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Aprender a convivir


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2014  •  1.196 Palabras (5 Páginas)  •  125 Visitas

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Aprender a convivir

Las personas que se llevan bien con los demás tienen buenas habilidades para la convivencia. Estas habilidades se desarrollan cuando las personas se relacionan unas conotras, aprenden cómo son ellas mismas y toman en cuenta los sentimientos de los demás. Es importante para todos saber convivir con cualquier grupo —sea una familia, un grupo de amigos o incluso loscompañeros de curso en la escuela. No basta tener buenos modales para lograr una buena convivencia. Las personas que saben convivir con los demás, saben: • dar y recibir atención, afecto o ayuda. •expresar sus necesidades, sus sentimientos y sus derechos de una manera aceptable. • comunicarse eficazmente. Es importante que los niños que son sordos o que no oyen bien aprendan a convivir. Suhabilidad para llevarse con los demás les ayudará a estar menos aislados. Al igual que los niños oyentes, los niños sordos tendrán que desarrollar habilidades para la convivencia observando a las personas asu alrededor y relacionándose con ellas. Eso les ayudará a aprender diferentes cosas, como por ejemplo, tratar con respeto a las personas mayores, pedir permiso para usar las cosas que les pertenecena otras personas y esperar su turno para participar en una actividad.

En el tema de educación en valores, más que en otros, hemos comprobado que es inútil la repetición sistemática de conceptos, su memorización, su recitado. etc. Años y años la sociedad, principalmente por medio de las religiones y también de las instituciones educativas, nos ha dicho lo importante de “ser respetuosos”, “generosos”, “solidarios”, etc. Pero los resultados están a la vista, y han demostrado fehacientemente que esta forma de enseñar o de educar en valores ha caído por su propio peso.

El aprendizaje significativo surge cuando cada uno, como constructor de su propia historia y de su propio conocimiento, relaciona los conceptos a aprender y les da un sentido a partir de las propias necesidades, las experiencias y los conocimientos que ya posee.

Es el alumno, sea este un niño de Jardín de Infantes o un joven del profesorado, el administrador último de su propio proceso de aprendizaje. Es él el que construye el conocimiento, y por más que queramos y lo intentemos como docentes, e incluso, como padres, nadie puede sustituirlo en esa tarea.

El acto de enseñar está totalmente influido por esa actividad mental individual y constructiva de cada niño o de cada adulto que aprende.

Aprender a convivir parte del concepto de que la función del docente es entonces “facilitar” el proceso, estimularlo. No sólo creando las condiciones óptimas para que los alumnos puedan llevar a cabo esta transformación interna, sino también, orientando esta evolución con el fin de que los nuevos conceptos que se construyan adquieran sentido como saberes culturales útiles para sí mismo y para toda la sociedad.

A nuestro entender, sólo si el alumno consigue establecer relaciones individuales e imparciales entre el nuevo material de aprendizaje y sus conocimientos y experiencias previas, será capaz de darle sentido y de producir un cambio significativo en su conducta, base de nuevos conocimientos, conceptos, ideas y proyectos.

La educación en valores y la promoción de la convivencia armónica se relacionan directamente con la formación de personas autónomas, que siendo conscientes de la importancia que tienen las mismas como variables imprescindibles para poder mantener una buena calidad de vida, se comprometen a su favor desde lo más profundo de su ser.

Este íntimo compromiso se expande hacia la sociedad toda cuando se logra dejar de lado el egocentrismo. Entonces somos capaces de juzgar críticamente y nos ponemos como objetivo de vida el respeto por los derechos humanos.

Si bien es en la familia donde surgen los primeros cimientos de esta construcción, la escuela, por

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