El investigador, una relación entre el sujeto y objeto realmente intensa

INTRODUCCIÓN.

“Investigar es ver lo que todo el mundo ha visto, y pensar lo que nadie más

ha pensado”. Albert Szent-Györgyi.

Con frecuencia se suele definir al investigador como aquel que investiga, y

tal concepto aunque es correcto es incompleto; un investigador es aquel que

estudia exhaustivamente su objeto y sobre todo ha encontrado el gran placer que

en tal labor se obtiene con la finalidad de gozar en el conocimiento, sin embargo,

ante esta afirmación surge la pregunta ¿Cómo es que se obtiene este

conocimiento?

DESARROLLO TEMATICO.

Se podría decir que la curiosidad e inquietud por el deseo de conocimientos

es la principal característica de un investigador que no se satisface con simples

lecturas sino que se impone la obligación de dedicar su tiempo a estudiar e

indagar de acuerdo a sus intereses, obteniendo así “desde una perspectiva la

determinación del objeto de estudio y al mismo tiempo la conformación de la

relación sujeto-objeto, (…). En éste se referirá al objeto en estudio, al corazón del

trabajo de investigación”1 en torno al cual se identificará algún problema o

situación y a hacer preguntas que constituyen un paso primordial para la

construcción del conocimiento.

Durante el proceso de la investigación, el investigador puede llegar a

destinar años de observación en el objeto sin conocer una “guía” o técnica precisa

que lo lleve a alcanzar sus objetivos, “puesto que el conocimiento es una

determinación del sujeto por el objeto, queda dicho que el sujeto se conduce

receptivamente frente al objeto” 2 por lo que su trabajo no se encuentra exento de

fracasos que debe superar ya que “la fortuna de su labor dependerá en gran

medida de su capacidad para realizar preguntas atinadas con relación a su

anhelado objeto.”3

Por este motivo es común encontrarse en el supuesto de que los

investigadores pasan la mayor parte de su vida sacrificándose por el bien de la

ciencia, sin embargo la realidad es que es su propio deseo de conocer lo mejor

posible su objeto lo que lo motiva a investigar, encontrando de este modo la

recompensa de su existencia, por ello no le es tan fácil desprenderse de todo lo

relativo a su objeto de estudio.

Aunque la prioridad para el investigador es determinar el objeto, debe de

estar capacitado para visualizar las limitaciones que se puedan presentar durante

el proceso de investigación encontrándose aquí la importancia de la metodología,

definiendo ésta última como “el estudio analítico y crítico de los métodos de

investigación y de prueba [en la cual] La tarea fundamental (…) será evaluar los

recursos metodológicos, señalar sus limitaciones y, sobre todo, explicar sus

presupuestos y las consecuencias de su empleo (Asti Vera, 1968: 16)” 4 por lo que

constantemente

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