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El impulso sexual


Enviado por   •  15 de Julio de 2013  •  Ensayos  •  2.553 Palabras (11 Páginas)  •  281 Visitas

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Amor....

Hablar de amor es particularmente peculiar, dado a que es algo abstracto, intangible e inconsistente materialmente. Dicho desde el punto de vista de la neuropsicología vendría a ser un simple proceso químico, reacción hacia determinados neurotransmisores, un proceso más que se establece como un medio para la conservación de la especie, a través de la cual la humanidad ha desarrollado tres sistemas cerebrales principales para el apareamiento y la reproducción:

El impulso sexual.

El amor romántico (especialmente intenso de la etapa inicial de la relación).

El apego (sentimientos profundos de unión con un compañero a largo plazo).

Según H. Fisher, el amor puede comenzar con cualquiera de estos sentimientos. Algunas personas tienen relaciones sexuales con una persona nueva y posteriormente se enamoran. Algunos se enamoran primero, y luego tienen relaciones. Otros comienzan con un sentimiento profundo de apego, que se transforma en amor romántico y en impulso sexual.

Los filósofos como platón le veían desde otro punto de vista, diciendo que el amor es la motivación o impulso que lleva al conocimiento de la Forma de la Belleza, así como a la contemplación de la misma. Esta orientación se produce en un proceso gradual que comienza con la apreciación de la apariencia de la belleza en una persona (i. e., la belleza puramente física), continúa con la belleza física en general, y luego avanza hacia la apreciación de la belleza espiritual (la del carácter, la del alma), la de la belleza de las leyes y las costumbres en la sociedad, la que se encuentra en las artes y las ciencias.

Los poetas lo definen como una entrega total y desinteresada. Es asumir todos los riesgos y dificultades. Cuando las razones del corazón se imponen, avasallan irresistiblemente prejuicios y barreras de toda clase. Por eso dicen que se pierde la cabeza o la razón. Las historias de amor están llenas de lágrimas, pero también de sangre, de suspiros y puñales. El amor de Romeo, de Otelo, de Dante, estremece las páginas de la literatura amorosa con más violencia que una tempestad. No son máquinas calculadoras las que aman: son los seres humanos, que se elevan o se arrodillan, que vuelan o se arrastran. No hay estatutos para amar, no hay código, sólo una ley: la del corazón que abre su capullo a sangre y fuego en su figuración irresistible o irreversible.

Por el amor vivimos, existimos, pero de amor también se muere. Muchas alas cercenadas hay en los campos de batalla, muchas alas quebradas en el pecho de los seres humanos. Pero la altura conquistada prevalece como un trofeo en la victoria o una lámpara en la soledad. Su iluminación magnética derrota las tinieblas. Y como en todo combate, en el amor hay riesgos, peligros, emboscadas y dificultades. Pero sacamos la cara, o el corazón, avanzamos apasionadamente, así lo dictan sus órdenes supremas. Quien se detiene ante las piedras del camino, sucumbe. No puede entenderse de otra manera los criterios del amor, vertiginosos y contradictorios. La cabeza fría debe prevalecer en nuestro mundo convulso, pero ¿quién se atreve a tirar la primera piedra a un corazón ardiente? ALEJANDRO ROMUALDO

Para la iglesia, Dios ha inscrito el amor y la comunión en los hombres como una vocación que se debe manejar con mucha responsabilidad, asimismo afirma que el hombre es un ser capaz de amar por igual a todos sus semejantes. Dicho amor que el hombre puede ofrecer es aquel que asemeja el amor brindado por Dios: cuando se le ama a alguien es porque se le considera digno de ser amado. “El amor revelado por Cristo es ciertamente exigente” El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Después de este recorrido por diversos acercamientos al concepto, nos queda la gran tarea de definir ¿Qué es el amor? Y aun de contar con estos postulados, siempre queda en nosotros un margen de incomprensibilidad hacia el término. Entonces a manera personal creo que el amor es una amalgama de sentimientos, una mixtura de condiciones químicas y fisiológicas, es un proceso y un fin, es trascendencia y el único motivo de posible eternidad, quizás porque es la única manera de creer en un Dios y en su tierra prometida.

De tal manera que amor y enamoramiento pueden ser dos acepciones con diferente sentido, pues estar enamorado de alguien es externo, pero amar va más allá de la simple atracción física, trasciende las eras, las teorías, los pensamientos y conclusiones del ser humano, deslizándose por la ventana del placer, del sexo… cuan glorioso es poseer y ser poseído por la persona que se ama!

Complemento, una carne… Creo que no son simples cosas o tan solo casuales, el amor es y debe ser en su justa dimensión, sin dimensión; pero este limbo omnipresente, extenso y basto, debe caber en nuestras neuronas en nuestras estructuras límbicas incosientemente y en nuestros lóbulos frontales a decisión.

Inmenso, pero tan pequeño para caber en nuestros neurotransmisores, debe despojarse de toda química y ser inexplicable, incomprensible pero entendible, reconocible, disfrutable, bueno y sano, debe ser magnifico pero sencillísimo, debe tener la figura de un panecillo compartido, una taza de chocolate caliente un día lluvioso, la textura de la cobija que te cubre cuando estas enfermo; la acción, la transmisión eléctrica, cósmica, la palabra que no se pronuncia, el verbo que se deja dormido, la poesía que se cae de los ojos…Nada sobre humano, en lo no tan simplemente humano, recordemos que hacemos del creador un sinónimo de ello.

Amar entonces va más allá de compartir la vida, esperar que la otra persona esté bien, ser uno solo, vivir para el otro, respirar por sus pulmones, ver pos sus ojos, contestar con su nombre, vestir sus ropas, entender sus ideas, sus lágrimas, tener y dar el tiempo a plenitud y en reciprocidad…

Debe ser el mayúsculo sentimiento que el humano tiene como humano, consiente e inconsciente.

Pretender amar y ser amados exonerándonos del sufrimiento seria como querer vivir y nunca envejecer, o enfermar… Es parte de la construcción del verbo y del sentimiento, por supuesto NO es su finalidad, no amamos para estar tristes, para sufrir; no amamos, para esperar una llamada, no amamos para esperar que cumplan promesas, eso sería más como un suicidio sentimental… debemos amar en reciprocidad, con las mismas energías, convencimiento, tiempo,

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