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Educación


Enviado por   •  4 de Julio de 2013  •  3.003 Palabras (13 Páginas)  •  229 Visitas

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se hace una pequeña síntesis de cada capítulo del libro, A dónde va la educación de Jean Piaget, en el cual resalte las ideas que me resultaron más interesantes y de las cuales pudiera rescatar o retomar algunas de las posturas del autor.

Al final se encuentra una reflexión donde hago notorios mis puntos de vista y la manera en que percibo dichas ideas. Y para finalizar este trabajo cierro con una breve conclusión.

A dónde va la educación

Capitulo 1

Toda persona tiene derecho a la educación.

Derecho a la educación es ante todo constatar el papel indispensable de los factores sociales en la formación del individuo. La diferencia entre las sociedades humanas y las sociedades animales se basa en los medios técnicos de producción, el lenguaje con el conjunto de las nociones cuya construcción hace posible, las costumbres y las normas de todo tipo. Estas conductas se adquieren por transmisión externa, de generación en generación, es decir por la educación, y sólo se desarrollan en función de unas interacciones sociales múltiples y diferenciadas. Las reglas por las que se rigen se basan en los ambientes de la lógica y la moral.

“Todo ser humano tiene derecho a estar situado, durante su formación, en un ambiente escolar tal que consiga elaborar hasta el fondo los instrumentos indispensables de adaptación que constituyen las operaciones de la lógica”

La educación no es tan sólo una formación, sino también una condición formadora necesaria del propio desarrollo natural. Toda persona humana tiene derecho a la educación.

El problema esencial está en hacer de la escuela el medio formador que la familia tiende a realizar sin conseguirlo nunca del todo y que constituye la condición sine qua non para un desarrollo intelectual y afectivo completo.

El derecho a la educación es, pues ni más ni menos que el derecho del individuo a desarrollarse normalmente, en función de las posibilidades de que dispone, y la obligación de la sociedad de transformar estas posibilidades en realizaciones efectivas y útiles.

Capitulo 2

La educación tiene que ser gratuita.

La educación tiene que ser gratuita, al menos en lo que se refiere a la enseñanza elemental y fundamental. La enseñanza elemental es obligatoria,. La enseñanza de primer grado es legalmente obligatoria hoy en casi todos los países.

Una nueva generación de analfabetos jóvenes viene a sumarse cada año, en un conjunto relativamente importante de zonas, a la cantidad ya considerable de analfabetos adultos.

Existen también numerosos países civilizados hace muchos tiempo que no han podido resolver el problema del analfabetismo en la edad escolar.

Más que eso, la cuestión de la educación fundamental interesa en algunas regiones a los mismos adultos, y en muchos países se han realizado notables progresos en la lucha contra este tipo de analfabetismo y en la puesta a punto de nuevas técnicas pedagógicas adaptadas a este fin especial: son conocidas, por ejemplo, las «misiones escolares» instituidas en México (a propuesta del director general de la Unesco Torres Bodet, cuando era ministro de Instrucción Pública de ese país), que propagan la instrucción elemental hasta los rincones más alejados del campo y de las montañas.

Pero el problema de la obligación escolar de primer grado se agrava por una cuestión de justicia social, o si se prefiere, de justicia escolar en tanto que caso especial de justicia social. La escolaridad elemental obligatoria sólo tiene sentido si la enseñanza de primer grado es gratuita (así como, naturalmente, su extensión a los grupos adultos que permanecen en el analfabetismo). Por otro lado, la gratuidad de esta enseñanza está admitida por todos los países que la convierten en obligatoria.

En los sistemas de educación tradicionales sólo se trata con manuales de enseñanza, cuadernos y papel, o con algunos materiales indispensables para las lecciones de dibujo y de trabajos manuales.

La gratuidad de la educación está limitada provisionalmente al nivel del primer grado, «La enseñanza técnica y profesional debe ser generalizada»

Capitulo 3

Los padres tienen por prioridad el derecho de escoger el tipo de educación que sus hijos deben recibir.

Las sociedades humanas marcan una progresiva reducción de la extensión y de los derechos de la familia y una extensión correlativa de los poderes del Estado.

Con los padres sucede como con todas las cosas: los hay excelentes, pero también los hay menos buenos, contra cuya voluntad es útil poder proteger al niño. Los hay inteligentes y muy informados, pero también los hay menos dotados y retrógrados; que dudarán en acudir al médico o a seguir sus consejos en caso de enfermedad.

Los padres de este segundo tipo: buenas gentes, que no desean otra cosa que el bien de sus hijos, pero opuestos por ignorancia o por tradicionalismo a todo aquello que podría serles verdaderamente útil.

La mayoría de profesionales de la nueva educación han pasado por la misma experiencia: los padres constituyen a menudo el obstáculo principal para la aplicación de los métodos activos. Esto se explica por dos razones combinadas y fáciles de comprender. La primera es que si se tiene confianza en unos métodos conocidos, utilizados desde hace mucho tiempo, se tiene cierta aprensión ante la idea de que los propios hijos puedan servir como sujetos de experimentación, como «conejillos de indias» según la expresión corriente (como si cualquier cambio de programa, de manual o de maestro, en la escuela tradicional, no fuera también una «experiencia»). La segunda es que la preocupación principal de los padres, a todos los niveles de la escolaridad e incluso de la educación familiar preescolar, se centra en la cuestión de que sus pequeños no estén «retrasados».

La escuela, en efecto, tiene todo por ganar al conocer las reacciones de los padres, y éstos sacan un provecho creciente al ser iniciados, por su parte, a la problemática de la escuela. Una relación estrecha y permanente entre padres y maestros conduce pues, a mucho más que a una mutua información: estos intercambios conducen a una ayuda recíproca, y a menudo a una mejora real de los métodos. Al aproximar la escuela a la vida o a los problemas profesionales de los padres, y al dar recíprocamente a los padres un interés por las cosas de la escuela, se puede llegar hasta una distribución de las responsabilidades.

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