EN LA NUEVA GRANADA (1750-1816)
ErikalizzTesis12 de Junio de 2015
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LA HYBRIS
DEL PUNTO CERO CIENCIA, RAZA E ILUSTRACIÓN
EN LA NUEVA GRANADA (1750-1816)
SANTIAGO CASTRO-GÓMEZ.
Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2005
La Hybris del Punto Cero Ciencia, Raza e Ilustración en la Nueva Granada (1750 – 1816), el autor desarrolla cinco acápites referidos a los siguientes contenidos:
ACÁPITE UNO
Lugares de la ilustración
Discurso colonial y geopolíticas del conocimiento en el Siglo de las Luces
Este acápite se refiere a los siguientes contenidos: El proyecto de Cosmópolis, el plano de la trascendencia, la negación de la simultaneidad , razas inmaduras, el paradigma de la modernidad/colonialidad, la orientalización del oriente, la des-trucción del mito de la modernidad, el discurso de la limpieza de sangre y la colonialidad del poder.
Consideraciones
El autor plantea como “hipótesis de lectura es que el escenario de la Ilustración fue la lucha imperial por el control de los territorios claves para la expansión del naciente capitalismo y de la población que habitaba esos territorios”.
El autor intenta reconstruir el discurso ilustrado criollo en la Nueva Granada.
Ubicarse en el punto cero equivale a tener el poder de instituir, de representar, de construir una visión sobre el mundo social y natural reconocida como legítima y avalada por el Estado. Se trata de una representación en la que los “varones ilustrados” se definen a sí mismos como observadores neutrales e imparciales de la realidad.
En su ensayo de 1775 Vonder Verschiedenen Rassen der Menschen, Kant establece que son únicamente cuatro los grupos humanos que deben ser clasifi cados bajo la categoría formal de raza:
“Creo que sólo es necesario presuponer cuatro razas para poder derivar de ellas todas las diferencias reconocibles que se perpetúan [en los pueblos]. 1) la raza blanca, 2) la raza negra, 3) la raza de los hunos (mongólica o kalmúnica), 4) la raza hindú o hindustánica [...] De estas cuatro razas creo que pueden derivarse todas las características hereditarias de los pueblos, sea como [formas] mestizas o puras (Kant , 1996: 14-15).
Locke y Hobbes observaban a las sociedades americanas de forma similar al modo en que un paleontólogo observa los restos de un dinosaurio, es decir como un testimonio (congelado en el tiempo) de lo que fue la vida humana en el pasado, Kant ubica a la “raza roja” en el estadio más primitivo del desarrollo moral, estableciendo así el contraste entre el ayer de la Unmündigkeit y el hoy de la Aufklärung.
El autor examina el proyecto ilustrado de una “ciencia del hombre” tal como fue formulado en el siglo xviii por pensadores como Hume, Smith, Rousseau, Condorcet, Turgot y Kant. Considera este proyecto desde dos perspectivas complementarias: una, epistemológica, en la que se muestra cómo las nacientes ciencias humanas se apropian del modelo de la física para crear su objeto desde un tipo de observación imparcial y aséptica, que he denominado la hybris del punto cero. La otra perspectiva muestra cómo, una vez instaladas en el punto cero, las ciencias del hombre construyen un discurso sobre la historia y la naturaleza humana en la que los pueblos colonizados por Europa aparecen en el nivel más bajo de la escala de desarrollo, mientras que la economía de mercado, la nueva ciencia y las instituciones políticas modernas son presentadas, respectivamente, como fin último (telos) de la evolución social, cognitiva y moral de la humanidad.
Said muestra que con el nacimiento de las ciencias humanas en los siglos xviii y xix asistimos a la invisibilización de la multivocalidad histórica de la humanidad. A la expropiación territorial y económica que hizo Europa de las colonias, corresponde una expropiación epistémica que condenó a los conocimientos producidos en ellas a ser tan solo el “pasado” de la ciencia moderna.
