen recurrir a ella.
2. ¿El experto está adecuadamente preparado para opinar sobre el tema?
El titulo universitario es un reconocimiento del estado y de la sociedad que otorga al individuo como prueba documental de que posee una larga trayectoria académica cargada de obstáculos intelectuales superados exitosamente. Son reconocidos como individuos formados en un área específica del conocimiento humano. Quizás su dominio intelectual en un tema particular sea muy por encima de la media de la población. Sin embargo, para ser experto en alguna material se requiere constante preparación y actualización en su especialidad. Es decir, por ejemplo; un ingeniero no sólo por su titulo universitario pude llegar a ser experto en la investigación de los accidentes de tráfico, aún cuando el aspecto físico-matemático lo aborde con suficiente facilidad. El ingeniero debe preparase ahora para ser investigador forense. Ya tiene una ventaja sobre los que no tienen el titulo universitario, pero es insuficiente.
Es sabido que grandes personalidades son requeridas para peritar, buscando que la opinión pericial sea incuestionable. Pero esto no es garantía de éxito en la investigación. El titulo, el renombre, y la aceptación social de un individuo son una agradable circunstancia, pero no determinantes para el esclarecimiento de los hechos.
3. ¿Los procedimientos científicos que se emplearon son en realidad los correctos para intentar establecer la producción de los hechos?
En cuanto la ciencia demostró que podía insertarse con éxito dentro de los estudios forenses y que durante muchos años se había reservado a las artes secretas y misteriosas de “así es, por que yo lo digo”, inmediatamente surgió la necesidad de volverse “científicos” sobre la marcha, heredando las ambiciones
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