ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Discurso Gaitan


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2014  •  5.390 Palabras (22 Páginas)  •  137 Visitas

Página 1 de 22

A. Discurso-programa de su candidatura presidencial (1945)

Casi todos los movimientos sociales y políticos que han transformado a un país o alterado la historia del mundo han aparecido en forma sorpresiva. Pero estaría equivocado quien obtuviera de tal hecho, la índole de su naturaleza, porque siempre, al profundizar en la investigación histórica, se ha encontrado en cada uno de los grandes actos humanos colectivos una serie de antecedentes metódicos, que pueden seguirse desde su iniciación embrionaria hasta su culminación en la forma definitiva de su fuerza y contenido.

Al contacto de las realidades vividas; de los anhelos destrozados; de las ansiedades legítimas incumplidas; de los clamores de justicia no escuchados; de las afirmaciones de la verdad desconocida o negada; del bien o del amor ultrajados, van formándose, metódica y silenciosamente pero de manera inexorable, nuevas formas de anhelo, distintas concepciones de equilibrio, diversas inquietudes de la voluntad hacia un sistema más adecuado y justo de la vida. Y cuando estos elementos irrumpen en un momento dado, el calor de un pretexto de apariencia exigua pero profundo y demoledor como una chispa sobre materias inflamables, quienes habían creído dotar a su poder; a su dominio, a su sistema, de unas características de apariencia indestructible, son los primeros poseídos por una sensación de sorpresa y desconcierto.

Tal fue lo que experimentaron los poderes que mantenían la hegemonía del mundo ante la presencia de la nueva concepción de vida que aportaba el cristianismo. Y una incredulidad desorientada recibió los primeros indicios de turbión anónimo, desheredado y proscrito que se lanzaba a transformar la política y la filosofía universales en el crisol de la Revolución Francesa.

No ha operado jamás de otra manera el proceso histórico. Nunca en la sucesión de los acontecimientos se han presentado actos milagrosos. En la trayectoria que han seguido todas las civilizaciones y en las tormentas donde se han cumplido transformaciones esenciales, han actuado en dramática y fecunda contraposición, dos fuerzas que culminan en dos estados psicológicos. De un lado aquellos a quienes el poder, como siempre, adormece y estanca; a quienes la embriaguez del dominio recorta y amengua en su ambición creadora; a quienes el ejercicio del mando destruye el impulso de la inconformidad; a quienes por actuar en ambientes de beneficiados se les hace sordo el oído para escuchar el clamor subterráneo que se incuba y vibra como un presagio de tempestad. De otro lado aquellos que producen este mismo clamor; los que fuera, en la escuela, en el rancho desolado del campesino, en el taller sonoro del artesano, en el alma de la madre y en el seno de la juventud; en la mente del industrial y del comerciante, van gestando un nuevo destino de vivir; una nueva ansiedad en la forma y en la organización de la sociedad.

Y como la vida verdadera es dinámica, anhelo de superación, voluntad de progreso, presencia de mejores concepciones, un día, cualquier día, el distanciamiento de esas fuerzas encontradas, la una visible y radiante, la otra culta y adiva, llegan a la saturación y se presentan altivas y batalladoras. Y en medio del silencio narcisista o contra la represión violenta; por encima de la propaganda engañosa que intenta falsear la realidad, de los socavones de la conciencia colectiva van brotando nuevos filones, van poniéndose en circulación nuevas ideas. Sobreviene el choque. Y de él quedan un nuevo sistema y un método nuevo, fundados en la marcha inexorable del progreso humano.

Tal hecho evidente constituye una explicación, siquiera sea muy fugaz, de vuestra presencia en este recinto para expresar el respaldo a un movimiento, que en el presente caso yo encabezo, en la más vasta e imponente de las manifestaciones políticas de que haya noticia en los anales ciudadanos de Colombia.

El destino providencial del hombre

Yo no creo en el destino mesiánico o providencial de los hombres. No creo que por grandes que sean las cualidades individuales, haya nadie capaz de lograr que sus pasiones, sus pensamientos o sus determinaciones sean la pasión, la determinación y el pensamiento del alma colectiva. No creo que exista ni en el pretérito ni en el presente un hombre capaz de actuar sobre las masas como el cincel del artista que confiere caracteres de perennidad a la materia inerte. El dirigente de los grandes movimientos populares es aquel que posee una sensibilidad, una capacidad plástica para captar y resumir en un momento dado el impulso que labora en el agitado subfondo del alma colectiva; aquel que se convierte en antena hasta donde ascienden a buscar expresión, para luego volver metodizadas al seno de donde han salido, las demandas de lo moral, de lo justo, de lo bello, en el legítimo empeño humano de avanzar hacia mejores destinos.

Si tenemos en cuenta las circunstancias en que este movimiento ha podido lograr tan caudaloso impulso, podemos comprobar cuál es su armonía, con el querer de la realidad nacional. No se ha logrado al amparo de una mecánica política que viola acomodaticiamente y en acuerdo con sus intereses los estutos del partido, al cual pertenecen estas masas entusiasmadas; ni halagando en cada municipio y en cada aldea la aspiración personal de los caciques que se constituyen en comités o en directorios; ni falsificando registros electorales; ni gozando del apoyo financiero de especuladores que llegan a la política sin la sagrada ambición de salvar principios, sino con la codicia de realizar inversiones provechosas; ni al amparo de convenciones y directivas que falsean la opinión popular; ni con el patrocinio de la prensa opulenta sino más bien luchando contra su engaño o contra su silencio; ni con las influencias oficiales que directa o indirectamente coaccionan el espíritu de los ciudadanos en municipios y departamentos.

No ha contado este movimiento con nada de este artificio que constituye y sostiene el país político. Lejos de ello, marcha contra la existencia y el aprovechamiento de esos recursos para adulterar la verdad democrática y buscar restaurar los principios y los fundamentos de esa verdad, sometidos a la alquimia de la simulación.

En frente de este movimiento cuya realización representa el clímax de un largo proceso, algunos podrán preguntarse cuál es la causa que lo ha producido y cómo se ha verificado el hecho insólito de que los poseedores de todas las preeminencias y de todos los privilegios se encuentren solitarios, en tanto que aquellos a quienes se suponía solitarios se hallen en tan poderosa campaña. Y no podrán, ni ellos ni quienes traten de encontrar una explicación eventual, hallar otra distinta a la de que él interpreta el angustioso anhelo de mirar hacia el porvenir, con

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (33.2 Kb)  
Leer 21 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com