Dewey.

En el siglo XVII surgen algunas críticas a la forma de enseñanza que se practicaba en los colegios internados. Éstos estaban a cargo de órdenes religiosas, tenían como finalidad alejar a la juventud de los problemas propios de la época y de la edad. Se enseñaba los ideales de la antigüedad, la lengua escolar era el latín, y el dominio de la retórica era la culminación de esta educación, los jóvenes, eran considerados propensos a la tentación, débiles y con atracción por el mal, por lo tanto, se consideraba necesario aislarlos del mundo externo en donde la mejor forma de preparar al niño para la vida era formar su inteligencia, su capacidad de resolver problemas, sus posibilidades de atención y de esfuerzo. Esta filosofía perdura en la educación en la actualidad sin embargo el papel que ocupaba el maestro donde las actividades giran en torno al docente, quien hace de la exposición su principal recurso didáctico, imponiendo ritmos y secuencias de trabajo unilateralmente, es el modelo y el guía, al que se debe imitar y obedecer. La disciplina y el castigo se consideran fundamentales, la disciplina y los ejercicios escolares son suficientes para desarrollar las virtudes humanas en los alumnos junto con el castigo ya sea en forma de reproches o de castigo físico estimula constantemente el progreso del alumno en donde la clase y la vida colectiva eran organizadas, ordenadas y programadas. El manual escolar es la expresión de esta organización, orden y programación; todo lo que el niño tiene que aprender se encuentra en él, graduado y elaborado, si se quiere evitar la distracción y la confusión nada debe buscarse fuera del manual. Mientras que los intereses del alumno quedan relegados a un segundo término, pues son más importantes los contenidos de las materias o asignaturas, su rol es de pasividad extrema y es considerado únicamente como receptor de conocimientos. El niño tenía que acatar las normas y reglas esa era la forma de acceso a los valores, a la moral y al dominio de sí mismo, lo que le permite librarse de su espontaneidad y sus deseos.

Pasando a otro tema importante encontramos a la escuela activa o nueva, esta escuela tiene su origen entre el siglo XIX y principio del siglo XX, crítica a la escuela tradicional, y gracias a profundos cambios socio-económicos y la aparición de nuevas ideas filosóficas y psicológicas, tales como las corrientes empiristas, pragmatistas, que se concretan en las ciencias, en este tipo de escuela la educación del niño tenía como base la Psicología del desarrollo infantil, se impone entonces la obligación de tener una imagen justa del niño, tratar a cada uno según sus aptitudes, permitirle al niño dar todo a su propia medida.

No hay aprendizaje efectivo que no parta de alguna necesidad o interés del niño, ese interés debe ser considerado el punto de partida para la educación, en cuanto a la relación del maestro con el alumno, el maestro será un auxiliar del libre y espontáneo desarrollo del niño.

La autodisciplina es un elemento que se incorporó en esta nueva relación, en donde el maestro cedió el poder a sus alumnos para colocarlos en posición funcional de autogobierno que los llevo a comprender la necesidad de elaborar y observar reglas.

Los principales contribuyentes de la Escuela Nueva son:

-ROUSSEAU: El gran percusor de una mística pedagogía, que considera la infancia natural y perfecta, por tanto libre y capaz de autoeducarse.

-PESTALOZZI:

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