El Ajedrez

EL AJEDREZ, UN ASPECTO DEL DEPORTE EN LA CULTURA

Claudia Torres González

Introducción

Susa Ben Dahir el sabio hindú del siglo VI d. C. quien inventó el ajedrez para distraer a su rey de una enfermedad que tenía, nunca se imaginó el alcance que llegaría a tener su invento a nivel mundial, ni a las grandes personalidades que involucraría, el ahora llamado deporte-ciencia, para sustentar de una manera muy particular las grandes batallas intelectuales de nuestros días, no solamente entre individuos sino entre países.

En la actualidad (2009), la de ajedrez es la federación deportiva con el mayor número de países adscritos, después del futbol: 165 países.

La gran cantidad de individuos que se mueven en todo el mundo alrededor de un núcleo común denominado AJEDREZ nos dejaría asombrados en el caso de conocer el dato con toda exactitud. Solamente habría que echar un vistazo a la Red (Internet) para darnos cuenta de ello. No cabe duda que este tema forma parte en la actualidad de una de las muchas maneras de definir el rumbo a seguir a través de un mundo dinámico y en cambio constante. Esta manera, que parece ser de las más importantes, tiene que ver con el estudio y el desarrollo de esta disciplina que muchos denominan: DEPORTE-CIENCIA.

El ajedrez como materia de estudio o disciplina deportiva ha cobrado en nuestros días un fuerte impulso a partir de la promoción y difusión que Grandes Maestros Internacionales y Campeones del Mundo han realizado a lo largo de sus giras y torneos alrededor de todo el planeta.

• Kasparov (soviético-ruso-georgiano)

• Petrosian (soviético-ruso)

• Najdorf (polaco-argentino)

• Kramnik (soviético-ruso)

• Bronstein (soviético-ruso)

• Botvinnik (soviético-ruso)

• Capablanca (cubano)

• Topalov (húngaro)

• Viswanathan Anand (hindú)

• Alekhine (ruso-francés)

• Magnus Carlsen (noruego)

• Lasker (alemán)

• Spassky (soviético-ruso-francés)

• Fischer (estadunidense)

• Morphy (estadunidense)

El ajedrez como tema de conversación

A partir del surgimiento del ajedrez, el aura de dinamismo caballeresco que lo ha caracterizado a lo largo de la historia, con base en la conformación de cada una de sus piezas, lo han ubicado en contextos socioculturales de diversa índole, pero esencialmente en aquellos en los que una batalla mental o intelectual tiene lugar. Los escenarios culturales donde esto sucede con mayor medida a partir de la expansión de los medios de comunicación son muy singulares. Como ejemplos de ello tenemos a dos realizaciones en el ámbito de la producción cinematográfica contemporánea.

Una de las obras maestras del cine, denominada: “El séptimo sello”, del director sueco Ingmar Bergman, producida en el año de 1956, es una película donde un caballero reta a la Muerte a una partida de ajedrez mientras él busca respuestas a las preguntas claves de la vida. En años recientes, surge la película denominada “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, una producción británica del director Chris Columbus estrenada en noviembre de 2001. Es una historia de aventuras donde se realiza una partida de ajedrez con piezas de gran tamaño y una cierta dosis de magia, en la que el protagonista enfrenta por este medio a las fuerzas oscuras. Como dato adicional diremos que esta producción obtuvo en ese año $ 968 millones de dólares en taquilla, convirtiéndose en ese momento en la segunda película con más ganancias en la historia, después del “Titanic”. Y es indudable que el ajedrez como escenario de uno de los momentos más emocionantes de la cinta, obtiene por este hecho una buena dosis de promoción, al grado de que aún en estos días se siguen vendiendo piezas de ajedrez con las figuras características de dicha película; de tal manera que el desarrollo del juego-ciencia forma parte de los temas actuales de conversación, asociado, por supuesto, a películas como las mencionadas.

El ajedrez como pasatiempo

Existen varias maneras de acercarse al ajedrez dependiendo de los intereses y objetivos particulares:

• Como pasatiempo

• Como disciplina

• Como deporte

• Como arte

• Como ciencia

• O simplemente como forma de cultura

Refiriéndonos a la primera de ellas (como pasatiempo), mencionaremos que el simple hecho de pasar el tiempo frente a un tablero de ajedrez en partidas amistosas no nos obliga a mantener una concentración profunda ni mucho menos, pero es incuestionable que aún así nuestro cerebro y sus neuronas están trabajando ya de manera sistemática. Diremos simplemente que la decisión indispensable para la realización de cada uno de los movimientos exige mínimamente el conocimiento de las reglas básicas del juego, dentro de las que están incluidos los distintos y diferentes movimientos de cada una de las piezas. Por lo tanto, aunque ligero, este pasatiempo es ya un ejercicio mental con características positivas.

El ajedrez como disciplina

La actitud que conlleva el tomar al ajedrez como un sistema de trabajo, entrenamiento personal o gimnasia cerebral, donde no está inmerso el carácter competitivo en sí mismo sino solamente el recurso de acondicionamiento mental que este juego involucra, es una forma de darle un uso benéfico a esta actividad para nuestro organismo ya que las diferentes facultades que desarrolla son diversas y la gran mayoría tiene que ver con nuestra parte intelectual o racional.

Este sistema de trabajo puede desarrollarse mediante el análisis de partidas registradas en textos, también en directo con uno

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