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Educación Familiar


Enviado por   •  6 de Enero de 2014  •  418 Palabras (2 Páginas)  •  165 Visitas

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LOS ERRORES DE LA AUTORIDAD EN EL AMBIENTE FAMILIAR”

INTRODUCCIÓN.

Cuentan de Diógenes, que un día presenciando las insolencias de un joven frente a su padre, decidió intervenir, pero en lugar de reprender al hijo, dio un bofetón al padre diciéndole: “Realmente el culpable de la maldad de su hijo es usted, por no haberle corregido a tiempo”.

Cuántas veces el desorden en los hijos, su falta de disciplina, sus groserías no son sino el reflejo de la falta de autoridad de los padres. Es decir, de la falta del cumplimiento de los padres de familia del deber de educar y sobre todo de ayudar a los hijos a través del sano ejercicio de la autoridad a llegar a ser personas de bien. De ello hablaremos hoy.

LA AUTORIDAD, INSTRUMENTO EDUCATIVO DE LOS PADRES.

Autoridad viene de autor, tiene autoridad quien es autor. Y somos nosotros, no los autores de la vida de nuestros hijos, pues solamente se as hemos transmitido por decisión del Creador y porque nos manifiesta su confianza. Pero sí somos los autores del irse haciendo de nuestros hijos, es decir de su desarrollo y de su formación como hombre y mujeres de bien. Por tal motivo, poseemos autoridad sobre ellos, para ayudarles a lograr esta finalidad. Por tal motivo la autoridad es servicio, es decir, su sano ejercicio es para bien de ellos y es una grave responsabilidad de los padres de familia.

De allí que la autoridad no sea sólo mandar y exigir, por lo contrario el mandar y exigir tienen que ver con la autoridad solamente en función del servicio que les brindamos. El poder, la exigencia y la capacidad de determinar lo que deben o no hacer cuando son pequeños surge como un derecho de los padres, pero solamente en tanto cuanto hayamos cumplido con el deber de la educación y del buen ejemplo. Por ello, la autoridad tiene que ver también con el prestigio de los padres. Se tiene autoridad cuando los hijos reconocen en nosotros no sólo la paternidad sino que la hemos ganado ante ellos gracias al amor y el buen ejemplo.

Finalmente, la autoridad se tiene y se ejerce sabiamente, si empleamos la razón, es decir, cuando damos órdenes razonables. Recordemos la historia del Principito y el Rey. Decía el rey. “Si yo ordenase a un general de flor en flor a manera de las mariposas y el general no me obedeciera, ¿de quién sería la culpa?. Solamente mía, pues tengo autoridad porque ordeno solamente cosas razonables”. La razón es base de la autoridad.

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