De Lutero Al Fondo Monetario Internacional

DE LUTERO AL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

"Si la sociedad puede obligar a los sujetos capaces de llevar la lanza, el arcabuz, a escalar fortificaciones y hacer el ejercicio de la guerra, con mayor razón pueden y deben obligar a los sujetos a enviar a sus hijos a la escuela, ya que se trata de una guerra aún más terrible contra el satánico demonio".

Sermón sobre la necesidad de mantener a los niños en la escuela. Lutero, año 1530.

En "Felices y escolarizados" Raimundo Cuesta, OCTAEDRO EUB

De la observación y recomendación de Lutero se pueden hacer las siguientes conjeturas:

1. Que las guerras medievales habían alcanzado técnicamente su decadencia.

2. Que el enviar obligadamente a los niños a la escuela conlleva la existencia de un poder suficientemente poderoso y coercitivo para imponer esta condición a los padres.

Si nos ubicamos en el periodo de Lutero, los historiadores y economistas señalan que fue la etapa de gestación de los estados modernos; estados que estarían al servicio de la clase social que ascendía hacia el dominio de las nuevas contradicciones sociales, la burguesía, y, por otra parte, paralelo a la formación de estos estados se desarrollaba la etapa mercantilista del capitalismo; etapa de la acumulación originaria y primitiva del capital (tesis elaborada por Carlos Marx en su obra El Capital).

3. "Capacitarlos para una nueva guerra aún más terrible". Esto constituye el eje fundamental de las nuevas formas de ideologización. En tal sentido, Lutero fue bastante visionario al señalar qué características debían tener las nuevas generaciones, además de una formación religiosa esta misma estaría ofertada en instituciones formales de enseñanza.

Los tres aspectos antes mencionados constituyen los ejes sobre los cuales la sociedad moderna se orbitaría. Con ello se plasma el rumbo ulterior de la nueva sociedad bajo el dominio de la burguesía.

El mercantilismo como fase inicial o de gestación del capitalismo actual, traía en sí misma la simiente de la constante revolución tecnológica, motor de la acumulación y de las guerras interburguesas. Los siglos XVIII, XIX y XX, están sellados por grandes transformaciones tecnológicas y de guerras de rapiña interburguesas por el control de los mares, territorios y sus recursos naturales y, por supuesto, la monopolización no solo de los mercados sino de los procesos productivos.

Ante este escenario, la educación no es tan solo un espectro iluminista venido del "más allá", no, al contrario, la educación se convierte no tan solo en "caja de resonancia" de la crisis social, sino que constituye un arma complementaria del belicismo inherente a todo proceso de acumulación capitalista. Su forma es la ideologización o proceso de moldeamiento de los individuos a los requerimientos de las características de una sociedad en constante modificación en las formas de producción, cuya tendencia es el desplazamiento de la fuerza de trabajo por máquinas ora simples y enormes

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