El Maestro

EL MAESTRO

Dice un proverbio chino: “Dígame y olvido, muéstreme y recuerdo, involúcreme y comprendo”. Muchas de las veces la experiencia en el aula es una sola parte de este pequeño enunciado, en el mejor de los casos nos quedamos sólo en la segunda parte del mismo, aspirar al logro de la última sentencia de la frase es sólo un sueño al que muchos docentes aspiramos.

El alumno no aprende solo, la construcción del conocimiento está mediada por la influencia de los otros, por la comunicación, el contacto interpersonal; es decir, la interacción con los docentes y compañeros del grupo. Los profesores jugamos un papel muy importante para alcanzar este aprendizaje social; nos corresponde crear ambientes de aprendizaje, promover estructuras de trabajo colaborativo en el aula, para ello se necesita, urgentemente, adquirir y desarrollar competencias profesionales que permitan nuestra transformación profesional, plantearnos desafíos que modifiquen nuestras creencias, actitudes y comportamientos.

Los docentes debemos enfrentar una nueva conceptualización de enseñanza y aprendizaje, caminar de manera decidida hacía la construcción y reconstrucción de nuestra labor educativa.

En México se han reformulado los Planes y Programas en Educación Básica con la finalidad de impulsar una transformación educativa en el país, de lograr una calidad en la educación. Las asignaturas y los contenidos aseguran una formación basada en competencias, intentando responder así a las necesidades del desarrollo de México en el siglo XXI.

Ante estos cambios el docente debe innovar; por lo tanto, se hace necesaria una revaloración de la práctica docente para aportar elementos de mejora, desarrollando una actitud crítica frente a su manera de enseñar, así como la adquisición de diferentes competencias docentes que impliquen conocimientos, capacidades, habilidades, destrezas, actitudes y procedimientos, asumiendo de esta manera un rol profesional diferente, es decir, desarrollar competencias “capacidad de movilizar varios recursos cognitivos para hacer frente a un tipo de situaciones” (Perrenoud, 2007: 11), que permitan reflexionar, seleccionar e integrar, así como saber organizar el trabajo en diferentes espacios, cooperar con los docentes, padres de familia, evaluar las competencias en procesos de construcción, lo que puede ser mejor para realizar la actividad profesional.

“El sistema educativo requiere un profesor con alto grado de capacidad de actuación y reflexión sobre su práctica, de adaptabilidad a las situaciones conflictivas y cambiantes del aula y del contexto social. Los conocimientos propios de la profesión docente se sitúan en la intersección de la teoría y de la práctica, de la técnica y del arte. Se trata de un conocimiento complejo y práctico, de un saber y de un saber hacer” (Imbernón, 2002: 25).

El significado es una necesidad de cambio, lo que implica un cambio de actitud, la aplicación de prácticas innovadoras, el trabajo en equipo, compromiso ético profesional. El profesor de hoy, por las exigencias de su práctica, se debe convertir en un profesional que toma decisiones, flexible, crítico de su realidad y comprometido con su trabajo.

Actualmente han aparecido distintos proyectos educativos como opciones para lograr una calidad en la educación. Entre éstos aparece el trabajo colaborativo o cooperativo[1] (términos utilizados indistintamente), como una propuesta educativa más innovadora, dando respuesta a la formación individualista, a la competencia entre alumnos, al desfase existente entre la escuela, aula y la sociedad.

La escuela debe preocuparse por enseñar a los alumnos no solo contenidos declarativos, debe incluir contenidos procedimentales y actitudinales, enseñarles a relacionarse y participar con los demás, a establecer conductas interpersonales. En la gran mayoría de las instituciones se ha privilegiado el trabajo individualista, la distribución del salón y la metodología de trabajo existente justifican el individualismo en el aula, cuando en la construcción del conocimiento y personalidad de los alumnos se necesita directa o indirectamente del otro. Todo conocimiento se construye en estrecha interrelación con los contextos culturales en los que se vive.

El trabajo colaborativo como una opción

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