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Demanda De Perdida De Patria Potestad


Enviado por   •  24 de Octubre de 2012  •  4.104 Palabras (17 Páginas)  •  3.129 Visitas

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C. JUEZ PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA

Y DE LO FAMILIAR EN TURNO

P R E S E N T E

FATIMA DEL ROSARIO ESPARZA TRETO, mexicana, mayor de edad, originaria y vecina de esta Ciudad y con domicilio en Calle Gladiola número 7, Fraccionamiento el Molino, de ocupación profesora de preescolar, autorizando desde este momento como mis Abogados Patronos a los CC. Licenciados Jaime Guadalupe Murillo García y Marisela Gurrola Cabrera, señalando como domicilio para recibir todo tipo de notificación el ubicado en Calle Bizarra Capital número treinta y nueve interior cuatro (39-4), Colonia Centro de esta Ciudad, ante usted respetuosamente comparezco para exponer:

Que por medio del presente escrito vengo a demandar del SR. SERGIO FERNÁNDEZ PIÑERA, persona que desconozco su paradero y de quien reclamo la Privación de la Patria Potestad que ejerce sobre nuestras menores hijas de nombres HALEY MEREDITH y NAHOMY EMIRETH de apellidos FERNÁNDEZ ESPARZA.

Enumero las siguientes prestaciones:

a).- La Privación de la Patria Potestad de Sergio Fernández Piñera sobre mis menores hijas por que incumple con sus obligaciones alimentarias.

b).- Como consecuencia de la Privación de la Patria Potestad, recaiga solo en mi persona.

Fundo mi promoción en los siguientes hechos y consideraciones de derecho:

H E C H O S:

PRIMERO.- La que suscribe y el C. Sergio Fernández Piñera, mantuvieron una relación de pareja semejante a la de los casados entre los años 2005 y 2009 y fruto de la misma nacieron dos hijas de nombres HALEY MEREDITH y NAHOMY EMIRETH de apellidos FERNÁNDEZ ESPARZA, la primera nacida el 14 de diciembre del 2005, y la segunda el 24 de enero del 2009. Ambas menores de edad como se demuestra con las Certificadas de su Nacimiento que se anexan como documentales.

SEGUNDO.- Desde julio del año 2009, seis meses después del nacimiento de NAHOMY EMIRETH, cesó nuestra convivencia, el domicilio que veníamos compartiendo lo era el ubicado en Calle Guillermo Prieto Numero 8-A, del Municipio de Colotlán, Estado de Jalisco, lugar donde ambos nos conocimos al estar estudiando en dicho Municipio. Para el nacimiento de cada una de nuestras hijas la que suscribe pasaba la cuarentena aquí en esta ciudad, en casa de mis padres, los señores J. Concepción Esparza Nava y Teresa Treto de Esparza, quienes me ayudaban en esos primeros días de vida de mis hijas, mientras tanto el permanecía en Colotlán, para el nacimiento de nuestra menor hija NAHOMY EMIRETH, ya teníamos algunos problemas como pareja y él lo tomo tal vez de pretexto para no volver jamás, una vez pasados exactamente seis de nacimiento de NOHEMY EMITRETH, la suscrita preparada para volver, recibo la noticia que ya no tenía casa, pues mi pareja había dejado de pagar la renta y que mi ahora demandado se iría a trabajar a la Ciudad de Guadalajara, con esta noticia se me apareció, vino a esta ciudad para registrar a nuestra hija y entregarme las cosas que haya teníamos y me dijo lo anterior, que nos quedáramos en esta Ciudad mientras él se acomodaba en Guadalajara y entonces vendría por nosotras, no me pidió opinión para ver tomado esas decisiones, y aquí nos quedamos. Cabe aclarar que ignoro su domicilio, ya que nunca me lo proporciono. Nos dejo aquí a sus hijas y a la que suscribe sin dejarnos opción y sin hacerse responsable de los gastos que me esperaban con una bebe de meses y otra de escasos tres añitos, quienes gracias a la ayuda de mis padres es que fue posible que sobreviviéramos y hoy día tener la posibilidad de continuar con nuestras vidas.

TERCERO.- Durante el tiempo que duró nuestra convivencia mantuvo una vida desarraigada de nuestras hijas, desatendiéndose de sus obligaciones pues mis padres siempre cubrieron los gastos más fuertes, como lo fue el nacimiento de nuestras hijas y más aun cuando nos abandono totalmente, nos dejo en total desamparo ya que no contribuyo para cubrir ni un solo gasto de nuestras hijas, y mucho menos para mi persona. Tiempo después de no saber absolutamente nada de él, recibí una llamada telefónica a mi celular en la que tuve la oportunidad de pedirle una explicación pues ya había pasado casi un año sin que supiéramos absolutamente nada de él. Explicación que no recibí, pues solo se digno en decirme y reclamarme que se había ido porque estaba seguro de que NAHOMY EMIRETH no era su hija, palabras que me lastimaron mucho, también dijo que ni esperará que volviera, que él reharía su vida sin nosotras. En ese momento es que me entero, pues lo ignoraba que mi padre le había prestó la cantidad de $ 20,000.00 pesos (VEINTE MIL PESOS MONEDA NACIONAL), el mismo día que se presento a registrar a NAHOMY EMIRETH, supuestamente para pagar deudas y acomodarse en Guadalajara y así poder llevarnos con él lo más pronto posible, en dichas circunstancias mi padre con la intención de que mi núcleo familiar no se viera afectado, accedió y le prestó dicha cantidad, misma que aun le adeuda.

CUARTO.- El demandado nunca ha satisfecho pensión alimenticia para nuestras hijas, incumpliendo también el deber natural e inexcusable de alimentarlas, ni se ha cuidado de su educación, ni de su formación integral, simple y sencillamente las abandono. Vía telefónica, que es el único medio de comunicación que tenemos, pues su número quedo grabado en mi celular es que le he reclamado, pero nunca he tenido respuesta favorable, inclusive si se le antoja me contesta y sino pues no.

En enero del año dos mil diez vino a la ciudad, y no sé como averiguo en que guardería estaban nuestras hijas, me imagino que nos estaba vigilando, pues llegada la hora de recogerlas y llegar a la guardería fui informada que su padre se las había llevado, hecho que por demás provoco preocupación a toda mi familia pues nunca me aviso o pidió permiso para llevárselas, además de que como asegurarse de que fuera realmente él, fue realmente traumante, estaba desesperada pues no sabía a dónde se las hubiera llevado, me fui corriendo a casa, que está muy cerca de la guardería y le dije a mis padre, salimos inmediatamente a buscarlas, y en la Central de Camiones de esta Ciudad, el boletero fue quien al conocernos, nos dijo que lo reconoció a él y a mis hijas y que había comprado boletos para el Municipio de Colotlán, así que nos fuimos para haya y gracias a Dios los pudimos localizar y pude recupéralas, le reclame que porque había hecho eso, que lo iba a denunciar y simplemente solo se burlo de mi, y dijo que no podía hacerle nada que eran sus hijas y si él se las quería llevar se las iba a llegar cuando le diera la gana.

A un año desde esa fecha, el catorce de diciembre del año dos mil once, volvimos a saber de él, vino nuevamente a la Ciudad precisamente el día del cumpleaños

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