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El caballo y el desierto


Enviado por   •  8 de Octubre de 2015  •  Trabajos  •  795 Palabras (4 Páginas)  •  103 Visitas

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“El caballo y el desierto”

La historia de un semental  y su herencia.

Por una parte era un animal, pero por otra un ser superior. Mis padres me dijeron que venia de otro mundo, fuera de la vía láctea, era una galaxia llamda Stratocaster.

Mi nombre es Axel, mi padre era llamado por sus soldados el Fender y mi madre se llamaba Mercury, nuestra galaxia estaba a más de treinta millones de años luz de en la que hoy me encuentro, el motivo de mi llegada a la tierra era por una terrible guerra que acontecia en mi antiguo planeta  HarsenSeihen,  para ese tiempo yo era demasiado pequeño y la guerra demasiada fría, éramos invadidos por otras razas de sementales, eran más en cantidad y tenían una idea clara. Dominar a cualquier costo nuestro planeta.

Envueltos en un hoyo negro hasta para muy luego aparecer  en la vía Láctea

Bueno eso fue ya hace más de 13 silius que se consideran como un silius casi 8  años en la tierra. La verdad ahora me encontraba solo , mis padres murieron en consecuencia del gran impacto que tuvieron que sufrir al entrar en la gravedad del planeta tierra y finalmente impactar contra el suelo, desgraciadamente éramos una raza con una estructura ósea  que nos hacía más livianos y nos daba la capacidad que con un gran velocidad alcanzar el vuelo. Impactamos contra una superficie arenosa y un poco rocosa,  yo no morí gracias a que venía dentro de una cúpula que me resguardaba de todo peligro.

Ahora vivía mi inmortal vida solo, me alimentaba de lo poco y nada que daba el suelo. Comía algunos pastos y extraía un poco de agua de unas especies de plantas con pinchos salidos hacia afuera que de primera me lastime al abrirlos, sabía que dentro de ellos había agua porque tengo un olfato innato y capaz de oler a más de 30 metros.

Todas mis cualidades eran en vano si no las podía disfrutar con mis seres queridos, vagando en un infinito desierto, era más grande que un caballo, más fuertes que estos, más inteligente que un corcel común. Pero prefería mis veces ser un escarabajo con familia, que un desgraciado que solo a veces a sombra veía.

Un día galopando, a lo lejos divise una silueta, una figura, una forma de vida. Sentí una emoción inexplicable, no sé de donde saque fuerzas pero galope como nunca antes tanto así que me empecé a elevar alcanzando una gran velocidad. Poco a poco me iba acercando a este extraño ser que más tarde llegó ser una hermosa e increíble yegua, me detuve, la mire y con salto de alegría le grite:

“¡Adara! Eres tú, si eres tú, pero que emoción tanto silius sin verte.”

Adara era mi mejor amiga justo antes de separarnos en aquella guerra, ella lucia reluciente, era y siempre será  una hembra de belleza única, su padre era el rey Atimuss, gran amigo de mi padre y aquella persona que yo quería mucho.

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