EL GRAN ALMA DE LA TOGA.
rodrigotocoraApuntes9 de Noviembre de 2016
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ASIGNATURA:
Instituciones jurídicas romanas
NOMBRE DEL TEMA:
El alma de la toga “ángel ossorio”
PRESENTA:
Rodrigo tocora quintero 444459
DOCENTE:
Andrés Fernando Henao
Colombia _espinal Tolima
2015
EL ALMA DE LA TOGA
(ANGEL OSSORIO)
Empezare por decir que ángel ossorio fue un abogado y político democristiano español, ministro de fomento durante el reinado de Alfonso Xlll embajador de la segunda república española siendo una figura destacada en el proceso de concepción de la solución corporativa entre 1913 y 1931. Fue conocido por el sobrenombre “papa de la juridicidad” y su último libro publicado es el alma de la toga que voy hablar a continuación.
Durante el trayecto de éste ensayo, presentaré la importancia de las palabras, frases que dejaron en impacto mi mente y mi corazón mientras leía esta importante libro, iré haciendo comentarios personales teniendo en cuenta mis opiniones y haciéndome preguntas que contestare muy personalmente.
Este libro es un manual, pues nos enseña cómo debe mantenerse un abogado durante su práctica. Realza los valores de los abogados, nos hace creer en el arte del derecho, en la técnica del derecho y más que nada en la vida del derecho, ya que sin derecho no hay vida.
Hace la diferenciación entre abogado y licenciado en derecho, en el primer caso es un ministerio de justicia encargado de velar por la justicia; que es la búsqueda final del derecho y en el segundo caso es un estudioso de leyes con una cedula que le permite el ejercicio del oficio.
Plantea ossorio que la toga no representa ninguna cualidad, pues cuando no hay cualidades verdaderas debajo de ella se reduce a un disfraz malo; pero después de hecha esta salvedad, en honor al fundamental concepto de las cosas, es bueno reconocer que la toga, como todos los atributos profesionales, tiene para el que la lleva dos grandes significados: freno e ilusión y para el que la contempla otros dos: respetó y diferenciación.
También nos quiso hablar un poco de lo que está pasando con los abogados. De la grave inconsistencia que existe, de ese sentimiento principal que le han perdido a la abogacía que es el amor.
Nos da esta herramienta para reflexionar y corregir los errores que manchan la reputación del abogado, quiere que nos dediquemos a ser buenos abogados y no caigamos en lo que algunos a bogados han degradado que es en la corrupción y en la falta de ética profesional.
El abogado es el que nos da consejos jurídicos y busca la justicia. La justicia es muy importante dentro del ejercicio del derecho por a ver tenido esa doctrina desde sus inicios y esos preceptos tan importantes que nos plasmó en nuestra vida Ulpiano un jurista romano de antigüedad en la cual decía “vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada cual lo suyo”.
Eso nos permite tener una base para toda la vida, saber que tenemos que trabajar siempre con esos tres preceptos siempre siendo honestos, justos y equitativos.
En el abogado la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. Primero ser bueno, luego, ser firme; después ser prudente; la ilustración viene en cuarto lugar; la pericia en el ultimo.
La fuerza interior es la fe, es el deseo, es la vocación es lo que nos permite seguir adelante para no claudicar nunca en nuestra profesión. Afrontar y salvar todos los obstáculos que tengamos, que nunca vallamos a declinar y que hay que hacer lo moralmente posible por defender a nuestro cliente.
Debemos hacer justicia o pedirla cuando se procede de buena fe, esto constituye la obra más íntima, más espiritual, más inefable del hombre.
En la abogacía actúa el alma sola, porque cuando se hace es obra de la conciencia y nada más que de ella. No hay que decir que opera el alma y el derecho, porque el derecho es cosa que se ve, se interpreta y se aplica con el alma de cada cual; de modo que no se yerra al insistir en que actúa el alma aislada.
El abogado tiene que comprobar si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas y no crea, ni pueda dar solución a un problema en este punto debe cambiar de oficio.
La Sensación de justicia plantea que la justicia no es el producto del estudio si no una sensación; es decir la justicia no se aprende en los libros, solo se aprende en la vida cotidiana.
