El Estado Que Viene
eurra8 de Abril de 2013
8.276 Palabras (34 Páginas)351 Visitas
1
El Estado que viene y la Descentralización.
2008
Edmundo Urra Osses.1
RESUMEN
Los conceptos clásicos de estado y nación encuentran a Chile ad portas de su bicentenario
con una magnífica oportunidad para colocar a contraluz nuestra historia tejida por mucho
más que noveles 200 años. Ya lo había señalado en un 21 de mayo el ex presidente Ricardo
Lagos cuando se preguntaba ante todo el país ¿Cuál era el Chile que queríamos? Así el
presente ensayo busca profundizar y escarbar algunos aspectos que han venido dibujando el
ADN de los y las habitantes de este variado y discutido territorio unitario. A la luz de esa
ponencia nos situaremos en el tiempo presente y cometeremos la osadía de imaginarnos el
futuro con el catalejo de la historia de otros pueblos menos noveles que el nuestro. El
Estado descentralizado que viene será entonces, menos sorprendente de lo que imaginamos,
es más ya está apareciendo, solo basta ahora utilizar un delicado microscopio para
auscultarlo; lo demás es solo cuestión de tiempo.
Palabras claves: estado, nación, bicentenario, unitario.
ABSTRACT
The classic concepts of state and nation find to Chile ad portholes of their bicentennial with
a magnificent opportunity to place to backlighting our history woven by much more that
noveles 200 years. Had already indicated it in 21 of May ex- president Ricardo Lagos when
the country was asked first of all which was Chile that we wanted? Thus the present test
looks for to deepen and to investigate those aspects that have come drawing the DNA of
and the inhabitants from this varying and discussing unitary territory. To the light of that
communication we will locate ourselves in the present time and we will commit audacity to
the future imagine with the telescope of the history of other towns fewer young to us than
ours. The decentralized State that comes will be then, less surprising of which we imagined,
it is more already is appearing, single is now enough to use a delicate microscope; the
others is single question of time.
Key words: state, nation, bicentennial, unitarian.
INTRODUCCIÓN
1 Ingeniero Eléctrico (Univ. Austral de Chile). Diplomado en Control y Gestión (Universidad Arturo Prat).
Diplomado en Gestión Medioambiental (Univ. Arturo Prat). Diplomado en Gestión y Control (Univ. Católica
de Valparaíso). Consultor en Planes de Desarrollo Comunal. Consultor del Sistema de Acreditación de
Servicios Municipales. Consultor del Sistema de Acreditación, Mejoramiento Continuo e Incentivos de
Gobiernos Regionales. Examinador del Premio Nacional de Calidad.
2
Si se le preguntara a un grupo de habitantes de Chile acerca de qué hitos le son
cercanos al bicentenario, de seguro que dependiendo de dónde provenga la respuesta le
serán familiares las anunciadas “obras del bicentenario”, otros se referirán a “nuestros
héroes” revisados en recientes filmografías ofrecidas por la televisión abierta, otros
enlazarán las celebraciones del 18 de septiembre y contarán uno a uno los años hasta llegar
al 2010. Y en ese ejercicio de paso y sin quererlo reflexionarán acerca de lo que se viene en
denominar el imaginario histórico-social: un conjunto de representaciones del orden social
mediante las cuales los individuos llegan a reconocerse a sí mismos como parte de una
comunidad, o dicho de otra forma reconocerse como parte de una nación o pueblo2
En esa búsqueda se referirán los esfuerzos que se han realizado para reflejar el
imaginario del “nosotros” cuando de reconocer la extensión y la presencia de lo “chileno”
se trata. Ello dará paso al presente trabajo para reconocer el Estado y sus alcances en el
Chile del siglo XXI.
Al revisar la democracia reciente o transición (pactada) a la democracia, aquella que
cada cierto tiempo es cuestionada y que se recupera en esencia en 1990, se advierte que sus
instituciones operan acorde a un código que, en efecto, tiene dificultades para escuchar y
procesar las demandas ciudadanas3. En el plano de la gestión pública por ejemplo se podrá
decir que se responde a la socorrida frase de “los problemas concretos de la gente”. Si bien
debe reconocerse en los gobiernos de la Concertación una marcada preocupación por
ocuparse de los problemas de la gente (y para ello se han creado innumerables programas
sociales no exentos de ser revisables), no es menos cierto que el modelo público con que se
ha abordado esa respuesta, replica prácticas no participativas. El Sistema del Transantiago
es muestra evidente de ello. De igual forma instrumentos y programas sociales que
diseñados desde la perspectiva de lo que se cree “quiere la gente” terminan por ser
implementados sin ser previamente consultados los beneficiarios directos de dichas
políticas. Mención aparte merece la educación y la discusión que con pie forzado
provocada por los “pingüinos” en 2006, aún no termina por aterrizar en un punto de
encuentro, tanto así que un grupo de pensadores liderados por Mario Wainsbluth han
propuesto un cambio por medio de un programa al que han bautizado Educación 2020 y
que otros no han titubeado en considerarlas como medidas sin profundización.
