Del Amor Y Otros Demonios

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS (Pedro Conrado Cúdriz)

En este artículo –ensayo de corte sociológico la mirada recorre las relaciones del amor y el poder como elementos constitutivos de un universo comunicacional posiblemente hoy extraviado de lo que es el verdadero amor:

Para mí, pensar el amor significa dimensionarlo en el área de la subjetividad e intersubjetividad humana y en el campo de las relaciones humanas como una experiencia profunda que va de lo íntimo a la sociabilidad del o los sujetos amorosos. Porque el amor posibilita, puede posibilitar, dos cosas: Una, mejorar al individuo y dos, puede ayudar a construir mejores relaciones humanas de convivencia pacifica entre las parejas, las familias y la sociedad en general.

Desde Augusto Comte, el inventor de la ciencia de la sociología, el amor es invocado altruistamente: “Vivir para el otro,” y para algunos sociólogos contemporáneos como Niklas Luhmann el amor transciende la experiencia subjetiva del o los individuos enamorados, ya que lo amoroso constituye algún sentido de comunicación que termina superando los sentimientos y las emociones.

No es sólo sexo, es la sexualidad toda a través de la que los individuos intercambian visiones y concepciones del mundo, maneras de ser, sentir y pensar, de tal manera que el amor es una relación profunda de dos seres que invocan el respeto para la convivencia amorosa.

En cualquier caso, en todo encuentro amoroso existe la posibilidad del descubrimiento del otro como un ser extraordinariamente diferente a uno y también la posibilidad de abrir todas las ventanas de la comunicación profunda a partir del contacto corporal, porque el cuerpo es el puente originario de y para comunicarse. El amor lo único que hace es construir el camino para que los dos cerebros enamorados extiendan socialmente sus inteligencias para comprenderse.

Y esta comprensión obliga a revisar toda la carga de los prejuicios culturales para aceptar que el otro o la otra es igual a mí, porque es un sujeto de derechos, alguien que piensa, sueña y siente como yo y tiene derecho a la intimidad y a espacios personales que no pueden ser invadidos por el otro.

Esta nueva concepción del amor se funda en nuevas prácticas sociales que han ido poco a poco erosionando las viejas costumbres y los hábitos amorosos de corte tradicional.

De cualquier manera la sexualidad es un elemento central del amor, un elemento no sólo de la biología o la fisiología corporal, es también parte de la dimensión cultural, social, psicológica, política y comunicacional del ser social humano. Por eso el amor es una experiencia sexual y emocional que involucra los celos, la recompensa, los odios, los resentimientos, la ternura y la búsqueda de la madurez para superar la angustia del convivir y la fragilidad de la separación y la soledad individual o grupal.

No es común entonces que se

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