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Decada De Los 80 Argentina


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  4.546 Palabras (19 Páginas)  •  593 Visitas

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“La década del 80 fue un período de acelerada expansión económica en la Argentina. El volumen de las inversiones de capital sobre pasó en esos años al de todos los anteriores, especialmente en lo que respecta a los capitales británicos. [...] en 1889 Argentina absorbió entre el 40 y el 50% de todas las inversiones británicas hechas fuera del Reino Unido. [...]

Parece ser que la dificultad [para Francia y Alemania] de competir con Gran Bretaña se debió a que la expansión de sus exportaciones a la Argentina durante los años 80 fue el resultado […] de una combinación de cuatro factores principales: capacidad de suministrar artículos que se adaptaban en su aspecto técnico a las necesidades existentes; capacidad de otorgar créditos a corto plazo y de invertir en cantidad suficiente a largo plazo; capacidad para organizar nuevas empresas y dirigir eficazmente las existentes; capacidad para evitar conflictos políticos con la Argentina y mantener una actitud imparcial respecto de las fuerzas políticas internas del país. […]

Alrededor de un 65/70 % de todo el capital británico invertido en la Argentina durante los años prósperos de 1886 a 1889 se empleó para financiar ferrocarriles, en forma directa por compañías o de modo indirecto a través de los empréstitos al gobierno. […]

Este flujo de capitales […] impulsó durante este período la actividad económica en la Argentina y estimuló vigorosamente el desarrollo agrícola del país.

La formidable expansión iniciada a partir de los años 80 no hubiera sido posible sin una coyuntura mundial favorable. La economía argentina también se benefició por la caída de los precios del transporte por mar [por los barcos de vapor…]. Esta caída de los precios de los fletes marítimos de cereales se produjo en el preciso momento en que las exportaciones de cereales argentinos comenzaron a aumentar en forma acelerada.

Dadas estas condiciones, los precios de los productos de exportación argentinos aumentaron constantemente. Esta momentánea prosperidad, que alentó la ilusión de su mantenimiento por tiempo indefinido, fue acompañada por un progresivo endeudamiento como consecuencia del abuso del crédito externo. […]

La afluencia de capitales extranjeros se intensificó a partir de 1885. […] Una gran parte de ese dinero circulante, producto del auge comercial y de los empréstitos contratados, fue canalizada hacia una especulación desmedida. De pronto, a partir de 1888, los precios de los productos de exportación comenzaron a bajar rápidamente. […]

Mientras los precios de estas materias primas bajaban, los de los productos elaborados importados subían o se mantenían constantes; entonces comenzó a notarse que no había suficiente dinero para pagar lo que se compraba al extranjero, ni tampoco lo había para amortizar [pagar] las deudas contraídas. [Que además tenían un interés muy alto pagadero en oro o libras esterlinas.]

Otra consecuencia de los empréstitos fue que, conjuntamente con el incremento de la inmigración, produjeron efectos en las importaciones de bienes de consumo. El gasto interno recibió mayor impulso por la continua emisión de papel moneda [la ley permitía que cualquier persona o sociedad pudiera fundar un banco que era autorizado a emitir papel moneda…]. [Así, cuando Inglaterra dejó de prestar, y el valor de los productos agropecuarios se estancó, sobrevino la crisis.]

Los primeros síntomas de la misma surgieron a mediados de 1888; para fines de 1889 ya no eran síntomas sino una tendencia que se acentuaba día a día, no manifestándose todavía en el área de la producción sino en las finanzas. Luego, al paralizarse algunas de las grandes obras públicas por causa de la crisis financiera, se afectó el proceso de desarrollo general del país, reduciéndose entonces el ritmo de crecimiento y la capacidad de consumo. La moneda comenzó a desvalorizarse […] el valor de la tierra se redujo a la mitad.

[….] El país compraba más de lo que vendía y de lo que podía pagar. Por otra parte, vendía barato y compraba caro. Un gran saldo en contra se fue acumulando en la balanza comercial. Hasta que se cortaron los préstamos, el país siguió endeudándose, tratando de resolver el déficit de la balanza contrayendo más deudas.

La crisis de 1890/91 no interrumpió el movimiento de colonización ni el desarrollo agropecuario sino que, por el contrario, ayudó en cierta medida, puesto que detuvo brevemente el ascenso del valor de la tierra. [La inflación benefició a los ganaderos y a los exportadores, que pagaban sus gastos en moneda local depreciada y recibían oro por sus exportaciones.]

Todo esto no libera, por supuesto, de responsabilidad a la administración de Juárez Celman […]. El excesivo emisionismo y la especulación generalizada constituyeron factores agravantes. El mismo Juárez Celman reconoció el desastre que causaba esta última: “El crédito se encarece por demanda de capitales para el juego; no hay dinero para el comercio y la industria, todo el dinero, todos los capitales de la República son atraídos por la vorágine de la Bolsa”.

Pero él, fiel a su liberalismo spenceriano, continuó su política de apertura económica. […]

A todo esto se agregaba la corrupción. A tanto había llegado el descrédito del gobierno, que hubo de producirse la crisis política.

El 26 de julio se inició la revolución. Participaba de ella la recientemente creada Unión Cívica, que concentraba elementos dispares y motivados por razones diferentes. […] Alem, Hipólito Yrigoyen y del Valle. También el general Mitre y el general Manuel Campos, de quien se sospechó que había entregado la revolución.

Después de tres días de cruentos combates, los revolucionarios fueron vencidos. La dirección de la represión estuvo a cargo de los generales Levalle, Pellegrini y Roca; vale decir, el círculo desplazado por el Unicato.

Roca y Pellegrini, contrarios a la revolución, sacaron réditos de la insurrección vencida e hicieron saber al presidente que su gobierno carecía de sustentación. Ambos comprendían que la única manera de salvar el sistema era dejar hundir al ahora discutido primer mandatario. Luego de ofrecer alguna resistencia, Juárez Celman renunció el 6 de agosto […].”

José Panettieri, La crisis de 1890. Colección Historia Testimonial Argentina, N° 20, Buenos Aires, CEAL, 1984.

Historia Argentina - Periodo 1880 - 1916

Enviado por salatino

1.

2. Economía

3. Sociedad

4. Política

5. Conclusión

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