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El Baile de Joropo


Enviado por   •  28 de Octubre de 2014  •  Trabajos  •  4.226 Palabras (17 Páginas)  •  186 Visitas

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EL JOROPO

El Joropo viene del termino árabe xärop que significa jarabe, por su procedencia andaluza o flamenca que se hace patente en el zapateo del baile y en los quiebros de la voz en tono agudo del canto con suspensión del compás obligado. Una variedad de joropo es el pasaje, que podría definirse como un joropo lento, cadencioso con letra descriptiva, amorosa y lírica; es muy abundante hoy por el uso del arpa en vez de la bandola que era obligado en los joropos recios.

En esta danza las parejas bailan zapateado y sueltas; el cuerpo permanece, dando mucha importancia al taconeo, el cual es rápido. En danza de coqueteo el llanero trata de conquistar a la mujer, jira trazando un espiral y da vueltas progresivamente más apretadas y juntas en persecución del centro que ocupa la mujer, quien remisa y recatada se aproxima al varón. El paso menudo del joropo simula el galopar del jinete en los llanos; es el ritmo menudo en donde el llanero expresa sus impulsos sanguíneos, y en donde expresa sus verdaderos valores autóctonos.

El traje típico tradicional para el hombre es un sombrero de palma o ya desusado "castor" de fieltro en colores claro (lebruno) u oscuro (araguato); pantalón "garrasí" o "uña de pavo" hasta la pantorrilla y abotonadura para arremangarlo; camisa cotona o sin cuello y el ya desusado "bayetón" de dos fases (roja y azul), muy funcional para los jinetes por ser un gran poncho de bayetilla que cubría el pantalón y la montura en las frecuentes garúas o lloviznas llaneras. La mujer tradicionalmente usa un camisón corto, a la rodilla y nada más. Las cotizas son el calzado obligado para hombres y mujeres.

MITOS Y LEYENDAS

La tradición oral en Colombia es reconocida por propios y extraños como una de las más ricas y diversas expresiones culturales. De ella se derivan los mitos y leyendas, que abundan en el país, y reflejan la concepción del mundo, del más allá y de la vida.

Muchos afirman que los mitos fueron realidad en un tiempo lejano y que sus historias están ligadas al desarrollo de los distintos pueblos, a su vida cotidiana.

Los mitos pasan de generación en generación, son de dominio de las masas populares y por ello, casi todos los colombianos son capaces de contar, de memoria, una o más historias de los mitos que sus padres o abuelos relataron durante su niñez. Esto se debe a que los mitos y leyendas hacen parte de una tradicional transmitida oralmente durante muchos siglos y cuyos orígenes se pierden en el tiempo, pero cuya vigencia y realidad permanece.

Hay tantos mitos como personas y cada región reclama como propios varias de estas leyendas, tanto así que algunas regiones se refieren a un mismo personaje pero su historia es diferente como La Llorona o La Madre monté. Acá hacemos un recuento de los más famosos, intentando que todas las regiones estén representadas.

BOLA DE FUEGO

Es una de las creencias más populares del llano y podría decirse que no existe un llanero que no haya escuchado hablar de ella.

Algunos habitantes y caminantes que se han tropezado con la bola de fuego tantas veces que ya no le tienen miedo. La bola de fuego es una luz que se desplaza a lo largo de la sabana, dando vueltas como si fuera una rueda. Cuando se ve cerca, fácilmente pueden distinguirse los ojos, la boca y otras partes del cuerpo como si fuera un esqueleto humano.

Dicen que cuando aparece es necesario decirle groserías para que se aleje, de lo contrato se viene encima y quema. Diversas versiones se tejen sobre el origen de la bola de fuego. Unos dicen que se trata de un obispo que por haber pecado anda en pena, otros que fueron dos madres que se pelearon y se lanzaron maldiciones, o el espíritu de una mujer que fue mala hija, o simplemente se trata de espíritus errantes que deambulan en el llano.

LA LEYENDA DE LA SAYONA

La Sayona se muestra como una mujer delgada, muy elegante, alta; dicen que puede medir tres metros, larga cabellera y largas uñas. Acostumbra a presentarse a los hombres enamorados y que le son infieles a su esposa. La gente en común la considera como un símbolo castigador de la mala conducta de deslices amorosos.

Otras versiones cuentan que la intención de ésta ánima en pena es atraer a los hombres con dirección al cementerio, sin dejarse ver la cara Cuando le ven el rostro es una calavera.

LA LLORONA

Cuenta la historia que una mujer que mató a su hijo porque lloraba mucho; la razón del llanto del niño era una enfermedad que le aquejaba. Cuando la mujer lo mató, su marido le echó una maldición diciendo que sería condenada a andar por el llano con el hijo a cuestas y llorando su destino. La mujer afligida por el pecado cometido y angustiada por la condena, se suicidó. Su alma en pena deambula por todos los rincones del llano.

La presencia de este espanto se detecta por espeluznantes llantos que generalmente se oyen en épocas de Semana Santa, sobre todo donde hay niños llorando. Se ha dicho que muchas personas solían oírla con frecuencia en los caseríos, cementerios y lugares solitarios, siempre en horas de la noche, casi nunca visible a los humanos. El comentario de la gente es que cuando los perros aúllan en la oscuridad de la noche es porque La Llorona anda rodando.

Otras versiones, también del Llano, contadas por balseros del río, dicen que la llorona se la pasa recorriendo las orillas buscando los restos de un hijo que mató hace mucho tiempo. Por su crueldad fue castigada por Dios y condenada a llorar por el resto de su vida hasta encontrar el último hueso de su bebé.

Las abuelas cuentan que a la llorona solamente le falta encontrar un huesito (la falange del dedo meñique de la mano derecha) para que termine su pena.

EL SILBADOR

Se dice que es el espanto de un hombre parrandero y mujeriego que murió solo y abandonado, y busca la compañía de alguien que cabalgue a altas horas de la noche por los senderos de la llanura. Otros dicen que persigue a las mujeres en estado de embarazo. Emite un silbido largo y agudo espeluznante y que hace sentir un frío intenso, que congela.

EL DUENDE

Es un espíritu burlón que persigue a las mujeres, especialmente a las muchachas bonitas. Solo se deja ver

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