El Jardin Secreto
mininah5 de Junio de 2013
2.948 Palabras (12 Páginas)924 Visitas
Cada alma tiene un jardín secreto
Todos necesitamos nuestro jardín secreto. Todos
precisamos de un espacio emocional y creativo
donde podamos oxigenar nuestro Ser, conectar
con nosotros mismos, dar un espacio al niño in
-
terior, expresarnos en libertad, aparcar el ego y
sus mecanismos de defensa. Un espacio en el que
nos permitamos VIVIR en mayúsculas, conectar
con la alegría, dejarnos en paz, dejarnos ser, de
-
jarnos amar y ser amados, llegar a la esencia ol
-
vidada de nosotros mismos donde sentimos que
la vida tiene sentido, es un milagro, merece la pena
ser vivida.
Un jardín secreto no es, bajo mi punto de
vista, un lugar oscuro donde todo vale, donde nos
soltamos a cualquier precio, donde no tenemos
en cuenta al otro para satisfacernos a nosotros
mismos egoístamente, no es un «yo primero». Un
jardín secreto no es eso, no. Tampoco debería ser
Los jardines secretos.indd 9
22/3/10 15:33:46
www.aguilar.es
Empieza a leer...
Los jardines secretos
10
entendido como una huida, como un mero refugio
en el que soltamos nuestras pasiones sin evaluar
las consecuencias, no es un lugar para la incons
-
ciencia y el placer egoísta que nos lleven a olvidar
la realidad que nos rodea, no debería ser la ex
-
plosión con metralla de nuestra sombra. No. Qui
-
zá podríamos entenderlo más como un espacio de
reencuentro, de exploración, de alegría. El jardi
-
nero ama su jardín, lo cuida, lo vela, está por él,
permanentemente. Es su espacio sagrado. El lugar
en el que se entrega, se conoce, se reconoce, se
crea, se recrea desde el amor y la consciencia. Un
jardín secreto es, debe ser, por definición, un lu
-
gar bello, cuya belleza no es casual, sino el resul
-
tado de poner armonía y amor en él desde la lu
-
cidez. Un lugar del que salimos renovados por la
luz del amor, en cualquiera de sus dimensiones,
desde la ternura hasta la pasión.
Además, todo jardín implica, necesaria
-
mente, belleza. Puede ser una belleza natural,
en la que cada rincón, a pesar de parecer silves
-
tre, ha sido guiado y cuidado por la mano del
jardinero. Un lugar donde las esencias son las
que definen, donde la intimidad es la llave de
entrada, donde la desnudez en cualquiera de sus
dimensiones carece del pudor que nace del mie
-
Los jardines secretos.indd 10
22/3/10 15:33:46
12
estamos en ellos e incluso cuando evocamos su
recuerdo. Son el alimento de nuestra alma.
Escribo esto, y viene a mi memoria un frag
-
mento del poema
La invitación,
de Oriah (Mountain
Drea
mer). Un fragmento que es una llamada a
descubrir qué contiene nuestro jardín secreto,
y que reza:
No me interesa saber
cómo te ganas la vida.
Quiero saber
lo que ansías
y si te atreves a soñar
con lo que tu corazón anhela.
No me interesa
cuál es tu edad.
Quiero saber
si te arriesgarías
a parecer un tonto
por amor
por tus sueños
por la aventura de estar vivo.
No me interesa
qué planetas están
en cuadratura con tu Luna...
Los jardines secretos.indd 12
22/3/10 15:33:46
13
Quiero saber
si has llegado
al centro de tu propia tristeza,
si las traiciones de la vida te han abierto
o si te has marchitado y cerrado
por miedo a nuevos dolores.
[...]
Quiero saber
si puedes estar solo
contigo
y si en verdad aprecias
tu propia compañía
en momentos de vacío.
Este texto, más oración que poema, que nos
regaló Oriah contiene en cada una de sus frases
una invitación a entrar en nuestro jardín secreto.
En cada una de las segundas partes de las estro
-
fas que lo componen, las que se inician con un
«Quiero», se nos invita a mirar hacia nuestro in
-
terior, hacia lo esencial, hacia nuestro propio jar
-
dín. Elijamos algunas, al azar:
Quiero saber lo que ansías, y si te atreves a
•
soñar con lo que tu corazón anhela.
