Desarrollo Personal

Día a día observamos como la sociedad actual nos sobrepasa, el sistema imperante nos lleva solo a pensar en nosotros mismos, a actuar bajo la competencia, a pasar por encima del resto, a no tolerar nuestros errores. Es así como la individualidad domina nuestra vida. La vida moderna se olvida de aspectos importantes para nuestro equilibrio emocional por lo que en un mundo como el de hoy se hace preponderante el utilizar la inteligencia emocional, no solo para estar bien con nosotros mismos, si no con el resto, enseñándonos a vivir en armonía. La inteligencia emocional es la "capacidad que tiene un individuo de tomar conciencia de sus propias emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones, acentuar la capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social que lo lleve a abrir las posibilidades de desarrollo personal” (Goleman,1997). Estas habilidades son justamente lo que se podría llamar vivir una vida espiritual. ¿ Y esto por qué?.

Para comenzar espiritualidad viene de espíritu, es así como muchos filósofos y en muchas religiones, se refieren a éste como algo inmaterial, algo no tangible y que tiene cierta conexión con lo divino. La religión generalmente permite acercarse a esta y hablan de ella en reiteradas ocasiones. Pero no es así precisamente como se le debe entender, este no debe ir conectado necesariamente con las religiones o cultos.

En la filosofía, el concepto de espiritualidad es entendido como una contraposición entre la materia y el espíritu. Se asocia a una búsqueda del sentido de la vida que trasciende lo mundano, lo corriente. La espiritualidad que se quiere abordar a través de este ensayo, es entendida a través de este concepto más bien filosófico. Esta persona se pregunta constantemente acerca del por qué de la vida, del por qué estamos aquí y su para qué. ¿No sería mejor vivir la vida sin hacerse todas estas preguntas?. No obstante el ser humano constantemente se las plantea, son cuestionamientos casi innatos de este mismo, sin estas caemos en un vacío material, nos alejamos de nuestra propia identidad, desplomamos en una sensación tan grande como la falta de sentido de la vida misma. Por lo que si no se tiene este sentido de identidad y de propósito en la vida que sea profundo, el cual establezca parte de nuestro yo más íntimo, se formará una identidad en función de lo que la sociedad de consumo nos otorga como primera opción. Estos son roles que se ocupan, las posesiones, éxitos materiales, el dinero, el poder, entre otros. Pero todo esto es impermanente, inestable y en cualquier momento todo se puede desmoronar .A cualquiera lo pueden despedir de su trabajo y esta identidad se verá derrumbada, porque estaba basada en algo tan endeble como el puesto utilizado.

Se puede observar la diferencia entre estos dos casos: dos personas, ambas abogadas. Una de ellas eligió ser abogada por el prestigio y el dinero que puede suponer y logró ser parte de una importante firma de abogados. La otra persona eligió ser abogada debido que le apasiona el derecho, porque piensa que es lo que mejor hace en la vida, y porque desea ayudar a sus clientes, actuando en muchos casos más como mediadora, logrando acuerdos entre ambas partes y evitando ir a juicio. La persona del primer ejemplo pierde su empleo en ese prestigioso bufete y, como consecuencia, pierde su identidad; se desmorona. La persona del segundo ejemplo jamás perderá lo que tiene, porque lo lleva dentro. Lo que es y lo que hace van unidos, porque sabe quién es en su yo más profundo, y actúa de acuerdo con ello.

Cuando haces eso, estás actuando siguiendo las leyes del mundo espiritual, y esto hace que dichas leyes parezcan beneficiarte. Por ejemplo, si quieres construir un aparato que vuele, deberás seguir las leyes de la física. Si lo haces bien, volarás; si lo haces mal, caerás en picado. A nivel espiritual sucede exactamente lo mismo.( Muñoz, s/f)

Por lo mismo en este ensayo cuando hablamos de espiritualidad, se cree que va de la mano, conjunto con la inteligencia emocional de la cual habla Goleman, que

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