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Debemos Quemar a Descartes?


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  Prácticas o problemas  •  4.236 Palabras (17 Páginas)  •  405 Visitas

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¿Debemos Quemar a Descartes?

INTRODUCCIÓN

En el artículo “¿Debemos Quemar a Descartes?” Gérard Defives presenta algunas objeciones sobre el artículo “Esquema de una posición onto-epistemológica” realizado por Ramses Fuenmayor. Defives dice que Fuenmayor quiere ver la ciencia cartesiana como todo lo opuesto al enfoque de sistemas, también cita de descartes: “Mon dessein n’est pas d’enseigner ici la méthode que chacun doit suivre por bien conduire sa raison, mais seulement de faire voit en quelle sorte j’ai tâché de conduire la mienne. Ceux qui se mêlent de donner der préceptes se doivent estimer plus habiles que deux auquel ils les donnent; et s’ils manquent la moindre chose, ils en sount blâmables” (“Mi propósito no es enseñar aquí el método que cada uno debe seguir para bien conducir su razón, sino sólo mostrar de qué manera intenté conducir la mía. Aquellos que pretenden dar preceptos deben estimarse más capaces que estos a quienes se les dan; y si fallan en la menor cosa, son censurables”) y basándose en esto dice que Descartes admitía que pueden existir otras vías de descubrimiento distintas a las de su propio método. Además de lo anterior Defives dice que el método cartesiano encuentra su mejor campo de aplicación en la matemática, no puede aplicarse en todas las áreas y que no se opone al empirismo: es su complemento natural.

A continuación explicaremos las objeciones que presentó Defives respecto a algunas afirmaciones de de Fuenmayor en su artículo, en particular en lo que se refiere a la crítica de la “Ciencia Analítica Cartesiana”.

¿Debemos quemar a Descartes?

Haciendo un poco de historia René Descartes Fue un filósofo, matemático y científico francés, Descartes tituló una de sus obras como Discurso del método con una finalidad precisa. En una carta que dirige a Marin Mersenne le explica que la ha titulado Discurso y no Tratado para poner de manifiesto que no tenía intención de enseñar, sino sólo de hablar. Con esto Descartes trata de alejarse de cualquier problema que pudiese surgir con sus contemporáneos por las ideas vertidas en esta obra y además escapa así de una posible condena eclesiástica como había ocurrido poco tiempo antes con Galileo y cuyas ideas Descartes no consideraba desacertadas.

En esos mismos tiempos el rector Voetius acusó a Descartes de ateísmo y de calumnia. Los magistrados intervinieron, mandando quemar por el verdugo los libros que contenían la nefasta doctrina. La intervención del embajador de Francia logró detener el proceso. Pero Descartes tuvo que escribir y solicitar en defensa de sus opiniones, y aunque al fin y al cabo obtuvo reparación y justicia, esta lucha cruel, tan contraria a su modo de ser pacífico y tranquilo, acabó por hastiarle y disponerle a aceptar los ofrecimientos de la reina Cristina de Suecia.

Gerald Defives, con los acontecimientos ocurridos en siglos pasados, y en defensa de la ciencia cartesiana debido a los argumentos de Ramsés Fuenmayor ha puesto en manifiesto este debate donde el demuestra que la ciencia no es de toda inadecuada como lo sostiene Fuenmayor, para defender con bases Gerard Defives busca ejemplos en la matemática y en algunas ciencias exactas. De todas estas discusiones ha nacido la Pregunta ¿Debemos quemar a Descartes?, para poder dictar un juicio debemos analizar los propuestos por Defives en contra de los argumentos presentados por Fuenmayor, examinando algunos principios o características de la Ciencia Cartesiana, los cuales son:

1. “El todo es más que la reunión de sus partes”

Respecto a esta proposición, Gérard Defives considera que el enfoque de sistemas es poco original al utilizarla como su pancarta temática. Para el, es algo sabido que el conjunto de las piezas de un reloj está formado con los mismos elementos que el reloj armado, pero el conjunto es incapaz de indicar la hora y que en matemáticas hace como siglo y medio que se hace la diferencia entre un paquete de elementos y la estructura que lo hace funcionar. Además dice que una infinidad de ejemplos tomados en todas las disciplinas deja mas bien la sensación que la aseveración “el todo es mas que la reunión de sus partes” es algo trivial que el hombre de Neanderthal, al reunir un palo y una piedra para formar un hacha, puede haber formulado.

Lo que al contrario no le parece trivial es el fenómeno opuesto. Para demostrar esto, coloca una serie de ejemplos: una forma diferencial puede ser localmente exacta, pero no globalmente. El conjunto 2Z de los números enteros múltiples de 2, y 3Z el conjunto de los números enteros múltiples de 3 son dos grupos abelianos. La reunión 2Z u 3Z no es un grupo porque 2 y 3 pertenecen a 2Z U 3Z pero 2 + 3 = 5 no pertenece a 2Z U 3Z.

Defives dice que fuera de la matemática también podemos observar ese fenómeno: colecciones artísticas u otras pueden ser totalmente diferentes, reunidas al azar, y su interés consiste exclusivamente en el valor artístico de sus partes. Desde los minerales, que hay que separar de la ganga, hasta el petróleo crudo que hay que destilar, el mundo de la química ofrece una cantidad de ejemplos de productos en los cuales las partes, o componentes, gozan de propiedades de las cuales están desprovistos los productos iniciales.

2. El dualismo.

El dualismo es una manera para lograr la objetividad. Pero no está exento de errores. El dualismo sostiene que situaciones opuestas entre sí, pero que están dentro del mismo sistema, la independencia entre el objeto y el sujeto significa:

a) El sujeto no afecta el objeto (independencia del objeto respecto al sujeto).

b) Cualquier sujeto estará afectado de la misma forma por el objeto. Para que el objeto sea percibido, debe afectar de una forma u otra al observador. Fuera de esta situación ideal. No hay dualismo.

Lo que Defives ve objetable de lo que nombra Fuenmayor del dualismo, es que lo imagina como algo que se rompe, cuando en la realidad el dualismo es la ruptura absoluta entre el sujeto y el objeto. Muchos experimentos u observaciones no se pueden realizar sin establecer una conexión entre el sujeto y el objeto, pero todas las relaciones no son iguales. Pueden ser tan débiles que se pueden legítimamente despreciar.

El dualismo se fundamenta en:

Objeto y sujeto: tanto el objeto como el

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