El joven del semáforo

El joven del semáforo

Érase una vez un hombre llamado Hirochi Wong Kumizumi él era una persona muy disciplinada, emprendedora y muy positivo que gracias a estas cualidades salió adelante y logro ir superando todos los obstáculos que se le atravesaron en su camino, el siendo de nacionalidad China prefirió cambiarla para ser Mexicano desde los 5 años se vino a vivir a San Luis Potosí con sus abuelos que vivían en el centro de la ciudad. Hirochi siempre fue muy dedicado al estudio y también le gustaba trabajar desde niño ayudaba a su abuelo Kazuo el cual tenía un taller de carpintería y por las tardes practicaba artes marciales para relajar su mente, el abuelo siempre le daba sabios consejos a su nieto él siempre le decía que el solo tenía que descubrir cómo vivir la vida el abuelo nunca le decía si sus acciones eran buenas o malas Hirochi tenía que saber lo que hacía. Después de trece años Hirochi cumplió la mayoría de edad decidió ingresar a la universidad autónoma del estado para estudiar administración de empresas en el transcurso de su carrera siempre fue un alumno sobresaliente ya que era muy estudioso y así fueron sus cinco años de carrera al egresar de su carrera fue reconocido a nivel nacional por su excelente desempeño académico y diversos empresarios muy famosos estaban interesados en tenerlo en su campo de trabajo, pero el rechazo todas las propuestas ya que su meta era poner su propia empresa y con sus ahorros y el apoyo de su padrino un exitoso empresario lo logro, ahora su desafío era encontrar personal responsable y dedicados al trabajo el andaba en la búsqueda de personas honestas y leales, su padrino le recomendó personas de alta categoría, jóvenes egresados de las mejores universidades de paga en el estado pero Hirochi los rechazo el en sus expectativas tenia a personas optimistas que quisieran superarse y decidió buscar en las zonas más marginadas del estado, tuvo muchas dificultades ya que los jóvenes no querían dejar sus pueblos y tenían miedo ya que no contaban con estudios y temían a fracasar, pero Hirochi los animo para que se superaran ya que todo iba a salir bien, a Hirochi solo le faltaba una persona honesta de confianza que lo supliera cuando el no pudiera hacerse cargo y un día pasando en su automóvil por un semáforo se quedó pensando y al ver a los jóvenes que venden el periódico decidió ponerlos a prueba.

Al siguiente día se detuvo en el semáforo y ordeno el periódico al joven le dio un billete de 500 para que se cobrara, el joven le dijo que si no traía cambio ya que él no le completaba Hirochi respondió que no, el joven le pidió que lo esperara para feriar pero Hirochi le dijo que no se preocupara que después regresaba por el cambio el joven acepto. En el siguiente semáforo Hirochi hizo lo mismo y el joven se alegró de que le dejara todo el cambio. A siguiente día Hirochi volvió al primer semáforo y el joven

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