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ESTRATEGIAS DISCURSIVAS PARA LA PRODUCCIÓN DE LAS DIFERENTES ÓRDENES DISCURSIVAS

grw1980grw9 de Mayo de 2013

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INTRODUCCIÓN

La enorme proliferación en nuestros días de textos con pretensión de explicar o exponer información o conocimientos en los diferentes campos del saber y su aplicación, denominados frecuentemente “textos científico-técnicos”, así como la pretensión de contribuir a una mejor comprensión y producción de los mismos, exigen, particularmente en situación de enseñanza, un estudio de la estructura común a todo texto su superestructura, perteneciente a una determinada tipología textual.

Es importante también considerar las características textuales, y muy particularmente las marcas lingüísticas que conforman este tipo de textos (micro y macroestructura), de la misma manera que los otros tipos de texto (narrativo, argumentativo, descriptivo y conversacional, fundamentalmente) tienen las suyas.

De este modo abordamos los tres planos de organización a que se somete todo texto.

Consideramos asimismo importante llevar a la práctica didáctica cuanto anteriormente hemos mencionado; lo haremos a través de la aplicación a una serie de textos escolares de Primaria y pertenecientes a diferentes editoriales.

Creemos también que es de gran interés el estudio de estos textos porque se encuadran dentro del tipo textual al que más frecuentemente deben acudir los estudiantes (manuales, obras de divulgación, textos científicos especializados, artículos periodísticos, exámenes, trabajos y otros.

Por otra parte, si bien es cierto que resultaría de capital importancia considerar el concepto de texto que tienen las diferentes escuelas y autores, y muy particularmente aquellos que se encuadran en la denominada Lingüística Textual; Sin embargo, no es menos complejo el asunto, ya que, por una parte, como señalan Britton y Black (1985:1), el texto es una técnica antigua para transmitir información. Estos autores remontan el estudio de la estructura del discurso hacia el 600 a. de C., y ya más formalmente a través de la enseñanza de la retórica clásica griega, de manera particular con la «invención» como operación semántica y la «disposición», como operación sintáctica, en cuanto que su objeto es la organización macroestructural del discurso.

Por otra parte, dependiendo del punto de vista que se adopte (unidad comunicativa, producto de una actividad, sucesión de oraciones, signo lingüístico, otros criterios) así tendremos una definición diferente. A pesar de todo, si hacemos caso a Bernárdez (1982:77): No hay que extraviarse ante la dificultad de definir convenientemente el texto, ya que, después de casi un siglo de “lingüística moderna”, aún no existen definiciones universalmente aceptadas de conceptos tan fundamentales como el fonema o el morfema (por no hablar de oración).Es un hecho que estas superestructuras, establecen normas y reglas (algunas en discusión) definidas que ayudan a enriquecer el acerbo gramatical y lingüístico de la lengua castellana, el debate continua ya que nuevos modismos se agregan periódicamente al idioma, la composición discursiva enriquece, proyecta y sintetiza grandes argumentos, y concretan los contenidos con un valor de consistencia al lector.

ESTRATEGIAS DISCURSIVAS PARA LA PRODUCCIÓN DE LAS DIFERENTES ÓRDENES DISCURSIVAS

ÓRDENES DEL DISCURSO

La descripción de los órdenes discursivos varía también, aunque en lo esencial los autores muestran acuerdo. Para Sánchez (1993), los textos narrativos tienen en común que los participantes del acto comunicativo se sitúan en una perspectiva exterior a los hechos. Los significados que se intercambian tienen que ver con los cambios en el contexto situacional creado en el interior de la narración; siendo la esencia de la narración el acontecimiento, por cuanto representa un cambio. Los cambios ocurren en el tiempo, por lo que lo cronológico es un aspecto inherente a la narración. La coherencia del orden narrativo está íntimamente relacionada con la vinculación entre estos cambios (cf. Sánchez, 1993: 76). Por ello, en la narración, tienen que ver con lo temporal. Este parece ser el orden discursivo básico, según algunos autores. Así dice Barrera Linares: "por encima de otros órdenes tales como la descripción, la exposición, la argumentación y la instrucción, estaría el texto narrativo como la forma expresiva más relevante de la especie" (Barrera Linares 1995: 11).

La estructura interna de un texto escrito siempre presenta un patrón particular de organización u orden discursivo. El conocimiento de éste ayuda a reconocer cómo el escritor ha ordenado y dispuesto la información conforme a su intención comunicativa y a las características fundamentales que le corresponde a cada tipo de texto.

