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Venezuela, Nueva Granada y Quito


Enviado por   •  12 de Mayo de 2016  •  Apuntes  •  3.780 Palabras (16 Páginas)  •  398 Visitas

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Venezuela, Nueva Granada y Quito

Las tres colonias que conformaban el virreinato de la nueva granada definitivamente pertenecen al segundo rango de las posesiones españolas en Nueva Granada, justo como han pertenecido al segundo rango de la Republica de Latinoamérica por la mayor parte de los años desde que obtuvieron su independencia. La Capitanía-General de Venezuela, el “Reino” de Nueva Granada, y la Presidencia de Quito disfrutaron en el año 1810 ni la prestigiosa aristocracia de Perú ni las fabulosas, aunque un poco exageradas, riquezas minerales de México. Ellos han entrado a la escena mundial solo ocasionalmente, como cuando el Almirante Vernon hizo su malograda descendencia sobre Cartagena. Sus propios habitantes estaban tan poco preparados como todos los demás para la breve gloria que sería suya cuando, bajo el liderazgo de Simón Bolívar, se combinaron para jugar el rol más decisivo en la liberación de la América española.

Esto no significa que todos ellos fuesen faltos de importancia como parte del imperio español. Venezuela, para empezar, era en algunos aspectos la colonia no minera más exitosa que España poseía. Sus exportaciones no eran en lo absoluto tan grandes en proporción a la población como los de Cuba, pero Venezuela tenía una economía más balanceada, con pasto en el interior llanos en la cuenca del Orinoco y plantaciones de cacao, café e índigo en las filas inferiores de los Andes que estaban frente a la costa Caribe. Venezuela el líder mundial en producción de cacao, y también una de las colonias que producía un excedente de caja anual para enviar a casa el tesoro español.1

La sociedad venezolana estaba encabezada por una pequeña aristocracia criolla que poseía las mejores tierras y producía los cultivos de exportación; especialmente en el vecindario de Caracas, esto se hacía con la ayuda de los esclavos negros. El gran sistema estatal también había empezado a echar raíz en los llanos, notablemente en la provincia occidental de Barina, pero en los llanos como una división de toda la propiedad era a menudo definida pobremente, el ganado existía más o menos salvaje, y los vaqueros descendientes de mescla española, india y negra eran casi tan incivilizados.2 Los llaneros se parecían a los gauchos argentinos en la mayoría de los esenciales, y estaban destinados a servir como caballería experta en ambos lados de los problemas venideros. Otra clase que merece una mención por separado es la de los mercaderes que manejaban la estabilidad del comercio creciente de la colonia. Aunque blancos como los grandes propietarios de tierras, ellos tendían a ser más españoles que criollos, o al menos mantenían una conexión con los intereses comerciales en España. En cualquier caso ellos favorecían el sistema mercantil español que prohibía comercio directo legal con países fuera del imperio, y este hecho, junto al incentivo normal de los mercaderes de comprar barato y vender caro, los guió a un conflicto con los hacendados, cuyos intereses obviamente eran comprar barato y vender caro por medio de la apertura del comercio colonial a la mayoría de firmas posibles.3 Como resultó ser, esto solo se podría conseguir completamente con la revolución, pero un progreso sustancial se había hecho antes de 1810 con contrabando a gran escala y la intermitente relajación de las leyes de navegación españolas con el propósito de legalizar comercio con intrusos extranjeros cuando la guerra previno a España de nunca intentar suplir todas las necesidades de sus colonias. Este progreso simplemente afiló el apetito de los criollos poseedores de tierras. Combinado con la poca popularidad de los intereses comerciales de España y los amplios contactos intelectuales conseguidos por el intenso comercio y contrabando, ayudó a hacer de la aristocracia venezolana uno de los grupos que acogió la idea de independencia más entusiásticamente cuando llego el momento.4

En nombre Venezuela estaba sujeta al virreinato de Nueva Granada, que reinaba en Santa Fe, la presente Bogotá. En la práctica y la ley, la capitanía general de Venezuela era en todos los intentos y propósitos un reino independiente bajo la corona española. Por eso para los venezolanos el termino Nueva Granada no significaba el gran virreinato al que también pertenecían; sino un territorio específico que se extendía entre ellos y la presidencia de Quito, aproximadamente equivalente a la actual Colombia. Ciertamente Nueva Granada era muy diferente a Venezuela. Tenía plantaciones tropicales y semi-tropicales dispersadas y tenía su parte de llano en el oriente de la provincia de Casanare. También tenía un núcleo substancial de gran explotación agraria en la región central que rodea Bogotá. Aquí, sin embargo, los sembrados eran productos de zona templada como el trigo, porque en la Nueva Granada los Andes aumentan considerablemente por encima del promedio venezolano. Casi en todas partes en Nueva Granada había también pequeñas industrias urbanas, especialmente en la provincia de Socorro, el centro de producción textil; y en el Oeste, a lo largo del Valle del Cauca y las pendientes del Pacífico de los Andes, Nueva Granada contenía el territorio de extracción de oro jefe del Imperio Español.5

El oro era para la Nueva Granada, en un punto, lo que el cuero, cacao e índigo eran para Venezuela. La minería proveía la mayor parte de las exportaciones de la colonia y también, directa o indirectamente, de los impuestos de la corona. Era una fuente de gran bienestar para unas pocas familias tales como los Arboledas o los Mosqueras de Popayán. Sin embargo, la minería empleaba a relativamente poca gente, alrededor de él la única concentración significante era de negros esclavos en Nueva Granada, y tenían, de alguna manera menos importancia directa para la sociedad como un todo que lo que tenía la exportación de agricultura en Venezuela. La industria minera simplemente pagaba las cuentas del resto de las importaciones de la colonia, porque la agricultura y la manufacturación, con algunas pocas excepciones, eran para consumo local o exportación a provincias vecinas solamente. De hecho, Cartagena en la costa obtenía su harina del extranjero porque el transporte malo y costoso hacía impráctico traer la harina de las tierras altas centrales.6

En la ciudad de Nueva Granada había menos esclavos y proporcionalmente menos hombres con grandes fortunas privadas que existían en Venezuela. La división de riqueza y propiedad era relativamente más igualitaria, aunque menos igualitaria en Popayán y Bogotá que en Socorro. Ahí había un poco más de densidad en la población, mayor concentración de los habitantes un ciudades más grandes, y más, aunque no por mucho, de lo que se podría llamar una clase media.7  A diferencia de Venezuela, la Nueva Granada tenía la mayor parte de su población en el interior, y este hecho en conjunto con grandes dificultades de comunicación internacional y un comercio internacional menos activo tendieron a mantener a Nueva Granada más aislada de los movimientos culturales y la tecnológicos del mundo exterior. El sostén de la religión tradicional en la mente de las personas, que estaba perceptiblemente débil en Venezuela, era mucho más firme en Nueva Granada. Al mismo tiempo los métodos de producción eran altamente rudimentarios. Había poco del avance capitalista agricultor de las plantaciones de Caracas; En gran parte de Nueva Granada ni siquiera se conocía el arado, y en Bogotá la carretilla aún no había llegado al uso general.8

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