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Desenlace de vicente- momento incomodo 3era parte


Enviado por   •  13 de Abril de 2019  •  Ensayos  •  1.396 Palabras (6 Páginas)  •  119 Visitas

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Caso elaborado por el profesor Carlos Alejandro Armenta Pico, del Área de Filosofía y Empresa del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa.

3 págs.

UNIVERSIDAD PANAMERICANA

IPA DE INSTITUTO PANAMERICANO DE ALTA DIRECCIÓN DE EMPRESA

(P)FE-157 E R - Abril, 2009

MOMENTO INCÓMODO

Después de nuestra comida de abril, se abrió un largo paréntesis. Durante ese tiempo hice varios intentos de concertar una cita con él. Sus frecuentes viajes, su apretada agenda y mis compromisos de trabajo no lo permitían. También pensaba que era muy probable y, al mismo tiempo comprensible, que le resultara incómoda una nueva reunión. En la conversación anterior, el había tomado una decisión que era difícil de llevar a la práctica. Finalmente, después de casi un año, nos reunimos a cenar. Al iniciar la conversación me comentó.

—Ya soy director de primer nivel. Me nombraron hace unos meses. He estado viajando mucho. Viajo con frecuencia a Estados Unidos y a varios países de Europa, Suramérica y el Sureste Asiático. Mañana salgo a la Riviera Maya. Regreso el sábado a comer y, ese mismo día, me voy a Venezuela. Me doy cuenta de que en la empresa sólo hay dos niveles: el de los directores y el de los empleados. ¡No tiene nada que ver uno con el otro! ¡El nivel de directores es otra cosa¡ ¡Otro nivel de sueldo, prestaciones, posición, estatus, etc.¡ Ahora me entero de muchas cosas. El número de personas que dependen de mí se multiplicó por cinco. Me ha favorecido mucho la situación del segmento de nuestra empresa y el gran dinamismo que hay en la organización. Me entusiasma lo que hago. Estoy involucrado en nuevos proyectos.

Al terminar su relato le pregunté “¿y tú cómo estás?” La pregunta nos condujo a lo tratado en la última conversación. Vicente contestó de forma directa y breve.

Derechos Reservados O 2009 por Sociedad Panamericana de Estudios Empresariales, A.C. (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, IPADE).

Impreso en EDAC, S.A. de C.V., Cairo N” 29, 02080 México, D.F.

El contenido de este documento no puede ser reproducido, todo o en parte, por cualesquier

medios —incluidos los electrónicos— sin permiso escrito por parte del titular de los derechos. IPADE (P) FE-157 E

— ¡No pasó nada! Lo que me propuse no funcionó. Todo se quedó en un buen propósito.

Para esa reunión yo había preparado unas notas que llevaba en un fólder. Había intentado analizar con objetividad —como quien ve las cosas desde fuera— lo que le sucedía a Vicente. Mi intención era lograr una explicación serena y objetiva de una situación que es común. Consideré que la reflexión le podría ser útil. Al entregarle el fólder le comenté: “Deseaba mostrarte esto, pues de verdad me hiciste pensar y trabajar. No puedo dejar de decirte lo que pienso”. Tomó el fólder con sorpresa y comentó.

—Mira. Yo tampoco puedo dejar de decirte algo. La verdad es que no te quería ver, pues ya sabía lo que me ibas a decir. Vine a esta reunión blindado. Incluso hice todo un plan. Me preparé y me dije “ya sé lo que le voy a decir cuando me pregunte”. Finalmente decidí venir porque somos amigos y también tenía deseos de verte. Como te puedes dar cuenta, vengo con sentimientos encontrados. Pues bien, la verdad es que no he terminado con ella. La sigo viendo. ¡No es fácil!

A mí tampoco me resulta fácil buscarte y decirte esto, pues yo también sé lo que sientes y como me percibes. Me doy cuenta de que, en estas circunstancias, resulto un amigo incómodo. Sé que me ves como un reproche, como alguien que te recuerda lo que consideras que sería bueno hacer, pero que te resulta difícil hacerlo. Quisiera dejar muy claro una cosa. Puedes hacer lo que quieras y, sin embargo, seguiremos siendo amigos. Todavía más, si deseas que no volvamos a tratar este tema, dímelo, y no lo haré. Entiendo que la situación no es fácil. Te entiendo. No olvides que yo también soy un hombre, no un ángel.

— ¡Espera! Déjame hacerte una pregunta. Yo podría dejar de verla y prestar más atención a Patty, pero dime, ¿tomar esta decisión es una cuestión sólo de fuerza de voluntad o de la razón? Dame una respuesta, pues la verdad es que estoy confundido. Si sólo es cuestión de fuerza de voluntad, entonces no puedo ni quiero. ¡No creo en el voluntarismo! Llegar hasta este punto ha sido un proceso largo. ¡Veo muy difícil volver a empezar! ¡Qué flojera! Me doy cuenta de que a Patty le pasa algo similar, Percibo en ella tristeza y desaliento.

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