ESTUDIOS DE LENGUAJE COMUNICACIÓN SOCIAL

UNIVERSIDAD CENTRAL DE ECUADOR

FACUTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL

ESTUDIOS DE LENGUAJE

Nombre: Paul Ojeda

Fecha: 19/01/2018

Curso: 1° “A”

Me desperté. Todo estaba igual: el reloj marcaba las ocho de la mañana como todos los días. Intenté ponerme de pie, pero mi cabeza comenzó a dar vueltas. Quedé recostado en mi cama por un momento observando al techo. Escuché una voz, era la de mi madre, quien me llamaba a desayunar. Di una vuelta en mi cama y me incorporé para bajar. Mi madre, tan cariñosa como siempre me dio un beso de buenos días como si nada hubiera ocurrido. En ese momento pensé que no sospechaba nada de aquella noche, esa noche en la cual por primera vez me sentí vivo.

El sonido de la música, la gente, el licor activaron todos mis sentidos. Por un momento me olvidé de todo, solo quería disfrutar de aquella fiesta, y ahí estaba ella tan hermosa como siempre, bailando sola al son de la música, quise acercármele, pero algo dentro de mí lo impedía era como una voz la cual me decía no bayas, en eso. Ella me miró y sonrió a la vez. Yo no supe que hacer, agaché la cabeza avergonzada, pero al mismo tiempo emocionado al saber que la persona de mi sueño me sonriera.

Por un momento, me quedé pensando que hacer si ir donde estaba ella o quedarme parado sin hacer nada, lo dejé a la suerte, saqué una moneda de mi bolsillo y dispuse a lanzarla, si caía cara  me quedaba tal como estaba sin hacer nada, pero  si  fuese cruz iba donde estaba ella y le hablaba, al lanzarla todo se volvió lento a mi alrededor era como si el tiempo no quisiera pasar  fueron los segundos más largos de mi vida, el resultado fue el que esperaba contento pero al mismo tiempo nervioso me dispuse a ir donde estaba, en eso un chico se le acerco, el cual le susurró al oído y se fue con él.

En ese momento mi alegría se había derrumbado por completo ya que por no actuar rápido perdí la oportunidad de poder acercármele, sin nada más me retiré a un lado apartado de todos pensando en que le habría dicho aquel chico para que se marchara repentinamente, pasó un momento el cual mis ganas de disfrutar la fiesta se fueron, por lo cual quería regresarme a mi casa, todo había perdido sentido para mí la fiesta no tenía importancia. Me levanté del lugar en el que estaba y me dirigí hacia la puerta con intención de marcharme. Abrí la puerta, cuando de pronto ella apareció, mi corazón comenzó agitarse muy rápido. Me saludó con un beso en la mejilla lo cual hizo que me sonrojara, intente decirle algo, pero mi voz comenzó a cortarse eran los nervios de tenerla tan cerca de mí, me pregunto a donde iba y yo respondí   que me iba a la casa ya que la fiesta había perdido sentido para mí.

Ella sonrió y dijo; esta buena la fiesta. Yo asentí con un ligero movimiento de mi cabeza, no lo podía creer estaba hablando con la persona de mis sueños, paso un momento en el cual hubo un silencio entre los dos, el ambiente se puso un poco tenso, no sabía que decirle, en eso me arriesgue y le pregunte si quería bailar, ella acepto, mientras bailábamos comenzamos a platicar, riéndonos de lo que nos decíamos anécdotas que nos habían pasado, era como si nos conociéramos de toda una vida,  de pronto la música se tornó un poco más  romántica  era el ambiente perfecto para decirle lo que sentía por ella.

Comenzamos acercarnos más y más hasta quedar a tal punto en el cual podía sentir su respiración, le hablé al odio con palabras dulces diciendo lo que sentía por ella, sentí un fuerte apretón la miré y observé que estaba sonrojada, el brillo de sus ojos me cautivo era como ver    un atardecer tan hermoso y al mismo tiempo apasionante, incliné un poco mi cabeza y la besé. Sentí estar en las nubes ya que nunca había besado a alguien así, ella me miró y me dijo que también le gustaba solo que no sabía cómo acercarse a mí, la abrasé y le dije que era lo mejor que me había pasado en la vida, en eso le pregunte quien era el chico el cual le susurro   y salieron de la fiesta, ella respondió que era su hermano y que por el ruido de la fiesta tuvieron que salir para poder hablar, me quede más tranquilo y todo lo que había imaginado desapareció de mi mente.

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