El concepto y la función de la cultura

La cultura hace parte de cada uno de nosotros permitiendo así transmitir una identidad que nos atañe, una variedad de pensamientos y comportamientos que nos expone frente a lugares lejanos como en los lugares más próximos. Todo este conjunto de modos de vida, costumbres y conocimientos hacen parte de esa cultura de la cual nos hemos atribuido o socialmente queremos hacer adquirir.

Desde mi punto de vista la cultura es algo intangible que solo quien disfruta de esa cultura propia se atañe toda su complejidad y su total libertad de desarrollarla en cualquier entorno. Por otra parte bien sabemos, los seres humanos nos atribuimos lenguajes, señas, idiomas, comportamientos etc. De diversos lugares del mundo, del mismo modo lo hacen otras culturas con la nuestra. Todo esto se adquiere socialmente, podemos partir desde la educación en sentido amplio.

A través de las ideas culturales aprendidas son parte de la composición de toda persona, con tal que interpretemos todo lo que nos rodea, por tal razón, cada cultura compromete un modo de vida.

Todo está noción se complementa y permiten visualizar el momento cultural de cada época o condición social en el que se encuentra el individuo que la define, ‘’todo ser humano es inherente a su cultura y organiza su adaptación al medio y por ende a la cultura a la que se integra’’.

Independientemente de la raza, la cultura sirve para genera cambios sociales, actualmente nos vemos rodeados de muchos individuos que se adaptan a nuestras costumbres y viceversa todo esto hace que el ser humano a veces se crea superior a otros pero en realidad no hay un patrón de medida que permita afirmar que una cultura sea superior a otra, dicho esto cada cultura cambia y evoluciona.

Estamos destacando la idea de que los grupos son el reflejo de una cultura determinada y que además, en el proceso de su desarrollo generan también características muy propias que van a definir las formas de entender y sentir las realidades a las que se enfrentan, los patrones de conducta aceptados ante estas situaciones, las mejores formas de solución a los conflictos, las relaciones de poder, entre otros elementos. Lo que por supuesto equilibra el comportamiento del mismo y de sus integrantes individualmente.

Asimismo, el trabajador social tendrá primero que adaptarse con la cultura, con el hipotético social que comparte el grupo en el que pretende intervenir y fortalecer. De manera que pueda conocer las determinantes culturales que allí funcionan y sobre la base de estas crear las opciones más viables para enfrentar los problemas de esos grupos.

De lo contrario, pueden no comprenderse, o sencillamente rechazarse, las que se consideren mejores intenciones de facilitar un cambio, por muy oportuno y beneficioso que parezca para el propio grupo. El trabajador social deberá trabajar con el grupo y no para el grupo; Pero no es suficiente dedicar tiempo: comprender

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