Existen seis tipos de órdenes discursivos que el escritor utiliza para ubicar la información en un texto: Expositivo, narrativo, argumentativo, instruccional, científico y dialógico.

Los tipos de texto, en cambio, son conjuntos de textos con características similares en lo formal, en lo semántico y en lo funcional construyen los órdenes del discurso (Sánchez, 1993). Un tipo de texto puede combinar dos o más órdenes discursivos. Para esta autora, órdenes del discurso son materias como la narración o exposición y tipos de texto el cuento, la novela, la noticia, el artículo de opinión, la ponencia, la tesis de grado, etc., es decir textos que se construyen a partir de un mismo esquema estructural y que tienen un contenido característico y una función típica (cf. Sánchez, 1993: 75). Sánchez encuentra, entre otras, una relación entre los órdenes discursivos y los conectores empleados, dado que las relaciones de coherencia se indican por medio de los conectores: las palabras o grupos de palabras que señalan explícitamente la relación existente entre los segmentos constitutivos de un texto.

La descripción de los órdenes discursivos varía también, aunque en lo esencial los autores muestran acuerdo. Para Sánchez (1993), los textos narrativos tienen en común que los participantes del acto comunicativo se sitúan en una perspectiva exterior a los hechos . Los significados que se intercambian tienen que ver con los cambios en el contexto situacional creado en el interior de la narración; siendo la esencia de la narración el acontecimiento, por cuanto representa un cambio. Los cambios ocurren en el tiempo, por lo que lo cronológico es un aspecto inherente a la narración. La coherencia del orden narrativo está íntimamente relacionada con la vinculación entre estos cambios (cf. Sánchez, 1993: 76). Por ello, en la narración, tienen que ver con lo temporal. Este parece ser el orden discursivo básico, según algunos autores. Así dice Barrera Linares: "por encima de otros órdenes tales como la descripción, la exposición, la argumentación y la instrucción, estaría el texto narrativo como la forma expresiva más relevante de la especie" (Barrera Linares 1995: 11).

Labov, uno de los lingüistas que más ha trabajado la narración1, la define como un método para recapitular la expe-riencia pasada que correlaciona una secuencia verbal de cláusulas a la secuencia de los eventos. Una narración mínima será entonces una secuencia de dos cláusulas temporalmente ordenadas, de modo que un cambio de orden resultará también en un cambio en la secuencia temporal de la interpretación semántica original. Una narración mínima puede definirse, consecuentemente, como aquella que contiene una sola juntura temporal. Para Genette, "la narración es el hecho de narrar en sí mismo, el acto o enunciación narrativa que produce el relato (Genette, Figures III, citado en Marchese y Forradellas 1991:276).

Aquí distinguiremos, siguiendo a este autor, la narración como orden discursivo y el relato, como tipo de texto.

En relación con el carácter de la argumentación, existe la disyuntiva de si es un orden discursivo o un tipo de texto (no sujeto a una sola superestructura sino a varias) que se sirve del orden expositivo. En el discurso argumentativo se expresan opiniones. El discurso expositivo es de carácter epistemológico y el argumentativo presenta una interacción entre lo epistemológico y lo axiológico.

Además, en estos textos las relaciones de coherencia son diferentes. "Un texto argumentativo es coherente cuando los hechos a que refiere no necesariamente muestran una vinculación entre sí, sino con una conclusión que es la que representa la posición del autor. Los hechos en el orden argumentativo se constituyen, precisamente en argumentos a favor o en contra de una determinada posición, que puede estar expresa o implícita y puede aparecer al comienzo de la porción discursiva o al final. Por tal motivo, los segmentos constitutivos del orden argumentativo no derivan su coherencia del hecho de referirse a un mismo fenómeno fáctico o conceptual, sino del hecho de conducir a una misma conclusión. Atendiendo pues, al criterio de las relaciones de coherencia, la argumentación constituiría un orden distinto del expositivo por cuanto las relaciones que se establecen entre los contenidos expresados por sus enunciados son de una naturaleza diferente (Sánchez, 1993: 78-79). Nosotros distinguiremos también, por razones de claridad, dos órdenes discursivos básicos, que llamaremos, en primera instancia, narrativo y expositivo. Estos órdenes básicos tendrán variaciones como lo son, por ejemplo, la descripción, como un suborden del tipo narrativo y el texto argumentativo como un suborden del tipo expositivo. Sin embargo, nuestras razones están en otra característica de éstos

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