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Determinación Del Problema

Morenitaalas8 de Febrero de 2013

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Problema:

“INCIDENCIA DE LA DESNUTRICIÓN EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE DE LOS NIÑOS Y NIÑAS DE PRIMERO A TERCER GRADO DEL CENTRO ESCOLAR BUENA VISTA DEL MUNICIPIO DE SOYAPANGO, DEPARTAMENTO DE SAN SALVADOR, DURANTE EL PERIODO ABRIL Y MAYO DEL 2006”

CAPÍTULO I

DETERMINACIÓN DEL PROBLEMA

CAPÍTULO I

DETERMINACIÓN DEL PROBLEMA

1. Determinación del Problema:

La determinación del problema es el abordaje sinóptico del objeto de estudio, a partir del desarrollo de categorías causa-efecto, que retoma el método hipotético deductivo o cuantitativo para aproximarse a fenómenos de la realidad y de esta manera tener una aproximación del segmento o parcela de lo que se está estudiando.

La determinación del problema consta de las partes siguientes:

• Planteamiento del problema: Es el resultado de la articulación y conjugación de niveles o dimensiones de realidad de la situación problemática en estudio (económica, psico-social, institucional, cultural, conductual, entre otras). Es una etapa de la investigación no teórica que se caracteriza por ser descriptiva, analítica y objetiva. Sin embargo, las referencias teóricas dentro de este cuerpo pueden estar presentes para dar cuenta de alguna observación o para justificar alguna inferencia.

• Delimitación del problema: Consiste en descomplejizar lo que parece complejo, es decir, abordar un problema expresado de manera general en pequeñas partes. Se subdivide en:

 Delimitación espacial

 Delimitación temporal

 Delimitación teórica.

• Enunciado del problema: Prácticamente es el título completo de la investigación a desarrollar, a partir de la previa formulación de preguntas muy concretas y correctas acerca de las causas que expliquen esa incertidumbre, esto es reducir el problema a su núcleo significativo.

Una vez hecho todo esto queda por supuesto el desarrollo del resto, es decir, darle respuesta al problema seleccionado.

1.1 Planteamiento del problema:

La seguridad alimentaria se entiende como el acceso de todas las personas, en todo tiempo, a cantidades de alimentos suficientes para poder llevar una vida activa y saludable como está establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos el cual dice:

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud, el bienestar y en especial la alimentación”.

Sin embargo, en nuestro medio este derecho fundamental se encuentra limitado por una variedad de factores de orden ecológico, educativo, médico, cultural, sociopolítico, económico y demográfico.

En cuanto a lo ecológico se puede decir que existe una disminución de terrenos cultivables que obliga a un descenso en la producción y a un aumento en los precios.

En el aspecto educativo influyen los malos hábitos alimenticios en este sentido muchas veces las familias invierten sus pocos recursos en alimentos no nutritivos.

También influye en este aspecto los embarazos en adolescentes antes de los 19 años.

“El 60% de las mujeres rurales no saben leer, ni escribir. Bajo estas condiciones y considerando que la mujer es la principal fuente de educación, en formar más que el hombre como padre, el éxito real de diversos programas de salud, planificación familiar, etcétera, depende en gran medida del nivel educativo de la misma, como centro y guía de la familia”.

Según Encuesta Nacional de la Salud Familiar (FESAL) 2002/2003 indica que los niveles más altos de desnutrición crónica (baja talla por edad) se encuentra entre los/as hijos/as de mujeres sin educación formal o con 1 a 3 años de escolaridad (32 y 28%), respectivamente, los/as del nivel socioeconómico bajo (28%), y los que tienen de 48 a 59 meses de edad (25%).

En el Aspecto Médico: La alta incidencia de diarreas, de enfermedades prevenibles mediante vacunas y de infecciones por parásitos intestinales, lo cual ocasiona pérdidas considerables de reservas nutritivas ya acumuladas en el organismo.

En cuanto a lo Cultural: Los mitos, creencias y supersticiones referentes a los alimentos y a la alimentación, los cuales empeoran a veces la limitación de recursos para proporcionarse una alimentación adecuada.

En lo Demográfico: El crecimiento acelerado y la estructura etaria de la población resultan en necesidad total de alimentos en rápido aumento y un índice de dependencia que sobrecarga las responsabilidades alimentarias de los jefes de familia.

