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EL GRAN ALMA DE LA TOGA.


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2016  •  Apuntes  •  4.947 Palabras (20 Páginas)  •  245 Visitas

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ASIGNATURA:

Instituciones jurídicas romanas

NOMBRE DEL TEMA:

El alma de la toga “ángel ossorio”

PRESENTA:

Rodrigo tocora quintero 444459

DOCENTE:

Andrés Fernando Henao

Colombia _espinal Tolima

2015

EL ALMA DE LA TOGA

(ANGEL OSSORIO)

Empezare por decir que ángel ossorio fue un abogado y político democristiano español, ministro de fomento durante el reinado de Alfonso Xlll embajador de la segunda república española  siendo una figura destacada en el proceso de concepción de la solución corporativa entre 1913 y 1931. Fue conocido por el sobrenombre “papa de la juridicidad” y su último libro publicado es el alma de la toga que voy hablar a continuación.

Durante el trayecto de éste ensayo, presentaré la importancia de las palabras, frases  que dejaron en impacto mi mente y mi corazón mientras leía esta importante libro, iré haciendo comentarios personales teniendo en cuenta mis opiniones y haciéndome  preguntas que contestare  muy personalmente.

Este libro es un manual, pues nos enseña cómo debe mantenerse un abogado durante su práctica. Realza los valores de los abogados, nos hace creer en el arte del derecho, en la técnica del derecho y más que nada en la vida del derecho, ya que sin derecho no hay vida.

Hace la diferenciación entre abogado y licenciado en derecho, en el primer caso es un ministerio de justicia encargado de velar por la justicia;  que es la búsqueda final del derecho y en el segundo caso es un estudioso de leyes con una cedula que le permite el ejercicio del oficio.

 Plantea ossorio que la toga no representa ninguna cualidad, pues cuando no hay cualidades verdaderas debajo de ella se reduce a un disfraz malo; pero después de hecha esta salvedad, en honor al fundamental concepto de las cosas, es bueno reconocer que la toga, como todos los atributos profesionales, tiene para el que la lleva dos grandes significados: freno e ilusión y para el que la contempla otros dos: respetó y diferenciación.

También nos quiso hablar un poco de lo que está pasando con los abogados. De la grave inconsistencia que existe, de ese sentimiento principal que le han perdido a la abogacía que es el amor.

Nos da esta herramienta para reflexionar y corregir los errores que manchan la reputación del abogado, quiere que nos dediquemos a ser buenos abogados y no caigamos en lo que algunos a bogados han degradado que es en la corrupción y en la falta de ética profesional.

El abogado es el que nos da consejos jurídicos y busca la justicia. La justicia es muy importante dentro del ejercicio del derecho por a ver tenido esa doctrina desde sus inicios y esos preceptos tan importantes que nos plasmó en nuestra vida Ulpiano un jurista romano de antigüedad en la cual decía vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada cual lo suyo.

 Eso nos permite tener una base para toda la vida, saber que tenemos que trabajar siempre con esos tres preceptos siempre siendo honestos, justos y equitativos.

En el abogado la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. Primero ser bueno, luego, ser firme; después ser prudente; la ilustración viene en cuarto lugar; la pericia en el ultimo.

La fuerza interior es la fe, es el deseo, es la vocación es lo que nos permite seguir adelante para no claudicar nunca en nuestra profesión. Afrontar y salvar todos los obstáculos que tengamos, que nunca vallamos a declinar y que hay que hacer lo moralmente posible por defender a nuestro cliente.

Debemos hacer justicia o pedirla cuando se procede de buena fe, esto constituye la obra más íntima, más espiritual, más inefable del hombre.

En la abogacía actúa el alma sola, porque cuando se hace es obra de la conciencia y nada más que de ella. No hay que decir que opera el alma y el derecho, porque el derecho es cosa que se ve, se interpreta y se aplica con el alma de cada cual; de modo que no se yerra al insistir en que actúa el alma aislada.

El abogado tiene que comprobar si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas y no crea, ni pueda dar solución a un problema en este punto debe cambiar de oficio.

La Sensación de justicia plantea que la justicia no es el producto del estudio si no una sensación; es decir la justicia no se aprende en los libros, solo se aprende en la vida cotidiana.

El abogado que al enterarse de lo que se le consulta, no experimenta la sensación de lo justo y los injusto (naturalmente, con arreglo tiene a su sistema preconcebido) y cree hallar la razón en el estudio de los textos. Esto se expone a tejer artificios legalistas ajenos al sentido de la justicia.

El organismo del derecho responde a una moral, pues ya que el hombre necesita un  sistema de moral, para no ser juguete de los vientos; y cuando se halle orientado moralmente, su propia conciencia le dirá lo que debe aceptar o rechazar, sin obligarle a compulsas legales ni a investigaciones científicas.

Después de todo, es lo que la antigüedad sostenía mediante el aforismo summun sus summa injuria. Lo bueno, lo equitativo, lo prudente, lo cordial no ha de buscarse en la gaceta. Viene de mucho más lejos, de mucho más alto.

Actualmente el sentido de la justicia de muchos abogados se ha visto nublado, porque en nuestra sociedad capitalista lo que importa es el dinero, no lo que en realidad es justo, equitativo, bueno y prudente.

Entonces lo que hacen es tergiversar las leyes a su antojo para ganar sin importarles más nada. Mi pregunta personal es ¿ganar un caso lo es todo? Pues no lo es todo porque debemos encontrar el equilibrio de las cosas, tenemos que brindarle nuestra ayuda al cliente sin caer en la injusticia para con los demás; siempre teniendo en cuenta que todas las veces no se ganan y que cuando se pierde se aprende.

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