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EL PLACER DE CONOCER.


Enviado por   •  27 de Junio de 2016  •  Ensayos  •  1.853 Palabras (8 Páginas)  •  183 Visitas

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EL PLACER DE CONOCER

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03/12/2015

Medios Audiovisuales – 0102

Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación

Alumno: Anthony Nima Varillas

Código: 20121619

Profesora Carmen Rosa Vargas Céspedes

Semestre: 2015-2

EL PLACER DE CONOCER

Medios Audiovisuales – 0102

INTRODUCCIÓN

El conocimiento, desde los orígenes de la historia y de sus técnicas de divulgación oral o escrita, siempre fue usado como símbolo de poder, relacionándose con las políticas económicas y las injusticias sociales. Hoy en día, es preciso reconocer que la globalización ha forjado una nueva cultura, que se expande aceleradamente a través de las tecnologías, superando fronteras e integrando saberes en un escenario competitivo que exige poseer información, no solo como condición de poder, sino como forma de ostentación. Esto coloca a los comunicadores en una posición privilegiada para observar y actuar creativamente en el proceso de la era de las revoluciones en el campo del conocimiento y las relaciones comunicativas. El presente texto trata de las capacidades que tiene la televisión para inferir en el ámbito del conocimiento.

JUSTIFICACIÓN

La afinidad que tengo por el género cultural en la televisión es por la capacidad de esta para brindar conocimiento y a su vez entretener. Ciertamente, lo educativo tiende a ser comparado con lo “aburrido” ya que parecen imponer la información de manera lineal y sin ningún tipo de interacción con el espectador, suprimiendo ese deseo de satisfacer una necesidad de entretenimeinto al encender la TV.

Hace muy poco observaba un capítulo de la serie “Juegos mentales”, o en su idioma original: Brain Games, en una reunión familiar en la que muchos primos menores de 10 años jugaban a mi alrededor. Dejando de lado el poco interés que parezco mostrar hacia los eventos familiares, mirando el programa, descubrí un fenómeno muy interesante que despertó mi interés en desarrollar el presente ensayo.

Mirando el programa en la comodidad de mi sofá, hacía caso omiso a los gritos y jugueteos de los infaltables niños de las reuniones que juntan a gran parte de la familia. Mientras observaba uno de las principales secuencias, en la que hacen un juego de atención para contar cuantas letras “R” podían captar en pantalla, quedé asombrado que al mismo momento en el que solté mi respuesta, tres primos menores soltaron la suya. Hasta ese momento no tenía idea de que los niños habían dejado los juegos de sus Tablets y muñecos para prestarle atención a lo que sucedía en la pantalla. No, no había cambiado de canal y me encontraba en Nickelodeon o Disney Channel, seguía sintonizando un programa de la cadena National Geographic (ahora conocida también como NatGeo).

Si los programas culturales están siempre vinculados con un “sabor amargo” de impartir conocimiento sin satisfacer ninguna necesidad típica del consumidor de televisión, lo que ocurría a mi lado era un fenómeno totalmente excluyente de la cotidianidad o el programa Juegos Mentales, del que tanto disfruto, tiene una forma más atractiva de impartir el conocimiento, haciendo que le sea atractivo inclusive a un grupo de niños.

Mi inclinación es hacia la segunda hipótesis, el programa Juegos Mentales y el canal NatGeo emplean recursos innovadores en el formato de sus programas que hacen que el género cultural esté abierto a las vivencias más humanas, las emociones más placenteras, al entendimiento lúdico[1] y al sentido del humor efectivo.  De esta manera, el canal logra con eficiencia y eficacia, transmitir temas que hoy pueden ser considerados como duros o serios.

UN MEDIO CON POTENCIAL DE REFORZAR LA CULTURA

Los canales de televisión, a pesar de sus ideologías que responden a un interés económico y algunas veces político, tienen un gran recurso a la mano para expandir el imaginario social, problematizarlo y generar consumidores críticos y participativos en la sociedad. El género cultural puede ser un gran instrumento para difundir y renovar las manifestaciones de los individuos y de su sociedad, alentando a crear un espíritu común de un país y sus realidades culturales.

En sus inicios, los canales de televisión adoptaron medidas erróneas en cuanto a el deber de educar, informar y formar a un televidente. Realizaban programas con formatos que instrumentalizaban el conocimiento, haciéndolo tedioso y en la mayoría de casos, muy aburridos para las audiencias. Aquí debemos hacer hincapié al método utilizado y recurrir a la función más primordial del comunicador: Difundir un mensaje utilizando un código que sea entendible y hacerlo de la mejor manera para que el receptor le pueda dar el significado esperado. Si realizas contenido tedioso y sin interacción en un programa que requiere una atención elevada en el espectador, entonces estas utilizando los métodos equivocados.

A medida que la sociedad se fue desarrollando en una época de cambios económicos y técnicos propios de la era de la información, la televisión cultural tuvo que adaptarse a un nuevo contexto cultural. Estas mudanzas hicieron necesarios un cambio de actitud y de difusión del conocimiento por encima de prejuicios, criterios pedagógicos e intereses comerciales. He aquí el principal dilema que enfrenta este tipo de hacer televisión: Lograr la perfecta sintonía entre impartir conocimiento y generara rentabilidad a través del rating.

Poco a poco, la cultura, su circulación e intercambio se han convertido en el sector político y económico más importante de una sociedad, interviniendo en las decisiones de poder y en la cotidianidad de millones personas[2]. Los programas culturales tienen la capacidad de hacer ver y entender la realidad desde una perspectiva más dinámica y digerible a los televidentes. Esta oportunidad no debe ser desaprovechada para crear personas con pensamiento crítico y sentido de la responsabilidad social.

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