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MI PRIMER AMOR MI PRIMERA DESILUSIÓN


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2012  •  3.009 Palabras (13 Páginas)  •  842 Visitas

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Tal vez era tan solo un poco tarde cuando llegue a la escuela, pero no importo la maestra me dejo entrar después de un merecido regaño y un saludo un poco forzado. Al entrar salude a todos y todos me saludaron, menos Matías, el chico que se sentaba en la esquina del salón donde el sol pegaba en su piel trigueña, que hacia brillar esos ojos color marrón que intimidaban pero tenían un toque de malicia necesaria para mí.

Después de saludarlo en mi mente me senté, pasaron las clases y yo no pude dejar de pensar en aquella mirada, volteaba cada rato disimulaba hablar con Juliana que estaba 2 lugares delante de él, aunque estoy segura que se dio cuenta que trate de vele los ojos más de una vez.

Por fin tocaron la campana para el recreo salí y jugué con mis amigos aunque no podía sacarlo de mi mente, en momentos me quedaba mirando un punto fijo pensando si algún día le diría lo que me pasaba, pero siempre llegaba alguien a hacerme la conversación y yo tan solo respondía moviendo la cabeza hasta que se cansaban y volvía a quedarme sola. Volvieron a tocar la campana para entrar a clase y fue cuando todo sucedió, entraba al salón cuando choque con él trate de disimular mi pena y lo deje que siguiera, luego entre y me senté, sentía que me temblaba todo , que tenía el corazón en las manos y que en mi garganta ya no tenía voz.

Llego la maestra y nos dijo que tendríamos un trabajo de parejas y como siempre yo voltee a mirar a Juliana y ella me afirmo con su mirada que si nos haríamos los dos, pero justo mientras esto pasaba la maestra informaba que ya tenía ella las parejas listas, todos nos negamos pero esto no importo ella empezó a leer las parejas, a Juliana le toco con el vocero del salón, ya habían pasado la mitad de mis compañeros y yo aún no sabía con quien estaría. Cuando por fin, pronuncio mi nombre y en seguida lo nombraron a él, no sabía si era un producto de mi imaginación, que mi obsesión por él ya me estaba volviendo un poco mal de la cabeza o tan solo era cosa del destino.

El corrió su puesto a mi lado, y yo pensaba si iba a ser capaz de cubrir lo que sentía teniéndolo tan cerca. Nos dieron el tema de nuestro trabajo “clases de discriminación en Colombia”. Al fin el rompió el silencio y me pregunto con esa voz peculiar que pocas veces escuche antes - ¿qué clases de discriminación conoces tú? – lo único que paso por mi mente fueron dos cosas , la primera no me conoce, nunca hablamos, pero me dice TÚ, y la segunda solo se me ocurrieron dos clases de discriminación ; la racial y la sexual pero solo le dije la primera, no sabía lo que pensaba de la otra.

Seguimos hablando y ya su mirada no me intimidaba, pero ahora sus ojos me parecían dos ventanas abiertas y a su vez tener al frente dos cárceles, creo que esto era lo que me hacía verlo directamente a los ojos con cierta curiosidad. Volvieron a tocar, la clase se acabo y ninguno termino el trabajo, y ahora él de la forma más sencilla y casual me pregunta en qué casa nos reuniríamos para terminar de hacer el trabajo, solo se me ocurría responder como si no me afectara - No importa, donde sea está bien- aunque mi mente decía otra cosa, quería ir a su casa, conocer su cuarto y su familia, pero decidimos que el iría a mi casa el sábado en la tarde.

Al final de la nada se disculpo por lo sucedido en la puerta diciendo que venía pensando en alguien, y desde ese momento no pude dejar de repetir en mi mente en quien pensaba? Será de su familia? O será que tiene novia? Toda clase de ideas pasaron por mi cabeza pero todo esto lo borro el hecho de pensar en que él iría a mi casa.

El resto de la semana transcurrió como de costumbre; yo llegaba tarde, él sentado en una esquina, mi imaginación volaba como con su imagen. Llego el viernes en la tarde y no sabía cómo decirle a mi madre que Matías vendría mañana, que por favor no me hiciera pasar alguna pena.

Que organizara todo, menos mi cuarto ese lo arreglaría yo como me pareciera mejor. Pero de todo solo se me ocurrió decirle con total frescura – mamá Matías vendrá mañana-, y como era de suponerse empezó a preguntar - ¿Quién es él? ¿A qué hora vendrá? …- y antes de que siguiera preguntando la interrumpí diciendo que iría a organizar mi cuarto.

Al empezar a organizar me preguntaba si él en su cuarto tendría esto o aquello, lo tendrá desorganizado o no? , de qué color serán las paredes de su cuarto?. Pero al final solo me detuve en una pregunta- ¿tendrá el fotografías de aquella persona en la que pensaba cuando nos tropezamos en la puerta?, no quise pensar mas y decidí acostarme a dormir pero no pude, aquella emoción no me dejo dormir hasta mucho tiempo después de acostarme.

Por fin, era sábado Matías vendrá hoy , me levante como si fuera una fecha muy especial tal vez mi cumpleaños o me iría de viaje, pero nada de esto pasaría.

Pase corriendo a la cocina pero mamá no estaba, que raro, luego fui a la sala para ver si papá estaba leyendo el diario como siempre lo hacia los sábados pero tampoco lo encontré. Pero no le puse mayor importancia, encendí al radio y me disponía a ducharme cuando escuche en la radio – Sábado 21 de Septiembre, 6:21- lo primero que pensé es que estaba medio dormida así que di un paso atrás y mire la hora en el reloj de la pared. La radio tenía razón, al parecer mi emoción no me había dejado dormir hasta tarde, pero no importa tendría más tiempo para alistar todo. Me duche, me vestí, me peine y me perfume, en seguida mamá se levanto preocupa a preguntarme qué había sucedido, le respondí con ironía – nada, ¿recuerdas quien vendrá hoy?- no espere su respuesta y me dirigí a la sala a ver un rato T.V y a esperar la hora de su llegada.

El tiempo se pasaba cada vez más lento, revisaba cada minuto el reloj para ver si la batería estaba bien y si la hora era la correcta, como era de suponerse siempre estaba bien.

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