El movimiento villista

El movimiento villista representa en la historia, junto al zapatismo, la máxima rebelión de los pobres de México. Tras sus inicios con Madero, Pancho Villa se convirtió en el caudillo invencible en la lucha contra Huerta, que lo llevó a ocupar el Distrito Federal en diciembre de 1914.

La fotografía realizada durante el apogeo de Villa (1913-1915), representa un parteaguas en el imaginario de la revolución. A lo largo de tres largos años de contienda, los fotógrafos mexicanos adquirieron una experiencia que les permitió desempeñarse de la mejor manera en la difícil geografía de un escenario de guerra. Lo demuestra el conjunto en imágenes de ese trienio, en el que se percibe un desarrollo notable en las técnicas individuales. Las fotos se vuelven más espontáneas y modernas, quizá en parte porque sus protagonistas ya se habían acostumbrado a la presencia cotidiana de las cámaras. Los fotógrafos sustituían su equipo de trabajo buscando obtener mayores beneficios en cuanto a calidad y comodidad. En la medida de lo posible, adoptaban cámaras de formato medio –5 x 7 o más chicas, de 4 x 5– cuya portabilidad les permitía moverse con facilidad y captar escenas al vuelo. Es probable que dichas cámaras las hayan visto por primera vez en manos de extranjeros que arribaban al país –por ejemplo, John Reed.

Los equipos debieron entrar a México tal como ingresaron los fusiles, municiones, uniformes y demás suministros para la guerra, cuya omnipresencia cotidiana no distaba mucho de la correspondiente a las lentes.El movimiento villista representa en la historia, junto al zapatismo, la máxima rebelión de los pobres de México. Tras sus inicios con Madero, Pancho Villa se convirtió en el caudillo invencible en la lucha contra Huerta, que lo llevó a ocupar el Distrito Federal en diciembre de 1914.

La fotografía realizada durante el apogeo de Villa (1913-1915), representa un parteaguas en el imaginario de la revolución. A lo largo de tres largos años de contienda, los fotógrafos mexicanos adquirieron una experiencia que les permitió desempeñarse de la mejor manera en la difícil geografía de un escenario de guerra. Lo demuestra el conjunto en imágenes de ese trienio, en el que se percibe un desarrollo notable en las técnicas individuales. Las fotos se vuelven más espontáneas y modernas, quizá en parte porque sus protagonistas ya se habían acostumbrado a la presencia cotidiana de las cámaras. Los fotógrafos sustituían su equipo de trabajo buscando obtener mayores beneficios en cuanto a calidad y comodidad. En la medida de lo posible, adoptaban cámaras de formato medio –5 x 7 o más chicas, de 4 x 5– cuya portabilidad les permitía moverse con facilidad y captar escenas al vuelo. Es probable que dichas cámaras las hayan visto por primera vez en manos de extranjeros que arribaban al país –por ejemplo, John Reed.

Los equipos debieron entrar a México tal como ingresaron los fusiles, municiones, uniformes y demás suministros para la guerra, cuya omnipresencia cotidiana no distaba mucho de la correspondiente a las lentes.El movimiento villista representa en la historia, junto al zapatismo, la máxima rebelión de los pobres de México. Tras sus inicios con Madero, Pancho Villa se convirtió en el caudillo invencible en la lucha contra Huerta, que lo llevó a ocupar el Distrito Federal en diciembre de 1914.

La fotografía realizada durante el apogeo de Villa (1913-1915), representa un parteaguas en el imaginario de la revolución. A lo largo de tres largos años de contienda, los fotógrafos mexicanos adquirieron una experiencia que les permitió desempeñarse de la mejor manera en la difícil geografía de un escenario de guerra. Lo demuestra el conjunto en imágenes de ese trienio, en el que se percibe un desarrollo notable en las técnicas individuales. Las fotos se vuelven más espontáneas y modernas, quizá en parte porque sus protagonistas ya se habían acostumbrado a la presencia cotidiana de las cámaras. Los fotógrafos sustituían su equipo de trabajo buscando obtener mayores beneficios en cuanto a calidad y comodidad. En la medida de lo posible, adoptaban cámaras de formato medio –5 x 7 o más chicas, de 4 x 5– cuya portabilidad les permitía moverse con facilidad y captar escenas al vuelo. Es probable que dichas cámaras las hayan visto por primera vez en manos de extranjeros que arribaban al país –por ejemplo, John Reed.

Los equipos debieron entrar a México tal como ingresaron los fusiles, municiones, uniformes y demás suministros para la guerra, cuya omnipresencia cotidiana no distaba mucho de la correspondiente a las lentes.El movimiento villista representa en la historia, junto al zapatismo, la máxima rebelión de los pobres de México. Tras sus inicios con Madero, Pancho Villa se convirtió en el caudillo invencible en la lucha contra Huerta, que lo llevó a ocupar el Distrito Federal en diciembre de 1914.

La fotografía realizada durante el apogeo de Villa (1913-1915), representa un parteaguas en el imaginario de la revolución. A lo largo de tres largos años de contienda, los fotógrafos mexicanos adquirieron una experiencia que les permitió desempeñarse de la mejor manera en la difícil geografía de un escenario de guerra. Lo demuestra el conjunto en imágenes de ese trienio, en el que se percibe un desarrollo notable en las técnicas individuales. Las fotos se vuelven más espontáneas

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