Los jardines secretos.indd 13
22/3/10 15:33:46
14
Quiero saber si te arriesgarías a parecer un ton
-
•
to por amor, por tus sueños, por la aventura de
estar vivo.
Quiero saber si puedes estar solo contigo y si
•
en verdad aprecias tu propia compañía en mo
-
mentos de vacío.
Quizá nos olvidamos demasiado a menudo
de quiénes somos en verdad, de cuáles son los
anhelos que tiene nuestra alma, de cuál es el
sentido de nuestra vida, para qué vivimos, de qué
es lo que merece verdaderamente la pena en la
vida y, por encima de todo, de quiénes somos. En
realidad el jardín interior nos invita a reconocer
la pregunta esencial de la que se deriva todo lo
demás: ¿quién eres? La pregunta más exigente y
la que requiere mayores dosis de lucidez, humil
-
dad, amor, entrega, consciencia e intimidad. Aquí
no sirven los sucedáneos, ni las mentiras, ni las
postergaciones.
¿De qué sirve un jardín de plástico, un par
-
que temático ficticio, una impostura? Lo que de
-
fine la esencia de un jardín es la naturalidad, la
belleza original, la singularidad, la armonía, la li
-
bertad que se conquista gracias al trabajo since
-
ro en el amor y la consciencia. Un jardín secreto
Los jardines secretos.indd 14
22/3/10 15:33:46
15
es un espacio de verdad y de libertad, cuya con
-
quista puede suponer un precio muy alto, pero que
siempre merecerá la pena porque nos llevará a
una
dimensión más plena del vivir.
Y ésta es la propuesta original, lúcida y va
-
liente que nos brindan Georges Escribano y Josep
López. Para mí los dos son grandes amigos del
alma, y me complace profundamente que se hayan
encontrado en estas páginas para brindarnos re
-
flexiones poderosísimas sobre la vida, la intimidad
y el amor. Éste es un libro honesto, valiente y
lú
-
cido. No le dejará indiferente. Trenza un discurso
bello y bueno, con la potencia que sólo nace de la
experiencia y del conocimiento. Su lectura atrapa
y deja huella, provoca muchos momentos de re
-
flexión y resulta en muchas ocasiones revelador
y liberador. Es un libro bello y bueno. Deseo que
disfruten tanto de su lectura y relectura como
servidor lo ha hecho y, por encima de todo, deseo
que dicha lectura sea la llave de la puerta hacia
su propio jardín interior.
Saludo a su corazón.
Á
l e x
R
o v i
R
a
Los jardines secretos.indd 15
22/3/10 15:33:46
Los jardines secretos.indd 16
22/3/10 15:33:46
Introducción
Cuando una pareja se separa o
se divorcia, se sue
-
le escuchar a
alguno de los protagonistas (o
a
los
dos) decir cosas como: «¡Es que me faltaba el aire!».
O
bien: «¡Necesitaba mi propio espacio!». O
incluso
cosas más concretas del tipo: «¡No me de
jaba ni
escuchar la música que quería!». O: «Se enfadaba
si salía una noche con mis amigas».
En estos casos, como en la mayoría de se
-
paraciones, sean de mutuo consentimiento o
tras
ver volar los platos por encima de las cabezas de
los respectivos, la realidad es que uno de los dos
abandona el hogar común y
trata de construir uno
nuevo, buscando ahí el espacio y
el aire que al
parecer le faltaban. Esto, como es fácil de suponer,
lleva asociadas toda una serie de consecuencias,
por supuesto emocionales (las más difíciles de di
-
gerir y
de gestionar, sobre todo si hay hijos de por
medio), pero también sociales y
económicas.
Los jardines secretos.indd 17
25/3/10 17:00:06
18
Muchas veces la añoranza o
la simple inexis
-
tencia de ese «espacio propio» son esgrimidas como
argumentos de peso, como razones que al parecer
justifican la separación. O
bien, sin llegar a
la se
-
paración, esa falta de espacio aparece indirecta
-
mente en forma de agresividad o
tristeza, e
incluso
de enfermedad, según las diferentes estructuras de
la personalidad; o dicho de forma más sencilla,
según la forma de ser de cada uno. La enfermedad,
por ejemplo, se da con frecuencia en parejas que
no desean llegar al extremo siempre doloroso de
...