Ello ha llevado que en el presente trabajo revisemos nuestra historia y averiguar qué
pasó con el Chile Colonial, aquel que se fue construyendo con diversas capas societales y
con los sesgos propios de quienes fueron asentándose en un territorio que les fue arrebatado
a los pueblos originarios y que hasta el día de hoy estos últimos reclaman. En ese Chile del
siglo XVI y XVII nacen con variados acentos, las bases de una sociedad que comenzaba a
2 Informe PNUD. El desafío Cultural de Chile.2001. Parte 1, Pág. 26.
3 Informe PNUD. El desafío Cultural de Chile.2001. Parte 1, Pág. 31.
3
reconocerse en la toma de decisiones desde el pueblo a través del cabildaje aún cuando se
les imponían las reglas económicas y conceptos religiosos de la corona española. Ello con
retrocesos y avances pudo en el 1800 haberse convertido en una práctica que fue detenida
tras los sangrientos sucesos que el final de esa década y gran parte de la década siguiente de
aquel siglo fueron aplicados en contra del pueblo en toda su dimensión. Es decir, en la
construcción de la República se perdió la oportunidad de empoderar al ciudadano con el
concepto de poder soberano, situación diametralmente opuesta en Estados Unidos por
ejemplo. Chile asiste entonces entre los siglos XIX y XX y parte del XXI a un período en el
que la dicotomía entre poder soberano y orden portaliano prácticamente no se ha discutido
salvo algunos escasos episodios de vida republicana. Esta constatación será importante en
tanto sustenta el ser del Estado en modos y prácticas donde el poder decisional ha
permanecido inalterablemente centralizado en un poder omnisciente que ha coartado la
posibilidad de recoger el sentir de los ciudadanos en tanto actores y constructores directos
de su destino.
Sin perjuicio de ello cada vez más comienza a ponerse en la agenda pública aquello
que se ha venido en denominar la “participación ciudadana”, aún cuando hoy también tiene
hálito de tutelada. En todo caso no es desesperanzadora porque como veremos más adelante
se advierten procesos asociados a la toma de decisiones en aspectos inicialmente
marginales pero que constituyen la incubación de un proceso liberador que puede
convertirse en el norte anhelado por Freire en los albores de la República.
Este hecho incluso obligará a mirar con atención el desarrollo de otros estados que
establecieron formas de gobierno con mayor autonomía lo que les ha permitido legitimar su
accionar al contar con la participación directa de sus gobernados y, por lo tanto, el
imaginario colectivo por medio de los cuales los ciudadanos se reconocen en tanto
partícipes de una comunidad, como herederos de una historia y como coautores de una
tarea común es mucho más homogéneo y legitimado y menos diverso que el detectado en
una encuesta del PNUD en Chile.4
LA SOBERANÍA LOCAL Y SU GEN ATÁVICO.
En su libro “Construcción de Estado en Chile”, Gabriel Salazar señala: “Durante la
segunda mitad del siglo XVI, los conquistadores españoles fundaron en Chile diez villas o
ciudades según la lógica tradicional de “los pueblos”; vale decir: comunidades de “vecinos
con casa poblada” y capacidad para ejercer soberanía local (albergada en los cabildos
respectivos), a lo que se yuxtaponía una condición más ideológica que concreta de „súbdito‟
o „tributario‟ de alguna lejana soberanía imperial de origen divino o no.5
4 Encuesta Nacional PNUD, 2001.
5 Gabriel Salazar Vergara, “Construcción de Estado en Chile (1800.1837), Democracia de los “pueblos”
Militarismo ciudadano, Golpismo Oligárquico, Pág.419.
4
Si bien es cierto este tipo de organizaciones, permitió en un principio responder a
lógicas mercantilistas, por cuanto las materias abordadas en estas
...