EL ATRACTIVO POLÍTICO E LA VIOLENCIA

EL ATRACTIVO POLÍTICO DE LA VIOLENCIA

El siglo pasado se caracterizó por el grado desmedido de la violencia generado por proyectos políticos y la confrontación de ideales diversos y opuestos, el uso revolucionario como medio idóneo para alcanzar metas o fines radicales en transformaciones sociales y la íntima relación de la violencia con la política condujeron a la humanidad a las más terribles experiencias de terrorismo, tortura y masacre.

Los avances tecnológicos son pieza fundamental para entender la vasta experiencia bélica de todo el siglo, que no sólo se traduce en saldos de destrucción masiva sino en un profundo retroceso ético, jurídico y moral.

No se puede explicar la violencia política sin antes conceptuar la política misma, es decir, para poder entender el por qué la violencia resulta un instrumento atractivo políticamente, es necesario entender primero la política como un sistema de relaciones de poder, en medida que esta idea sea valorada estaremos en condiciones de comprender las razones de identificación entre ambas.

Partiendo de este supuesto, es decir, que la violencia política es un instrumento de conflicto y que el Estado como eje organizador de la estructura institucional, sería el encargado natural de concentrarla, es obvio pensar que la clase dominante configure un sistema de normas, valores y conceptos que de alguna manera justifiquen su estancia en el poder, incluyendo claro está que el uso de la violencia ejercida por la clase en el poder sea también una legitimación del Estado.

Desde este horizonte la violencia tendría que considerarse como algo políticamente negativo y un fenómeno que combatir o limitar al máximo. La guerra, los homicidios y genocidios tendrían que verse como un mal político y no sólo como un mal moral, desde una perspectiva estrictamente política la violencia, el uso de la fuerza, sólo pueden ser razonables si se utilizan como medio para enfrentar y resistir males mayores.

La defensa de la vida, de la seguridad y de la libertad (o derechos básicos) de los individuos frente a agresiones manifiestas, se configura como la razón única que permite apelar a la resistencia armada legítima frente a poderes hostiles e ilegítimos.

Al poner en cuestión la vida y la seguridad de los seres humanos, al llevar los conflictos a su máxima exasperación y agudización, el uso de las armas obviamente causa alarma y tensión en la opinión pública, en los medios y en general en todos los órganos de la sociedad, en este sentido puede decirse que la violencia vuelve aparentes rápidamente problemas hasta entonces soslayados o ignorados, concentran la atención pública en los mismos, suscitando un interés extraordinario de la sociedad en determinados acontecimientos.

Nada más espectacular y estridente que la violencia, pero

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