Existe una relación directa entre desnutrición y pobreza. La presencia de desnutrición, de enfermedades, las altas tasas de mortalidad infantil, desarrollo físico y mental, los bajos niveles de educación y bajos niveles de productividad, tienden a perpetuar un ciclo que irremediablemente resulta en mayor pobreza.

A la desnutrición se le considera como una enfermedad provocada por el insuficiente combustible (hidratos de carbono, grasas) y proteínas.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la desnutrición es la principal causa de muertes de lactantes y niños/as pequeños en países de desarrollo, disminución de la ingesta dietética, mal absorción, aumento de los requerimientos como ocurre por ejemplo en los lactantes prematuros, en infecciones, traumatismo importante o cirugía, psicológica; por ejemplo: depresión o anorexia nerviosa.

La desnutrición se puede presentar debido a la carencia de una sola vitamina, o debido a que la persona no está recibiendo suficientes alimentos.

La desnutrición también puede ocurrir cuando se consumen los nutrientes adecuadamente en la dieta, pero uno o más de estos nutrientes no son digeridos o absorbidos apropiadamente.

La desnutrición puede ser lo suficientemente leve para no presentar síntomas o tan grave que el daño ocasionado sea irreversible, a pesar de que se pueda mantener a la persona con vida.

Los síntomas varían de acuerdo con cada trastorno específico relacionado con la desnutrición.

Sin embargo, entre los síntomas generales se pueden mencionar: fatiga, mareo, pérdida de peso y disminución de la respuesta inmune.

Si la desnutrición no se trata, puede ocasionar discapacidad mental y física, enfermedades y posiblemente la muerte.

Es evidente que toda la situación de enfermedad acarrea un desajuste psíquico y la desnutrición no es la excepción.

Dentro de los efectos psicológicos, se mencionarán la apatía, irritabilidad, anorexia, llantos continuos, los desajustes mentales, emocionales y depresiones ligeras o agudas. También se nota que el niño/a desnutrido se desarrolla intelectualmente en condiciones de inferioridad para participar posteriormente como adulto en forma constructiva dentro de la sociedad.

La mayoría de niños/as desnutridos sufren deficiencias en el crecimiento físico en su desarrollo necesita una relación satisfactoria, mutua y consistente con un proveedor de cuidados, relación que muchas veces, la madre enferma (probablemente también desnutrida) y deprimida es incapaz de sostener; entonces, el niño/a carece de estimulación temprana, la cual es vital para su desarrollo psicológico.

Algunos factores fisiopatológicos que en el niño/a producen desnutrición incluyen enfermedades en el sistema nervioso central, afectando el apetito; asimilación inadecuada de alimentos combinada con enfermedades que incluyen mala absorción; altos requerimientos metabólicos (dado el periodo de crecimiento en que se encuentra el niño/a), combinados con fiebres e infecciones y pérdidas de alimentos a través de vómitos y diarreas.

Cuando dichos factores operan solos, no presentan mayor problema para comprender sus implicaciones nutricionales.

Cuando los desórdenes fisiológicos en el niño/a interactúan con su desarrollo emocional, o cuando las complicaciones psicológicas de la enfermedad dominan el panorama, la enfermedad puede considerarse como un síndrome psiconutricional más complicado. Dichos síndromes son aquellos del fracaso no orgánico para poder prosperar en los infantes.

Esto es, que aunque se den tratamientos físicos para combatir la desnutrición si el niño/a ya tiene problemas psicológicos o emocionales, éstos contribuyen a que el proceso de recuperación fracase.

También se dan desórdenes en la alimentación en niños/as pequeños síndromes depresivos, en niños/as pequeños y mayor anorexia nerviosa y complicaciones emocional-nutricionales de enfermedades crónicas tales como la diabetes-melitus que puede ocurrir desde la adolescencia.

Si el niño/a está apático, deprimido y con un ego desequilibrado no asimilará los alimentos de igual forma que si su disposición psicológica fuese normal. El niño/a desnutrido es poco activo, exige menos estímulo y atención de sus padres, hermanos/as y posteriormente de sus compañeros/as. El niño/a normalmente activo juega más y más con sus padres y hermanos/as; a los niños/as bien nutridos se les habla con más frecuencia y se les elogia y recompensa más a menudo. El lactante desnutrido, por otra parte, no avanza en su desarrollo,

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