La subjetividad moderna no es solamente la subjetividad burguesa, como ha querido la teoría social desde el siglo xix, sino que en las colonias hispánicas se generó también una forma de subjetividad que desde el siglo xvi formaba parte de la modernidad -mundo y que coexistió con el nacimiento de la burguesía europea en los siglos xvii y xviii. Nos referimos a la subjetividad hispánica, pero ante todo criolla, formada en concordancia con el discurso colonial de la limpieza de sangre
El autor sintetiza este acápite de la siguiente manera:
“…que pensadores como Dussel, Quijano y Mignolo han ampliado considerablemente la noción de discurso colonial introducida por Said hacia finales de los años setenta. De la mano de Foucault , el intelectual palestino había mostrado que el discurso colonial es un sistema de signos a partir del cual las potencias coloniales impusieron un tipo específico de conocimientos, disciplinas , valores y formas de comportamiento a los grupos colonizados. Los teóricos latinoamericanos muestran que, entendido de esta forma, el discurso colonial no sólo recibe legitimación por parte de la ciencia moderna, sino que juega un papel importante en la configuración del imaginario científico de la Ilustración. La ciencia y el poder colonial forman parte de una misma matriz genealógica que se configura+ en el siglo xvi con la formación del sistema-mundo moderno. O dicho de otro modo: si la modernidad y la colonialidad son dos caras de una misma moneda, entonces es posible reconstruir los vínculos entre el proyecto colonial y el proyecto cientifico de la Ilustración”.
ACÁPITE DOS
Purus ab omnia macula sanguinis
Esta leyenda, por la cual se certificaba la limpieza de sangre del egresado, aparecía impresa en todos los diplomas de grado expedidos por la Universidad Tomística de Bogotá en el siglo xviii. (aclaración del autor, Castro).
El imaginario colonial de la blancura en la Nueva Granada
Se desarrollan los siguientes contenidos: La etnizacion de la riqueza, sociología espontánea de las elites, el pathos de la distancia, tácticas del subalterno, el biopoder y la guerra de las razas, la perspectiva del Todo, el rostro de Maquiavelo, la nostalgia del Apartheid, los muros de la ciudad letrada, muros pintados de blanco, batallas por el capital universitario, el cadáver del doctor Eugenio.
Consideraciones
A continuación una clasificación de los 16 “tipos de sangre” más frecuentemente representados en los cuadros de castas eran los siguientes:
1. De español e india, mestizo
2. De mestizo y española, castizo
3. De castizo y española, español
4. De español y negra, mulato
5. De mulato y española, morisco
6. De morisco y española, chino
7. De chino e india, salta atrás
8. De salta atrás y mulata, lobo
9. De lobo y china, jíbaro
10. De jíbaro y mulata, albarazado
11. De albarazado y negra, cambujo
12. De cambujo e india, zambaigo
13. De zambaigo y loba, calpamulato
14. De calpamulato y cambuja, tente en el aire
15. De tente en el aire y mulata, no te entiendo
16. De no te entiendo e india, torna atrás.
Como puede verse, tanto la denominación como la progresión de los cuadros revelan una “sociología espontánea”: a mayor mezcla de sangre, menor posibilidad de movilización social. Lo cual significaba que entre menos “pura” fuera la sangre que corría por las venas de una persona, menor sería también su posibilidad de ascenso social.
La familia, según Bourdieu, es el lugar donde los agentes se apropian del patrimonio acumulado por generaciones anteriores y lo utilizan como punto de partida para la acumulación ulterior de capital. Este patrimonio heredado será, entonces, el instrumento a través del cual unos agentes se diferenciarán de otros según Seasu posición en la jerarquía del espacio social.
Las políticas borbónicas pretendían instaurar en las colonias una nueva racionalidad que integrara en un sólo proyecto a grupos sociales que durante 200 años se habían formado en medio del conflicto étnico.
El concluye señalando que “las elites blancas castigaron con la muerte y el oprobio el ataque realizado por un “cholo” en contra de la ciudad letrada y sus guardianes. Paradójicamente, el mismo Espejo se constituyó en uno de los mayores impulsores de la medicina ilustrada en la ciudad de Quito. La paradoja radica, como se verá en el capítulo siguiente, en que la medicina moderna se constituye a partir de una expropiación epistemológica de los conocimientos tradicionales. La práctica médica no sólo jugaba en concordancia con la bio-política estatal – que Espejo afirmó siempre obedecer y respetar -, sino que actuaba como un mecanismo de dominación social frente a las castas. De este modo, la violencia política y social que Espejo sufrió por causa de su origen étnico, tiene equivalencia directa con la violencia simbólica que él mismo ejerció, en tanto médico ilustrado, sobre los conocimientos tradicionales de los negros, indios y mestizos. La “sociología espontánea” que condena a Espejo, es la misma que Espejo reproduce con su defensa del conocimiento ilustrado. Mi argumento será entonces que la colonialidad del poder extiende sus redes hacia un dominio que los pensadores ilustrados creían puro e incontaminado por las prácticas sociales: el discurso de la ciencia moderna”.
ACÁPITE TRES
Biopolíticas imperiales
Salud y enfermedad en el marco de las reformas borbónicas
El
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