ESTEVEN Y EL LIBRO AZUL

ESTEVEN Y EL LIBRO AZUL

Como todas las mañanas Esteven despertó temprano para salir a correr, bebió un vaso de agua, se puso la ropa adecuada, se ató bien los tenis y salió de su casa con aquella sonrisa que lo caracterizaba. Durante su recorrido él siempre acostumbraba saludar a todo aquel que se cruzaba en su camino ofreciéndoles una sonrisa. Esteven era un joven de 21 años, estatura media y cuerpo delgado gracias al ejercicio diario que practicaba, utilizaba anteojos y un sombrero en color café que le había regalado su madre.

Estudiante de arquitectura y amante de los libros Esteven soñaba con terminar sus estudios y montar una gran empresa de construcción, todos los días salía a las calles para admirar los grandes edificios que rodeaban la ciudad en donde él vivía, caminaba en un parque en donde siempre se encontraba a un hombre de edad adulta vestido con un vistoso abrigo gris sentado en una banca que se encontraba a un costado de un gran árbol  y leyendo un libro azul.

Debido a su situación económica Esteven estaba en la búsqueda de un empleo de medio tiempo para poder seguir pagando sus estudios, con una muy buena organización podía trabajar por las mañanas y estudiar por las tardes, los fines de semana podía reunirse con sus amigos y su familia, eso era como él había planeado. En la búsqueda diaria de aquel empleo, Esteven siempre caminaba por aquel parque y se topaba con el señor del abrigo gris que se notaba muy concentrado leyendo su libro azul. Acostumbrado a esta escena el joven Esteven caminaba un día por el parque cuando se fijo que en la banca junto al gran árbol no se encontraba aquel señor pero sí, el libro azul. Extrañado y por pura curiosidad Esteven se acercó hasta aquella banca y tomó el libro le pareció muy interesante el título así que decidió empezar a leerlo con la esperanza de que su dueño regresara por el. Concentrado en su lectura Esteven no se fijó del paso de las horas hasta que recibió una llamada de su madre para recordarle que tenía que asistir a la escuela, de manera inmediata se dirigió a su casa llevando consigo el libro azul. Esa tarde el joven no podía dejar de pensar en la ausencia del hombre del abrigo gris y se preguntaba porqué había olvidado su libro.

La mañana siguiente Esteven se dispuso a iniciar su rutina diaria, bebió un vaso de agua, se ató bien los tenis y salió de su casa para correr y repartir saludos acompañados de su clásica sonrisa, pasaba por una librería cuando observó un letrero que decía “solicito empleado” inmediatamente entró a la librería para solicitar informes pensando que sería una excelente oportunidad ya que era un gran amante de los libros. Una vez adentro se acerco hacia el mostrador donde se encontraba una hermosa joven de cabello negro y una sonrisa encantadora a la cual le preguntó sobre los requisitos para ocupar el puesto vacante. La joven le hizo saber todo lo que necesitaba y le agendó una cita para entrevistarse con el dueño de la librería, esa tarde Esteven se encontraba muy emocionado ya que él, contaba con todos los requisitos que la librería solicitaba para ocupar el puesto vacante, cuando llegó a su casa le platicó a su madre lo sucedido y se dirigió a su habitación para continuar con la lectura del libro azul que había encontrado en el parque. Al día siguiente y después de realizar su rutina matutina, se vistió con un pantalón azul, camisa en color café, zapatos del mismo color para hacer contraste, anteojos y el sombrero café que le había regalado su madre, cargo con su libro azul y se dirigió a  la librería en donde lo esperaba el dueño para realizarle la tan esperada entrevista con la esperanza de obtener el empleo.

Llegó a la librería y saludó a la hermosa joven del mostrador quien le indicó el lugar donde se encontraba el dueño que lo esperaba para realizarle la entrevista.

Esteven entró a la oficina, un poco nervioso pero también confiado de que podía obtener aquel empleo con el libro entre sus manos saludó a la persona que se encontraba de espaldas, sentado en una silla detrás de un escritorio de madera. Cuando el dueño se puso de pie, el Joven Esteven quedó sorprendido al ver el abrigo gris que utilizaba, inmediatamente el dueño se dirigió hacia Esteven y le dijo “el empleo es tuyo pero con una condición, todos los día tendrás que salir al parque a leer el libro azul y cuando lo creas necesario lo dejarás ahí y te marcharás, regala una oportunidad a quien lo necesite”. Esteven no buscaba las palabras para agradecer aquella oportunidad que le habían regalado y se comprometió a realizar lo que el dueño  de la librería le había dicho. El joven Esteven logró terminar sus estudios gracias al apoyo del hombre del vistoso abrigo gris y se convirtió en un gran arquitecto, creó una empresa de construcción a la cual le puso el nombre de aquel libro azul, “TE REGALO UNA OPORTUNIDAD”.

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