Discipulo
lillye6 de Diciembre de 2012
885 Palabras (4 Páginas)494 Visitas
Y tú……¿Quieres ser su discípulo?
Es de madrugada y un tenue haz de luz me permite observar una silueta que se aproxima de forma muy rápida hacia la caleta. Por la forma de su gorro logro reconocerlo y lo llamo:
-¡¡Tomás, Tomás!!...¿ Por qué vas caminando tan rápido?.
-Ah!, hola Patricio. Lo que pasa que voy atrasado a la pesca de hoy, recuerda que Andrés y mis amigos me esperan para salir juntos a la mar, somos compañeros de viaje, nos necesitamos unos a otros en ésto, además que mucha gente depende de nosotros para su alimentación. Sabiendo el oficio no podemos quedarnos como simples espectadores y que otros hagan el trabajo por nosotros .O lo que es peor dejar que otros mueran de hambre a causa de nuestra decidia.
-¿Por qué decidieron realizar este oficio Tomás?
-Si en un momento tuvimos la convicción de realizar este oficio, aún cuando fuera peligroso, invirtiéramos mucho tiempo dejando a solas a nuestras familias, que tal vez nos tildarían de “locos” por adentrarnos al mar, sabíamos que había gente que dependía de nosotros y que nuestra pesca daría sustento básico en esta región del mar y a la vez proporcionaría el alimento base de la dieta.
-¿No le temen al mar Tomás?
-Patricio ,es cierto que a veces nos podemos encontrar con aguas mansas o bien turbulentas, pero es parte de nuestra misión. Debemos estar preparados para todo y según el momento usar distintas técnicas para pescar.
-Sabes Tomás, me gustaría ser parte de esa “tripulación”, sin duda que a pesar del peligro debe ser una experiencia que conforta al saber que llevamos el sustento a otras personas y que por lo tanto podemos ayudar en alivianarles su diario vivir.
-Cuando quieras Patricio nos acompañas. ¿Te animas hoy?
-Mmmm…..mmmm….sí. Yo también iré…
Al igual que estos pescadores, Andrés y Pedro habían lanzado sus barcas al mar, pero cuando regresaron a tierra se lanzaron por fé mar adentro, tal como Cristo lo quería, para “pescar hombres”.
Jesús nos llama a ser sus discípulos (Juan 15:8). El nos pide, entre otras cosas:
-Obediencia (Hebreos 5:9)
-Lealtad (Mateo 10:32)
-Sacrificio (Marcos 8:34)
Y si cumplimos lo que nos demanda nos promete recompensa (Mateo 10:29-30)
El discipulado cristiano es el llamado más grande que existe. Sin duda que es un desafío seguirlo. Todo cristiano a ésto ha sido llamado, tal como el apóstol Pedro lo señaló: "Pues para ésto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;" (1 Pedro 2:21). El camino ya está trazado, pues el ejemplo nos ha sido dado por aquel que “estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. (Fil. 2:8). No podemos ser discípulos de Cristo si en nosotros no hay ese mismo sentir que hubo en Él (Fil. 2:5).
La vida cristiana es una vida de discipulado. La llamada al discipulado comienza con una decisión y convicción de seguir a Cristo de una forma voluntaria. Todos necesitamos información y tiempo para procesar lo que hemos aprendido para poder hacer una decisión genuina de seguir a Cristo, de otra manera nuestras decisiones serán superficiales.
Los discípulos son “aprendices” -- aquellos que aprenden y aplican lo que Jesús les enseña ( San Juan 8:31). La palabra griega para discípulo es “mathetes” lo cual significa “aprendiz” o “estudiante”. El discipulado cristiano es una relación de maestro a alumno, basada en el modelo de Cristo y sus discípulos, en la cual el maestro reproduce en el estudiante la plenitud de vida que él tiene en Cristo, de tal forma que el discípulo se capacite para adiestrar y enseñar a otros.
Un discípulo se hace con disciplina y con amor.
...