El abogado que al enterarse de lo que se le consulta, no experimenta la sensación de lo justo y los injusto (naturalmente, con arreglo tiene a su sistema preconcebido) y cree hallar la razón en el estudio de los textos. Esto se expone a tejer artificios legalistas ajenos al sentido de la justicia.
El organismo del derecho responde a una moral, pues ya que el hombre necesita un sistema de moral, para no ser juguete de los vientos; y cuando se halle orientado moralmente, su propia conciencia le dirá lo que debe aceptar o rechazar, sin obligarle a compulsas legales ni a investigaciones científicas.
Después de todo, es lo que la antigüedad sostenía mediante el aforismo summun sus summa injuria. Lo bueno, lo equitativo, lo prudente, lo cordial no ha de buscarse en la gaceta. Viene de mucho más lejos, de mucho más alto.
Actualmente el sentido de la justicia de muchos abogados se ha visto nublado, porque en nuestra sociedad capitalista lo que importa es el dinero, no lo que en realidad es justo, equitativo, bueno y prudente.
Entonces lo que hacen es tergiversar las leyes a su antojo para ganar sin importarles más nada. Mi pregunta personal es ¿ganar un caso lo es todo? Pues no lo es todo porque debemos encontrar el equilibrio de las cosas, tenemos que brindarle nuestra ayuda al cliente sin caer en la injusticia para con los demás; siempre teniendo en cuenta que todas las veces no se ganan y que cuando se pierde se aprende.
En lo personal me parece que recae mucho lo que es la familia y los valores que se enseñan en casa, porque hoy en día podemos ver como valores tan importantes como este, (la justicia) han sido olvidados por muchos. Dejando por visto que la ambición y la corrupción no nos lleva a nada bueno.
La moral del abogado debe defender las causas justas, el abogado hace lo moralmente posible por defender a su cliente. Cuando decimos que no pueden defender reglas o causas justas se implican que esos casos que realmente violan los preceptos de justicias; es mejor dejarlos a un lado, no seguir con estos casos que nos llevan a actuar en contra de la ley y terminemos siendo personas injustas y corruptas.
Por eso es mejor seguir con nuestra vida recta y lo importante es prometerle al cliente lo que realmente podemos cumplir.
El autor menciona algo importante: (Abogado que sucumba al qué dirán, debe tener manchada su hoja de servicios con la nota de cobardía) es decir si nos dejamos llevar por lo que dicen los demás jamás llegaremos a ser quienes en un principio soñamos que seríamos.
No es lícito vacilar ni retroceder por miedo a la crítica, pues es un monstruo de mil cabezas, cuando la línea del beber nos llama hay que cumplirla a todo trance y lo más importante es no darnos por vencidos y menos cuando estamos haciendo lo correcto y llevamos a cabo una pura y justa solución.
Según ángel ossorio los siguientes preceptos son muy importantes para regir en la vida profesional de futuros abogados y como principio hay que tener una ética.
Un punto para resaltar es la sensibilidad: pues ya que el abogado no puede ser frio de alma ni emocionable.
El abogado actúa sobre las pasiones, las ansias, los apetitos también de cómo se consume la humanidad y si su corazón es ajeno a todo ello personalmente mi pregunta sería ¿Cómo él tendría su celebro? Quien no sepa el dolor, ni comprenda el entusiasmo, ni ambicione la felicidad, como acompañara a los combatientes y sin embargo es ilícito que tomemos lo bienes y males ajenos como si fueran propios y obremos como comandarías del interés que defendernos.
Aunque, como nos dice el autor hay casos en los que por un buen motivo sea necesario hacer una chicanearía pues ya que esto queda en la conciencia de cada abogado hacerlo o no.
Se afirma que la chicana es algo malo, porque de cierta forma es como tergiversar la ley para nuestro beneficio o más bien para el beneficio del cliente. Pero el sentido del buen desempeño de la abogacía es algo que se ha ido perdiendo. Pues ya que donde la chicana puede que en ciertos casos no sea tan mal vista como en otros.
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